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General Villegas
miércoles, 24 abril, 2024

La innovación a través del tiempo y su relación con el progreso de la humanidad

«La electricidad y el vapor han hecho mucho más por la humanidad que la castidad y el vegetarianismo». Anton Chejov.

«Genio no es el que inventó la rueda». «Genio es el que inventó las otras tres». (Escuchado por ahí)

«Las democracias se degradan si se valida la frase ‘mi ignorancia vale tanto como tu conocimiento'». Isaac Asimov.

La innovación puede definirse como un cambio que introduce novedades y que se refiere a modificar elementos ya existentes, con el fin de mejorarlos o renovarlos. Se la considera un factor de alta significación, clave para el desarrollo y el crecimiento tanto de las empresas como de los países que fomentan y favorecen esta práctica.

A través de los tiempos, la humanidad ha experimentado el desarrollo de este concepto, solo que no necesariamente la aparición de innovadores contó con la adhesión de los diferentes gobiernos y su élite cercana, en las diferentes épocas.

Un poco de historia …

Durante el reinado del emperador Tiberio, un hombre inventó un vidrio irrompible (al menos para las herramientas de la época romana) y fue a ver al emperador, pensando en la obtención de una recompensa e hizo una demostración exitosa, Tiberio preguntó si alguien más conocía este invento y ante la negativa del innovador, lo ejecutó «para que el valor del oro, no se reduzca al del barro». También durante el imperio romano, alguien se dirigió al emperador Vespaciano para mostrar el invento de un dispositivo para transportar columnas a precios muy bajos, las columnas de gran porte y difíciles de transportar, se utilizaban en una gran cantidad de construcciones en la antigua Roma. Aunque esta vez el innovador salvo su vida, la respuesta del emperador fue «si voy a usar menos mano de obra, como alimento al pueblo ?. En ambos casos, fue determinante en la toma de la decisión, el efecto económico que podría generar la destrucción creativa. Los plebeyos tenían que mantenerse ocupados, trasladando columnas de un lugar a otro y con el pan y circo gratuito se mantenía «contenta» (y solo eso) a la población. Esto enaltece la tarea del innovador, porque vemos que hay muchas cosas que ya fueron inventadas.

En la ciudad alemana de Mainz, Johannes Gütenberg presentó una innovación que tendría consecuencias profundas para la evolución posterior de la humanidad. Hasta la aparición de la imprenta, los libros eran copiados a mano, constituyendo un bien escaso y por ende muy costoso. Tras el invento, los libros eran más fáciles de conseguir con el consecuente impacto en la educación y la alfabetización de la población. No obstante en el imperio otomano, la imprenta recién se implementó casi 300 años después, los sultanes tenían muy claro que los libros podían transmitir ideas y hacían más dificultoso el control de la población, además de la pérdida de status de los escribas, únicos autorizados a transcribir los libros.

Otro ejemplo de innovación es China aunque aquí ocurrió un fenómeno inusual, puesto que de ser líder mundial en innovaciones tecnológicas en la antigüedad (inventaron el reloj, la brújula, la pólvora, el papel), con la aparición del absolutismo (dinastía Ming) y teniendo en cuenta que las innovaciones habían sido  auspiciadas por los gobiernos anteriores, cuando cambió la tendencia y el gobierno derivó en un sesgo absolutista, comenzaron a oponerse a los cambios y a temer a la destrucción creativa.

Pasaron muchos años y con el advenimiento de la Revolución Industrial, se aceleraron los cambios y las innovaciones que a su vez trajeron como consecuencia, modificaciones profundas en los derechos de propiedad, en infraestructura, en el desarrollo de las áreas fiscales y de finanzas; así como la evolución de las formas del comercio y la producción.

En Inglaterra parecieron darse las condiciones institucionales y políticas necesarias como para que las consecuencias de la Revolución Industrial y los grandes cambios que trajo aparejados, pudieran desarrollarse más rápidamente que en otros lugares, las sociedades que permitieron invertir en nuevas tecnologías podían crecer rápidamente; sin embargo, muchos países no pudieron hacerlo o decidieron explícitamente no hacerlo, bloqueando la adopción de nuevas tecnologías que aportarían progreso. Para cuando comenzó la Revolución Industrial, el mapa político de Europa era muy diferente al actual, con gobiernos absolutistas en el Imperio Austro-Húngaro y Rusia que se opusieron al desarrollo de la industria y aplicaron preceptos feudales para mantener a la clase gobernante y su élite cercana, en el poder. En el Imperio Austro-Húngaro los trenes fueron tirados por caballos hasta 1860, había vías y vagones pero no máquinas a vapor, en Rusia – a mediados de 1800 -, el ferrocarril era considerado «una necesidad de lujo, que fomentaba el traslado innecesario de un lugar a otro».

Fin de la historia …

Como hemos podido comprobar la cantidad de pavadas y de argumentos sin asidero que se utilizaron (y se utilizan) para mantener las cosas como están y frenar la innovación, con los efectos que provoca, son muy similares en las diferentes épocas, aunque los innovadores ya no son ejecutados como antes, la resistencia al cambio y el temor a las consecuencias de la destrucción creativa, entendida como una severa alteración de las condiciones actuales, que crean algo absolutamente nuevo a lo que hay que adaptarse (en cuanto a condiciones de trabajo, riesgo empresario y capacitación), siguen vigentes. La rentabilidad de una empresa que fabricaba látigos y monturas, no fue la misma después de la aparición del automóvil y fue decayendo hasta la generalización en el uso del mismo, gracias a las innovaciones introducidas por Henry Ford en los procesos de producción y resultó que la industria automotriz multiplicó la cantidad de empleos (aunque diferentes), con relación a la cantidad de empleo generado por las fábricas de látigos y monturas en su apogeo.

Quienes pretenden innovar, buscando cosas nuevas en el campo de la ciencia, la industria, la educación y las comunicaciones que mejoren la vida de la gente, se encuentran a menudo con estos impedimentos originados por una variedad de agentes que tienen en común el temor al cambio y las consecuencias de la destrucción creativa.

En los tiempos actuales podemos observar como Uber está reemplazando en casi todo el mundo a los taxis tradicionales; como el trabajo tradicional (con horarios fijos, en un lugar determinado y considerado permanente) esta siendo modificado por horarios flexibles, trabajo a distancia y otras cuestiones; como la energía eólica y solar están reemplazando al petróleo; como las transmisiones de TV se hacen por Internet y no a través de las empresas de servicios de cable tradicionales, empleos que desaparecen y son reemplazados por robots, cámaras, computadoras e infinidad de ejemplos cotidianos. Estamos asistiendo al fin de algunas cosas tal como las conocimos y al nacimiento de otras, en forma constante. Lo más importante es que quienes tengan que evaluar estos cambios, deberían analizar si la destrucción creativa crea mas empleos (aunque de otro tipo), que el empleo generado aplicando los procedimientos anteriores a la innovación.

NOTA: Algunos de los ejemplos han sido extractados del libro «Porque Fracasan los Países» de Daron Acemoglu & James A. Robinson, cuya lectura recomiendo.

 

(*) Omar Emín es Licenciado en Administración y Contador Público. Colabora en medios de comunicación en temas fiscales, laborales y económicos en general. Socio fundador de Echenique, Emin, Albin & Asociados, firma dedicada a trabajos profesionales de carácter administrativo, laboral, contable e impositivo. Se desempeñó en el ámbito educativo universitario, terciario y secundario, con algunas experiencias en educación a distancia en el nivel universitario.