La médica cardióloga villeguense, Alejandra Ávalos, participó días atrás del Congreso de la Sociedad Interamericana de Cardiología, que se llevó a cabo en Miami.
«Fue una experiencia hermosa. Hace varios años estoy trabajando en la parte de investigación de la Sociedad Argentina de Cardiología; y la invitación fue para llevar parte de nuestro trabajo a Latinoamérica, buscando cambiar la realidad de la salud cardiovascular de la mujer y, como siempre decimos, creemos que si no lo hacemos activamente es difícil poder llegar a todas», sostuvo.
Linda, interesante, enriquecedora, fueron algunos de los calificativos expresados para definir lo experimentado, «porque uno puede ver las realidades de mujeres de toda Latinoamérica y la verdad que las situaciones son muy complejas, no sólo hablando de la salud cardiovascular, que es de lo que nosotros tocamos», dijo.
Y agregó que «específicamente en esta oportunidad fuimos a hablar de Covid, de las primeras guías de prevención cardiovascular en la salud de la mujer, los determinantes socioeconómicos y psicosociales. Fuimos a hablar de otras cosas».
En lo cardiovascular, ¿algunas cosas van apareciendo en la mujer de manera más acelerada que en otros tiempos?
En realidad lo que se tiene es conocimiento. A medida que la medicina y la evidencia avanzan, vamos aprendiendo nuevas cosas muy interesantes, que no solamente impactan en la mujer, sino también impactan ahora -por ejemplo- en la salud del producto de una gestación en una mujer que ha tenido complicaciones durante el embarazo (hipertensión gestacional, diabetes gestacional, parto prematuro). Hoy se sabe que estas condiciones no sólo aumentan el riesgo cardiovascular de esa mujer, a corto y a largo plazo, sino que también los hijos de esas mujeres tienen rigidez vascular aumentada y más posibilidades de tener síndromes metabólicos, hipertensión a futuro; y a largo plazo en la vida adulta. Lo que se busca es poder hacer prevención antes de que suceda. Si veo un paciente con un infarto llegué tarde; si veo una mujer con un ACV, llegué tarde. Todos los mecanismos con los que tenía que prever esa situación, no lo hice de manera oportuna, porque muchas veces la difusión, prevención y promoción de salud está a cargo del médico.
También es responsabilidad del paciente…
Es cierto, sobre todo con los factores de riesgo convencionales, tiene la responsabilidad la gente, porque es lo que más conoce, respecto a los números de su presión, sabe que fumar hace mal, que el sobrepeso y el sedentarismo también. Lo que no sabe la mujer, y que también aumenta su riesgo cardiovascular, es que la menopausia precoz, la menarca precoz (menstruación), el síndrome ovario poliquístico, los factores psicosociales, el estrés, la violencia de género, la situación socioeconómica, el nivel educativo… todos son factores de riesgo para la mujer (también para los hombres), que impactan en su salud cardiovascular, de la misma forma que el resto. Esto es lo que hoy sabemos y no se ha difundido, de lo que la mujer todavía no tiene conocimiento, es información que no tiene para poder llegar a un control. Es cierto que cada uno intenta poder tener un estilo de vida saludable, pero hay otras cuestiones que no conoce, entonces es muy difícil reconocer, tratar y abordar algo que aún no sabe. Ahí es donde nosotros tenemos que tratar de difundir a la población general y al cuerpo médico también, porque muchos profesionales tampoco conocen esta modificación de los factores de riesgo en la mujer específicamente.
Si la mujer desconociera los factores de riesgo, ¿en qué momento de su vida debe empezar a pensar en un control?
Ese fue uno de los tópicos en una de las charlas. La pregunta es muy interesante, porque depende en qué fase de la vida se encuentre la mujer. Pero sí es cierto que la mujer que está embarazada tiene que controlar sus números (azúcar en sangre, peso y demás), porque ya está cuidando la salud cardiovascular de su hijo. O sea, desde el útero materno ya podemos empezar a hacer prevención cardiovascular. Hoy hay otros condicionantes, como las mamás añosas, que generan más rigidez vascular en sus propios hijos. Entonces, ese es un buen punto de comienzo, saber que estamos haciendo prevención desde que empezamos a cuidar una gesta saludable, una salud materna saludable. De hecho, el próximo 20 de julio es la primera vez que se va a festejar a nivel mundial la salud materna y la protección cardiovascular. Es una campaña que se lanza desde Estados Unidos para todo el mundo. El control cardiovascular tiene que estar presente desde siempre, porque no solamente existe esa enfermedad. También las enfermedades cardíacas congénitas, valvulares; y con esto la idea no es asustar, simplemente promover salud, prevenir. La idea es llegar a tiempo y que un evento no nos sorprenda. El momento de prevención es desde lo intraútero en adelante, a lo largo de distintas fases de la vida; y en la mujer es muy determinante el embarazo.
¿Qué herramientas dejó el Congreso para aplicar en Argentina?
El primer punto súper interesante fue el intercambio de realidades en los distintos países, que son muy variadas. La verdad que la parte académica de la Argentina se posiciona bien ante este tipo de Congresos, pero también es cierto que los déficit asistenciales son un montón y todavía hay muchos recursos a los cuales no podemos acceder por cuestiones de costos y disponibilidad; y eso hace que uno lo mire como espectador. Está buenísimo todo, pero todavía no es aplicable a la medicina que uno ejerce en Argentina, por una cuestión de costo y disponibilidad. Pero aquello que tiene que ver con la aplicabilidad de la clínica médica, saber que hay mucho más que buscar, que no nos quedemos solamente con la punta del iceberg, porque en la profundidad de los factores podemos seguir indagando (violencia de género, estrés psicosocial, complicaciones socioeconómicas). Nosotros siempre analizamos los números desde otros lugares y no conocemos los nuestros, la búsqueda ahora tiene que ver con eso.
¿Por qué no se puede llegar a otras herramientas?
Muchas cuestiones tienen que ver con un fondo de infraestructura, con un marco legal, político, económico, que nos excede ampliamente y sobre el cual es muy difícil accionar, porque se requieren políticas de Estado para modificarlas. Pero más allá de eso, cada uno puede aportar un grano de arena. Empezar a conocer nuestros números nos va a permitir acceder a algunos datos para poder empezar a cambiar nuestra situación. Tenemos que hacer el esfuerzo por cambiar nuestra realidad, conocer nuestros números, intentar llevar información y difundir. Hay muchas cosas desde la clínica que aún no hemos abordado que son de bajo costo pero alto tiempo; hay que interrogar, charlar con las pacientes, preguntarles sobre su mundo emocional. Creo que ahí es donde todavía no hemos trabajado lo suficiente y lo podemos hacer. El trabajo clínico y de consultorio es de buena aplicabilidad, que no requiere un marco estructural de cambio, sino un marco individual en el espacio de cada uno dentro de su consultorio, para poder generar acompañamiento a las mujeres.
Hablás de la importancia de conocer nuestros números, por eso está en marcha una nueva encuesta desde el Área del Corazón y la Mujer de la Sociedad Argentina de Cardiología.
Nos pasó con la encuesta anterior que las mujeres se dan cuenta qué es lo que hay que controlar. Hay preguntas que, supongo, no nos las hicimos muy seguido, o cuando las hicimos no teníamos ganas de responderlas. Pero esto es anónimo, autoadministrado. Está bueno conocer datos, que no tienen que ver con la formación de cada uno, sino con algo muy estructural. Y nos parece muy importante evaluar cuáles son nuestros números; y queremos tener más alcance en este sentido en Argentina, aunque la encuesta se lanzó en toda Latinoamérica.