Faltan una serie de trámites burocráticos y legales que cumplir para que se haga efectiva, pero es una realidad que la institución tendrá casa propia a través de la loable acción del villeguense Pablo Piñas
Pablo Piñas donará a Lalcec una parte del terreno familiar que posee en la calle Saavedra, casi esquina San Martín, para que la institución pueda construir allí su propia casa.
Hoy hoy por, la comisión de la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer que trabaja en General Villegas trabaja en el edificio donde también funcionan el Registro Civil y las obras sociales Ioma y Pami.
Lalcec tiene 40 años en nuestra ciudad. En ese tiempo han ido pasando cosas, renovando gente y proponiendo diferentes actividades a la comunidad, siempre pensando en la prevención de enfermedades oncológicas.
Este año se cumplieron las cuatro décadas de la institución, que también cuenta con asociados que anualmente hacen su aporte para que se puedan solventar diferentes costos y, de esa manera, ayudar a otros.
Pero la casa propia era aún un sueño pendiente a cumplir, según la misma Élida Arrieta, presidente de Lalcec General Villegas, le había dicho a ACTUALIDAD.
Ahora dejará de serlo, para transformarse en un proyecto a concretar una vez que se culminen con todos los trámites burocráticos que le permitan a la institución acceder a una parte del terreno familiar que les donó Pablo Piñas, en la calle Saavedra casi esquina San Martín.
Era un dato que no debía trascender a lo público, pero a veces las buenas noticias no saben de secretos; y la alegría de partes de quienes la reciben desborda y sale a la luz.
Si bien Pablo, bombero voluntario, no quiere referirse públicamente al tema porque prefiere el bajo perfil, no pudo negarla una vez que se hizo conocido. «La donación del terreno a Lalcec es un hecho», le dijo a ACTUALIDAD del otro lado de la línea telefónica.
Aunque para que eso se logre en forma concreta hay una serie de cuestiones burocráticas y legales que cumplir; entonces la donación se hará efectiva una vez que se cumpla con los pasos que corresponden en estos casos.
Por eso Pablo quiso y quiere ser discreto; y está bien. Pero su acción loable no puede pasar desapercibida, más aún en los tiempos que corren.
