Todavía y por varios días más Santa Rita festeja un título más, uno de los tantos que obtuvo en la última década.
En estado de gracia aún por haber ganado el Clausura, Alejandro Bottega y Santiago Piovani visitaron OVACIÓN, en el mediodía de FM ACTUALIDAD.
El volante y el defensor fueron protagonistas de las dos jugadas que quebraron el partido. Bottega, por su expulsión. Piovani por su osadía de buscar el fondo de la cancha y dejar a Cardoso de cara al gol.
Aredondo no dudó cuando a los 38 del primer tiempo metió mano en el bolsillo trasero de su pantalón para mostrarle a Alejandro Bottega la tarjeta tan temida.
«Fui injustamente expulsado. La jugada fue así: se tiran dos jugadores de Sarmiento y yo trabo con uno de ellos, pero se chocan entre Scorza y Cofiño. Ese fue el ruido que se escuchó. Cuando el árbitro me expulsó me quería morir. Sentí mucha impotencia», dijo el es jugador de Atlético Ameghino.
En este Santa Rita sin delanteros, por las ausencias forzadas de Farías, Krafik y Molina, otros jugadores, de características opuestas, sacaron el partido adelante. Para eso el Lobo cuenta con volantes con ambición ofensiva y apariciones por sorpresa. Con capacidad técnica y desnivel en el mano a mano. Con variantes en la pelota parada.
En eso estaban cuando Santiago Piovani recibió de Krafik, se sacó la piel de defensor, se sintió Neymar y encaró el fondo de la cancha.
«Cuando tiré el centro atrás me dije a mi mismo ‘tiene que ser gol’. La jugada se ensució un poco, pegó en alguien, pero por suerte fue gol», dijo el pibe en diálogo con el programa deportivo.
Fueron dos jugadas clave. Una que pudo cambiar el partido y no lo hizo, porque Santa Rita supo guapear la ausencia de un hombre. La otra sí, porque desató la euforia que invade medio Piedritas por estas horas.
