La vida en el exterior no es para nada sencilla. Emigrar es una decisión difícil y producir una nueva historia en otras tierras, también. Por eso, «GPS» reconoce y da méritos a aquellos villeguenses que se la jugaron por una nueva vida.
Han pasado 61 historias, pero ninguna es como la anterior. Todos tienen sus propias vivencias y experiencias para contar. Esta vez, la protagonista es Fabiana Aguirre, quien dejó atrás muchas cosas para apostar a un mejor asentamiento.
Fabiana se encuentra radicada en México, a seis meses de su partida. Desde el paradisíaco Tulúm, nos cuenta por qué tomó la decisión de partir, cómo vive su estadía y cuál es el pensamiento a futuro.
¿Cómo se forjó la posibilidad de emigrar?
«Todo se dió muy rápido», dijo la villeguense. Había una idea latente de partir, pero no a México, sino a Estados Unidos. Parecía que quedaba en la nada, pero la situación económica empeoró en Argentina y las chances de irse incrementaron.
La decisión fue determinante, ya que se produjo en un corto lapso y de manera rotunda. «Lo que ganaba, no me alcanzaba para nada, ni para darme pequeños gustos. Vivía con lo justo en la parte económica», comentó.
Pero hubo un hecho que agotó a la pareja: el aumento de las rentas. «Vimos imposible pagar algo así. Entonces le dije a mi marido, Leonardo, que ponga en venta el auto porque nos íbamos. Era el momento. Ellos querían salir del país, pero yo no me animaba».
El único hijo de Fabiana, ya en pareja, quedó en Argentina. La protagonista recordó que no fue para nada sencillo comunicar la decisión de emigrar. «Yo sostengo que hay que soltar. Pero fue díficil igual, lógicamente. Se hizo complicado y la despedida muy dura», sostuvo.
¿Por qué México?
El objetivo inicial era Estados Unidos, pero se terminaron inclinando por México gracias a un amigo en común. Aterrizaron en suelo mexicano un 12 de octubre de 2023, junto a sus dos hijas, Anabella y Jesica; y su esposo, Leonardo.
El sueño de Fabiana fue vivir en Cancún, pero lo veía al principio como una broma o algo lejano. «Cumplimos un deseo. El primer paso ya está hecho», agregó. El destino fue Tulum, un sitio muy habitual para los villeguenses.
«Es un lugar lleno de oportunidades y mágico, por todo lo que tiene», manifestó. Tulum es una ciudad ubicada en México con mucho para ofrecer a los visitantes. Este destino cuenta con una amplia variedad cultural, arqueológica y turística para descubrir. Entre sus principales atractivos se encuentra una de las playas más lindas del mundo.
Con un clima cálido, subhúmedo y temperaturas que promedian los 26 °C, Tulum está ubicada en el punto más austral de la Riviera Maya, en el estado de Quintana Roo, en el sureste de México.
Proceso de adaptación
La llegada fue compleja desde un principio, ya fue en uno de los días más calurosos en la historia de Tulum. «No estábamos acostumbrados. Es un aire diferente y uno tiene que estar hidratado permanentemente, por las altas temperaturas», recordó.
Pero la bienvenida social fue la esperada, aunque la cultura sea diferente: «Las personas son muy observadoras. Se dice que en México no nos quieren, pero yo digo lo contrario. Uno tiene que aceptar a las personas como son. Las diferencias no existen y eso me sorprendía. Así como hay personas buenas, hay personas malas. A donde vamos, siempre nos han recibido de la mejor manera».
Sin embargo, desde lo personal no se hizo para nada sencillo. «Uno deja todo atrás y empieza de nuevo. Pudimos conseguir trabajo rápidamente, pero habíamos venido con lo justo. Pasamos hambre y tuve que irme a la reserva ecológica a trabajar. Separarme de mi familia no es fácil», expresó.
Pese a esta situación tan difícil, en ningún momento dudaron de la decisión que habían tomado ni bajaron los brazos. Nadie de la familia se replanteó la posibilidad de volver a Argentina, ni aún en los peores momentos.
Exluyendo lógicamente a los afectos familiares y de seres queridos, Fabiana eligió a los alfajores argentinos y el pan sobre lo que más extraña de Argentina. A su vez, mencionó que el mate siempre está presente en la familia.
En contrapunto, opinó que quedó sorprendida con la utilización de los productos picantes en la gastronomía mexicana. «Me han dicho que si las comidas no tienen picante, no es comida», subrayó. También comentó que desayunan con platos que podrían ser ingeridos en el almuerzo o en la cena.
Vida laboral
No obstante, la suerte también estuvo de su lado. Leonardo, su esposo, obtuvo trabajo por medio de un argentino que encontró a la salida de un supermercado. La misma persona fue clave para que las hijas de Fabiana consigan empleo, en un sitio de comidas.
Por su parte, la protagonista fue contratada al poco tiempo en un emprendimiento a 15 kilómetros de Tulum. Se instaló en una carpa, con la tarea de organizar eventos de alta magnitud.
Fabiana explicó que los pagos en México se dan de forma semanal o por quincena. «Cuando empecé a cobrar, me di cuenta que la moneda tenía valor, a diferencia de Argentina. Fue muy diferente y me sorprendió al instante», contó.
Planes para el futuro
La idea de Fabiana y su familia es mantenerse un tiempo en México, pero todo es muy indefinido. «Hoy podemos pensar una cosa y mañana otra. No hay algo concreto a futuro. Uno tiene que vivir el momento. El mañana no es nuestro», manifestó.
Tienen pensado recorrer otros países y seguir viajando por el mundo. «Ya dimos el primer paso. Ahora queremos más y no vamos a parar. Desde lo económico, México nos dió un futuro. La moneda vale y vivimos mejor», dijo.
Una vida de esfuerzo y sacrificio junto a su hermosa familia. No fue fácil partir, mantenerse y convivir en una cultura distinta, a tantos kilómetros de sus tierras. No la pasaron bien en su estadía inicial, pero de a poco las cosas van mejorando y se van equilibrando. Todo llega para quien sabe esperar, así como Fabiana.