La Unión Cívica Radical ratificó su unidad y evitó la amenaza de quiebre luego de la reunión del «ala joven» con el intendente Campana.
«El radicalismo se reunificó para seguir peleando por los lugares. Por el momento no hay nombres», le dijo un integrante de la comisión directiva a Actualidad.
El encuentro entre los radicales jóvenes con el jefe comunal fue interpretado por algunos sectores del radicalismo como una estrategia para dividir a la UCR y así obtener réditos de cara a la próxima elección. Durante el encuentro, que comenzó el miércoles a la noche y se extendió hasta la madrugada de hoy, se produjeron muchos «pases de factura» por esa reunión que cayó muy mal en algunos miembros del comité.
Finalmente los radicales fumaron la pipa de la paz, y tanto los jóvenes como los radicales con más experiencia y rodaje en el ámbito político posaron para la foto.
Hubo acuerdo en algo: la UCR no se va a romper. Manteniendo la unidad podrán negociar con más fortaleza cuando sea el momento de verse las caras con sus socios del PRO.
Hasta ahora no hay nombres. El ala joven, que pugnaba por una renovación, tiene un gran dilema: no tienen candidatos que se animen a encabezar. Solamente dos de ellos dijeron que quieren formar parte de la lista, el resto prefirió hacerse a un lado.
Así las cosas, todo continúa como estaba hasta antes de la polémica foto de los jóvenes con Campana. El radicalismo todavía no tiene nombres definidos, pero ya empieza a divisarse un norte: quieren que el concejal n° 1 y 2 de la lista sean radicales, así como también el 4°, y a partir de ahí ir alternando uno a uno con el PRO. Esa sería la demanda que pondrían sobre la mesa a la hora de negociar con el intendente, tal como ya lo había adelantado Actualidad en la nota «El 1-2 radical«.
Todavía resta definir quiénes serán esos nombres. Y de seguro se avecina otro acalorado debate entre los afiliados para poder llegar a un acuerdo. Aunque por el momento los ánimos están más calmos.
