Ni abuelitos, ni ancianos, son adultos mayores. Este cambio, que está íntimamente ligado al aumento en la expectativa de vida, se encuentra con una gran población mayor y una sociedad débil en cuanto a las necesidades de ese grupo.
«La gente cada vez vive más», aseguró el médico Christian De Giorgi, especialista en Clínica Médica y Geriatría, quien forma parte del staff del Centro Médico Villegas y además, es profesional del Hospital Municipal.
Aumento de la expectativa de vida
Durante la entrevista en el programa Cuidarte Más, de FM Villegas, Christian De Giorgi planteó que «la expectativa de vida ha aumentado mucho, la longevidad también muchísimo más» e hizo hincapié en que «antes ni escuchaba de gente de cien años y ahora es bastante común, principalmente en los pueblos. Hay dos o tres personas de más de cien años en Bunge, en Charlone y también en Villegas.»
Esta particularidad se da «por el aumento de la longevidad y la expectativa de vida, que para el 2050, aseguran que la población mayor de 80 años se va a multiplicar por seis» y ahi es donde llega la inquietud sobre «si realmente la sociedad se está preparando para esa situación», infirió De Giorgi.
Según un informe de la Universidad de Cuyo, Argentina es uno de los cuatro países con mayor proporción de población envejecida en la región, con más de 7 millones de personas mayores de 60 años, una condición demográfica que, según proyecciones, escalará a uno de cada cuatro argentinos en 2050. En solo seis décadas, la cantidad de mayores de 60 años pasó de 1 millón a 7 millones.
El Dr. De Giorgi contó que dio una charla sobre actividad física en adulto mayor «porque la concurrencia a los juegos Bonaerenses fue record en mayores de sesenta años y los acompañantes de esas delegaciones se planteaban muchas dudas» sobre «qué cuidados hay que tener durante un día de actividad física competitiva o relativamente competitiva en gente de 80 años.»
Cómo mejorar la calidad de vida de un adulto mayor
Es importante, según el especialista en geriatría, saber cómo poder mejorar la calidad de vida del adulto mayor, desde el lugar en que uno esté.
«Medicamente se empieza a trabajar en edades más tempranas, a nivel de factores riesgos cardiovasculares que son hipertensión, diabetes, colesterol» pero aparecen «otros problemas que son emocionales», marcó.
Para el profesional, «la soledad es uno de las principales afectaciones que se ven en consultorio. Personas de 80 años, cuyo problema principal es la emoción, la ansiedad y la soledad, principalmente, porque es una edad en que uno pierde muchas cosas.»
Es en ese momento en que se plantea, primero a nivel individual y después abarcando lo social, cómo abordar esa temática. Hay que averiguar qué cosas se ofrecen en el lugar en que viven. Cómo funciona el centro de jubilados, si les divierte bailar. Si existen otras actividades que les permita encontrarse con sus pares.
«Crear vínculos que son fundamentales para la salud mental, más ahora que estamos saliendo en una pandemia y no solamente los adultos mayores están con problemas vinculares relacionados a la pandemia, sino también la gente joven», manifestó.
En el consultorio, De Giorgi observa que hay gente que va tres o cuatro veces en el mes con alguna excusa referida a un dolor, cuando «en realidad es para poder hablar porque se sienten solos.»
«Ahí es donde uno actúa y trata de abordar primero el vínculo familiar y después el vínculo social, para ofrecerle a esa persona algunas alternativas relacionadas a la vinculación, que a veces es difícil» y el médico agregó que, «estas emociones y esta soledad pueden llegar a terminar en algunas complicaciones como la depresión y hay que estar muy alertas a esa situación.»
Cuidados en instituciones y ciudad accesible
El médico afirmó que hay muchas cosas por ver. Una de ellas son las instituciones privadas, «donde hay mucha dificultad en los cuidados, sobre quién gestiona, quién ordena y quién controla esos lugares», indicó.
«Otra de las cuestiones es ver cómo está la ciudad, si es accesible o no. Desde Aderid se trabaja mucho con el tema discapacidad, pero para el adulto mayor, una vereda inadecuada hace que no pueda salir, que se quede en la casa, que no pueda hacer actividad física. Son barreras que hay que ir resolviendo», señaló De Giorgi.
Contaminación: las malas noticias
Cualquiera de nosotros debería evitar irse a dormir con malas noticias. Si no podemos evitar las personales, al menos deberíamos tratar de que los adultos mayores de la familia no estuvieran expuestos a la pesadumbre que genera la información poco feliz que suelen escuchar a través de los noticieros de televisión por la noche.
Para De Giorgi la ecuación es simple. «Vivimos en un país que es estresante socialmente y después de mirar uno o varios noticieros, te vas a dormir con una adrenalina que impide el sueño.»
