La bronquiolitis es una enfermedad respiratoria común en lactantes y niños pequeños, que afecta principalmente a los bronquiolos, que son las vías respiratorias más pequeñas en los pulmones. Es causado principalmente por una infección viral, siendo el virus sincicial respiratorio (VSR) el responsable en la mayoría de los casos.
De acuerdo al último Boletín Epidemiológico emitido por el Ministerio de Salud, los casos de bronquiolitis en Argentina aumentaron y superan en un 73,56% a los niveles prepandemia de 2019, que fue el año con el mayor número afectados.
El médico pediatra y especialista en alergia, Jorge Chaiman, se expresó sobre el tema en el programa Cuidarte Más, que se emite los sábados en la mañana por FM Villegas.
El profesional señaló como un tema prioritario la vacunación contra la gripe, que «está incluida entre el calendario oficial una dosis a los seis meses, un refuerzo al mes siguiente, a los siete meses se da el segundo refuerzo y antes de los dos años, tienen un nuevo refuerzo.»
En el caso de chicos que tengan alguna patología de base, que los haga más susceptibles (cardiopatías congénitas, muy bajo peso, con neumonías a repetición, con déficit en su inmunidad), «merecen seguir con vacuna antigripal, porque de esa manera estarán más protegidos.»
En pediatra señaló además que «hay muchos cuadros respiratorios que se montan encima de una gripe», por eso destacó que «vacunarlos contra la gripe es una medida de prevención importante, sobre todo porque impide cuadros más graves.»
Chaiman aclaró que la vacunación se realiza aunque estén resfriados o con mocos, «siempre y cuando no tengan fiebre, pero si el niño anda, juega, corre, se vacuna igual.»
Según el pediatra, es imposible pretender que un chico menor de seis años que va al jardín, se junta con otros chicos en igual condición o que va una guardería, no tenga un moco. Los chicos viven con mocos y lo que hay que valorar es cómo afecta su calidad de vida. Si no lo perturba demasiado, vivirá con ellos hasta que adquiera las defensas necesarias.»
En cuanto al moco en sí, el Dr. Chaiman explicó que «si el moco tiene olor o es muy verdoso y espeso, complica más porque tapa más la via aérea, molesta más para respirar y es una fuente de infección.»
Sobre la tos (y los jarabes) indicó que «la expectoración es un mecanismo que es muy útil en chicos mayores de tres años, por eso este existe una ironía con los jarabes para la tos, que se dividen en expectorantes y antitusivos. Muchas veces uno ve que a algunos chicos menores de dos o tres años les dan un expectorante, lo cual no tiene ningún sentido porque no saben expectorar y terminan vomitando,»
«Uno siempre debe tratar la causa y no la consecuencia, que es la tos», aseguró.
En cuanto a los brotes de bronquiolitis, que presenta cifras alarmantes en todo el país, el Dr. Chaiman señaló que «la última cifra que tenemos de la Sociedad Argentina de Pediatría, al 4 de junio había 65 mil chicos con bronquiolitis, que es una cifra tan alta como la pre pandemia.»
Se define a la bronquiolitis como la inflamación de la vía aérea aguda, ocurre de un rato para otro y es ocasionada generalmente por un virus. El más común es el virus sincicial respiratorio, pero también hay virus influenza parainfluenza, rinovirus, coronavirus que pueden dar también cuadros de este tipo.
Síntomas
- Tos
- Dificultad para respirar
- Agitación
- Palidez
- Aleteo de la nariz
- Se hunde el pecho o las costillas al respirar
- Sibilancia (silbidos en el pecho)
Asimismo, el médico señaló que «cuando están un poquito más complicados, dejan de comer (con lo cual el riesgo de deshidratación es alto) y dejan de dormir por la fatiga que tienen. Se les toma la saturación de oxígeno, que siempre debería estar como mínimo en 96%.»
En caso de niños que estén saturando mal o tengan dificultad respiratoria, se hace necesaria la internación, debido a que «el tiempo que necesita un chico para desmejorar es muy corto y a veces es preferible internar para tenerlo más controlado, que mandarlo a la casa y que vuelva ahogado, lo que además provoca un gran susto a los padres, porque tener a una persona que está respirando mal es muy una situación dramática y si es un chiquito más todavía», manifestó Chaiman.
Recursos terapéuticos
Según indicó el pediatra, «hay recursos terapéuticos que podemos usar. Los broncodilatadores bien usados, son efectivos. Hay mucha gente que le tiene mucho temor a los broncos dilatadores por los efectos adversos que puedan tener, pero se ven cuando se sobrepasa la dosis terapéutica y cae la dosis tóxica, que provoca taquicardia.»
Sin embargo «hoy existen broncodilatadores de acción corta, otros de larga duración que se usan con preventivos durante todo el invierno para tratar de que ese chico no llegue al espasmo bronquial. Son corticoides tópicos que no tienen efectos adversos y se pueden usar tranquilamente.»
Por otro lado, indicó que «también se pueden usar otro tipo de medicaciones, pero siempre dependerá un poco de cada paciente. Cada paciente se monitorea con análisis, con antecedentes y se valora con qué medicación puede o debe quedar.»
Medidas de prevención
- La lactancia materna. En muchos casos, evita la contaminación por virus y fortalece todo el sistema inmunitario. La lactancia es un valor que, a pesar de la industria farmacéutica y se ha impuesto siempre.
- Cuando los chicos tomen la teta o la mamadera, que sea en posición semi sentados para evitar el reflujo.
- Hacer pausas mientran se alimentan, ya sea con teta o mamadera.
- Ventilar la casa. Es importantísimo no tener a la casa con la calefacción a temperaturas altísimas, porque ese espacio es un caldo de cultivo para gérmenes.
- El lavado de manos es importantísimo para evitar la contaminación. «Yo personalmente, insisto con no besar los chicos cerca de la boca y la nariz porque es la forma más segura de pasarse gérmenes a unos a otros», señaló.
- Tratar de evitar evitar los polvillos y la tierra dentro de la casa. «Hay gente que tiene la casa llena de libros, adornos, alfombras y todo eso junta polvo y es una irritación para la vía aérea.»
No alcanza con fumar afuera
«Siempre les digo a todos los papás que el humo del cigarrillo es un disparador y no alcanza solo con no fumar adentro de la casa. ¿Qué pasa con el papá que sale? Regresa con toda la ropa impregnada de los tóxico del cigarrillo y es lo mismo que fumar adentro», afirmó.
El médico fue contundente cuando aseguró que «el cigarrillo es un hábito que deberíamos combatir porque le hace daño a la persona que fuma, pero además hace daño a todos los convivientes directos que son fumadores pasivos» y por eso los padres (o familiares) de niños con problemas respiratorios no deben fumar o bien, antes de entrar, quitarse la ropa y bañarse.»
Sabemos que es una adicción y no es tan fácil, pero es mucho más difícil ver a un bebé ahogándose, por eso «dejar de fumar sería un paso importante para evitar los cuadros respiratorios en la casa.»