En el marco de la campaña 2019 de los «100.000 Corazones» se dictará hoy la charla-taller «¿Sabemos lo que comemos?». La cita será a las 9.45 horas en la Biblioteca Pública, Municipal y Popular «Domingo F. Sarmiento». La disertación estará a cargo de las licenciadas en Nutrición Valeria Pennacino y Soledad Castelucci.
La charla es abierta y gratuitas, sin inscripción previa. Está destinada a público de todas las edades.
«Todo parte de la buena alimentación o de la alimentación en un entorno saludable. Vamos a trabajar en jardines y escuelas rurales, vamos a hacer actividades lúdicas, proyectaremos videos, haremos charlas con los niños porque desde allí parte el aprendizaje acerca de qué es mejor comer. No para eliminar alimentos de las dietas de los niños, pero sí para hacer conciencia y que los chicos puedan absorber estos nuevos aprendizajes. Vamos a trabajar en 4 jardines y 4 escuelas rurales», comentó la coordinadora del CEAM, María Luján Ottaviano.
«La idea de la charla es que sea un taller, algo más interactivo, que el público pueda participar y que aprenda a leer las etiquetas, que sepa qué significa cada uno de los ingredientes. No se trata de no comer nada de lo que no es tan sano o saludable, pero sí que seamos conscientes de lo que estamos comprando y comiendo. Una caloría es una caloría, lo que nosotros vamos a intentar enseñar es la calidad de es caloría: no es lo mismo una caloría de grasa que de hidratos de carbono o de proteínas. Hay gente que tal vez no se tiene que cuidar tanto del valor calórico pero es hipertensa, entonces tiene que saber cuánto de sodio puede consumir. También vamos a enseñarles ciertos engaños de las empresas con el marketing y los envases: algunos productos te los venden como light pero tienen dos calorías menos. Eso está bueno saberlo, porque uno cree que como es light puede comer mayor cantidad y light no significa que no tenga calorías», aclaró Valeria Pennacino.
Durante el taller se leerán los rotulados de envases y paquetes de alimentos, con una dinámica interactiva.
«Hay que descubrir esos alimentos que uno cree que son sanos pero que de sanos no tienen nada. Con el conocimiento uno puede crear cambios y saber elegir, lo cual no implica no comer nunca más un bizcochito o una factura o tomar una gaseosa, sino generar cambios más saludables», dijo Penacino.
«Los niños son más permeables y ellos son divulgadores de estas cuestiones. Queremos que se lleven algo para sus casas. También vamos a dejar actividades en las escuelas y los jardines para que ellos puedan hacer durante el año o seguir trabajando con estas cuestiones. Ellos son transmisores y formadores de nuevos hábitos», completó Ottaviano.