Por eso «el consejo a mi pacientes es que no miren noticieros, miren una novela, una película, que puedan leer» y por eso «se trata de conservar bien los sentidos para que puedan disfrutar de otras cosas que no sea la televisión.»
Algo en lo que el médico pone especial atención es en que «aprendan a usar el celular, las redes sociales, porque también es un entretenimiento que pueden desarrollar a cualquier edad. A veces le tienen miedo al teléfono, pero hay lugares que enseñan a usarlo.»
La interacción con los chicos
Los que más pueden aportar conocimientos sobre tecnología son los más chicos de la familia y esta interacción es muy positiva.
«Hay que estimular las relaciones inter generacionales. Deben invitar a los nietos a comer, aunque sea una vez cada diez días, para armar una rutina que les hace bien», aseguró.
En esa rutina de esa vez por semana pensarán qué van a cocinar, buscarán los ingredientes para una receta especial, el mantel, el plato que le gusta. Como una ceremonia de bienvenida.
Christian destacó que «en esa semana en que ya están metidos en esa invitación, hasta los factores de la presión y diabetes se acomodan. Es una estrategia que uno usa para que la gente se vincule y se sienta bien.»
Endorfina: la hormona del bienestar
Dar una vuelta manzana de la mano con los nietos, respirar aire fresco en el patio tomando algo que les guste. La conexión esencial con el medio ambiente. El disfrute.
El médico cuenta sobre un caso en particular, que es un modelo de la diferencia que marca la socialización. Se trata de dos hermanas, una va a bailar y la otra no. Una andaba perfecta y la otra no, le costaba vincularse. Pero desde que van las dos juntas, ambas mejoraron.
«Es ese mínimo detalle que provoca entusiasmo, emoción, esa alegría que es largar endorfina, que científicamente, es la hormona del bienestar», aseguró.
Salir a caminar, hacer actividad física, hacer algo que nos guste, profundizar en la práctica de cualquier actividad artística. La alegría aporta endorfinas.
«La endorfina es una hormona que actúa en todo nivel mejorando todos los órganos, principalmente el cerebro. Todas esas actividades que generan bienestar, generan endorfinas», explicó.
De acuerdo a lo aportado por el médico, «hay estudios que miden la endorfina de acuerdo a la actividad que uno hace y es algo que está comprobado científicamente.»
La escucha, el mejor remedio
Cuando un adulto mayor llega al consultorio, el médico debe aportar su conocimiento académico para hacer un diagóstico y tiempo para escuchar lo que tiene que decir.
Para el Dr. De Giorgi, en su especialidad, que es geriatría «es un 80% escuchar y un 20% lo científico. Cuanta menos medicación mejor. A veces, hasta le saco medicación que no es necesaria.»
«El escuchar es lo que hacían los médicos de familia de toda la vida. Ahora, la medicina se está sub especializando y se pierde esa relación de médico-familiar», indicó.
El profesional contó que «mi familia tenía un médico de cabecera, que sin llamarlo, venía cuando era necesario, en ese momento clave que tenía que estar, estaba.»
Una de las cosas que nos preguntamos es si el médico puede intuir, cuando el paciente ingresa al consultorio, qué es lo que le sucede.
Christian De Giorgi respondió que «la mayoría de veces sí, a veces inicialmente van por una cosa, pero la historia es otra. Vas desglosando lo que realmente le pasa, que muchas veces, es estar solo. Hay un dolor y el fin del cuento es que se siente solo. Es una soledad, en gente muy mayor, que manejan ellos y no comparten, porque no quieren preocupar a un hijo. No quieren preocupar a nadie.»
«Lo que hay que entender es que aunque ellos lo sientan como algo normal, no lo es y con mínimas intervenciones se generan muchos cambios» y agregó que «todo eso se puede solucionar. Hay alternativas desde la alimentación, desde la actividad para mejorar el movimiento. Por eso no hay que quedarse. Hay que hacer una planificación, con un esquema de trabajo adaptado.»
Y como escuché o leí hace tiempo, quien sabe donde, llega el momento en que tenemos que hacer lo que tenemos ganas de hacer, hay una edad a la que con suerte llegaremos, en la que nos ganamos el derecho a hacer lo que tenemos ganas de hacer.
«Hace poquito leía una nota de un señor de cien años (Artyn Haroutiun Elmayan), que juega al tenis tres veces por semana, a quien le preguntaron cuál es su arte para vivir y respondió que no se hace mala sangre, hace lo que quiero, ayuda y eso lo hace sentir bien. Lo definió así a los cien años, así que debe ser cierto», finalizó sonriendo el Dr. Christian De Giorgi.
*Celina Fabregues es periodista. Conduce Cuidarte Más por FM Villegas, los sábados de 9,30 a 12 horas, programa que se repite a las 19 del mismo día.
