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General Villegas
sábado, 20 abril, 2024

La Dictadura de las Minorías / Por Omar Emín (*)

«La economía no puede asimilar la idea de que lo colectivo (y el conjunto), son desproporcionadamente menos previsibles que los individuos» (Nassim Nicholas Taleb)
«Nada resulta más sorprendente para el que examina los asuntos humanos con mirada filosófica, que la facilidad con que la mayoría es gobernada por la minoría»(David Hume)

   Seguramente algunas veces habrán experimentado la sensación de que el comportamiento de ciertos fenómenos, se escapa de la lógica más básica y que por más que analicemos los sucesos una y otra vez y les demos vuelta de un lado a otro, la reacción que – desde la lógica más elemental -, debería producirse no ocurre y además de no arribar al resultado habitual, el que realmente sucede es mucho más dañino que el que podíamos esperar, en una suerte de Ley de Murphy permanente.

Esta situación es generada habitualmente, porque las partes reaccionan de un modo diferente que el todo y lo más probable es que estemos equivocando la forma de analizar un fenómeno determinado. Si queremos estudiar a un grupo de animales deberemos ver cómo se comportan o cómo reaccionan en forma grupal y no individualmente y es probable que cometamos ese error de apreciación al efectuar el análisis.

En orden inverso a lo expresado, siempre recuerdo la historia del viejo político – muy hábil por cierto -, de un pequeño pueblo; él sabía que un grupo de personas pretendía desplazarlo de su cargo, entonces iba a ver uno por uno a cada una esas personas y les preguntaba si pensaban que debía renunciar o alejarse de su cargo o no presentarse en los próximos comicios, cara a cara todos le decían enfáticamente no!, de ningún modo!, en ese momento les hacía firmar un manifiesto y cuando se postulaba otra vez para el mismo cargo, tenía en su poder el papel que había hecho firmar – individualmente -, a cada uno de los  integrantes del grupo de oposición y decía «todas estas personas no desean que me vaya». En realidad lo que hacía este señor era permitir que el pensamiento individual estuviera por sobre el del grupo (que tenía unas ganas de rajarlo bárbaras), anulando de este modo el efecto del pensamiento colectivo.

Pero el objeto de análisis es otro, la idea fundamental es que el conjunto se comporta de una forma diferente a cada uno de sus componentes y esta cuestión debe ser adecuadamente interpretada para entender el problema que se nos presenta. A ello también debemos agregar el análisis de escala, esto es muy importante puesto que no significa lo mismo un análisis de un reducido grupo de cazadores de liebres, en un lugar geográfico específico que puede aspirar a ser una cooperativa o llegar a serlo, que si aumentamos la escala; esto es, la zona de influencia, la cantidad de cazadores, de procesadores de liebres, en suma involucramos a una mayor cantidad de personas, en una zona más amplia y la pequeña cooperativa, pasaría a competir en mercados más amplios y quizás pueda llegar a exportar sus productos; todo dependerá de la escala (el tamaño de la zona donde se desarrolle y la cantidad de personas involucradas).

Entonces la idea principal es que el conjunto se comporta de una forma no prevista por sus componentes. Las interacciones cobran mayor importancia que el carácter de la unidades.

Alcanza con que cierto tipo de minoría intransigente, alcance un nivel reducido de la población, para que el resto de la misma tenga que someterse a sus preferencias. Además la minoría se impone merced a una suerte de ilusión, tanto que un observador desprevenido, tendría la impresión de que las decisiones y preferencias imperantes son las tomadas por la mayoría.

Para establecer estos principios, la estructura espacial es determinante, si la minoría intransigente vive en su propio distrito, no provocan el mismo efecto que si están mezclados con el resto de la población. Si las minorías viven en lugares económicamente independientes, no puede ser aplicada la regla de la minoría. En cambio cuando una población está distribuida en términos espaciales, o sea cuando la proporción de esas minorías en un barrio, es similar que la de la ciudad entera, en el municipio que en la provincia y en la nación; la mayoría flexible (el resto), tendrá que someterse a las reglas de la minoría intransigente.

Por otra parte es muy importante la estructura de costos, si no es muy costoso introducir en el mercado un producto que satisfaga a la minoría como los alimentos transgénicos, la mayoría comerá alimentos transgénicos, del mismo modo podemos argumentar que la proliferación de vehículos con cambio automático no se debe a una preferencia mayoritaria, también podría deberse al hecho de que quienes saben conducir con cambio manual, siempre pueden pasar al automático, pero no a la inversa.

Una ilusión similar ocurre con los análisis políticos, ampliamente difundidos en épocas electorales, tendemos a creer que porque cierto partido tiene el apoyo del 10% de la población, su candidato obtendrá el 10% de los votos y no resulta de esa manera, puesto que deberíamos averiguar si esos votantes son «inflexibles» o no, pero de la misma manera que una persona no limitada en sus capacidades puede usar el baño para personas limitadas en sus capacidades, es posible que algunos votantes «flexibles» también voten al partido en cuestión, aumentando sus votos y por consiguiente el porcentaje de adhesión que inicialmente se había establecido.

   Otros ejemplos

Se celebra una reunión en Alemania y uno de los asistentes no habla alemán, la reunión se hace en… inglés; en este caso la regla de la minoría indica que quienes no tienen inglés como idioma nativo hablan – mal -, pero en inglés, pero quienes son angloparlantes de origen es menos probable que conozcan otras lenguas.

El francés fue durante mucho tiempo la lengua de la diplomacia, utilizada por personas de orígenes aristocráticos, mientras que los compatriotas más vulgares (comerciantes) recurrían a la lengua inglesa, que se impuso cuando el comercio comenzó a dominar la vida moderna.

Imaginemos que tenemos que organizar una fiesta en la que se celebre un nuevo descenso de Independiente de Avellaneda, un aniversario familiar, la renuncia del Presidente de la AFA y la celebración de elecciones libres de problemas en esa entidad, un cumpleaños de 15, un casamiento o la finalización de la emergencia económica (atentos !!! aquí podemos quedarnos sin fiesta). Enviaríamos un cuestionario a todos los invitados para preguntarles si prefieren alimentos modificados genéticamente o no. Seguramente no haremos eso, lo más probable es que – si la diferencia de precios entre ambos no es significativa -, elegiremos alimentos no modificados genéticamente.

   Conclusión

Las sociedades no evolucionan por consenso, porque haya en ellas votaciones, mayorías, comités, reuniones ampulosas, actos con empanadas o chori y vino o cerveza o la versión más elegante de pizza y champagne. Ya que un pequeño grupo de personas puede influir de manera desproporcionada; todo lo que hace falta es una regla asimétrica y una minoría tozuda repartida estratégicamente, que pretenda imponer sus creencias.

Fuente inspiracional: Skin in the Game – Nassim Nicholas Taleb

(*) Omar Emín es Licenciado en Administración y Contador Público. Colabora en medios de comunicación en temas fiscales, laborales y económicos en general. Socio fundador de Echenique, Emín, Albín & Asociados, firma dedicada a trabajos profesionales de carácter administrativo, laboral, contable e impositivo. Se desempeñó en el ámbito educativo universitario, terciario y secundario, con algunas experiencias en educación a distancia en el nivel universitario.