La iniciativa, impulsada por la Región Sanitaria, estuvo dirigida a los empleados con mayor riesgo de contagio, en especial aquellos que trabajan en áreas propensas a la presencia del ratón maicero, principal vector de la enfermedad. La jornada estuvo acompañada de una charla informativa sobre el la Fiebre Hemorrágica Argentina.
Alerta nacional epidemiológica
La fiebre hemorrágica, una enfermedad viral transmitida por el contacto con roedores infectados, ha desatado preocupación en varias localidades de la provincia. En los últimos días, se han reportado casos en Pergamino, Olavarría, San Nicolás y Colón, lo que llevó a las autoridades sanitarias a emitir una alerta para prevenir la propagación del virus, que ha producido más de 30 casos en el país, con seis fallecidos.
Durante la jornada de vacunación de este jueves en el corralón municipal, se llevaron a cabo todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los participantes. Los empleados fueron convocados a las instalaciones para recibir la vacuna, en un esfuerzo coordinado entre el área de Epidemiología del Hospital y la Región Sanitaria II.
La vacunación no solo busca proteger a los empleados municipales, sino también reducir el riesgo de brotes futuros. En este sentido, se recomienda a los ciudadanos mantenerse informados sobre las medidas preventivas y consultar a los servicios de salud ante cualquier síntoma sospechoso.
La vacuna que se aplicó a los empleados es la Candid, destinada a mayores de 15 años y menores de 60. Se trata de solo una dosis que protege a la persona vacunada durante toda la vida. «En los últimos días vacunamos en Cañada Seca y en una estancia, en zona rural. Se colocaron más de 60 vacunas», explicó la doctora Silvina Riat, del área de Epidemiología del Hospital municipal.
Por otro lado, destacó que la enfermedad dejó de ser exclusividad de las zonas rurales, aunque el riesgo mayor pertenece a quienes trabajan allí. La crisis creció porque el ratón maicero se urbanizó y, por este motivo, la vacuna forma parte del calendario.
La profesional manifestó que no existen contraindicaciones para vacunarse, a excepción de las embarazadas, que deben recibir una inmunización suprimida; y aquellas personas que tengan riesgos respiratorios.
Fiebre Hemorrágica: contagio, síntomas y letalidad
Es una de las enfermedades cuya vacuna protege de manera exclusiva a la persona que se la aplica. El ratón maicero, vector, es marrón en el lomo y tiene el abdomen blanco. Transmite el virus mediante la orina, la materia fecal y la sangre. «Uno inspira esos aerosoles y contrae la enfermedad. No se contagia de forma interhumana», aseguró Riat.
La Fiebre Hemorrágica se presenta con un síndrome febril agudo que se caracteriza por una serie de síntomas iniciales y, en casos más graves, por manifestaciones hemorrágicas. Los primeros signos de la enfermedad suelen incluir fiebre alta, superior a 38 grados, que se mantiene durante varios días.
Acompañan a esta fiebre síntomas como dolor de cabeza intenso, que puede ser retroocular, así como dolor muscular y articular. Además, los afectados suelen experimentar cansancio generalizado, dolor abdominal, vómitos y diarrea.
En las primeras etapas de la enfermedad, el cuadro general puede durar entre dos y tres días. A medida que progresa, pueden aparecer complicaciones más serias.
Las formas hemorrágicas de la enfermedad se manifiestan con síntomas graves como sangrado nasal intenso, hemorragias en las encías, y la presencia de sangre en la orina y las heces. En los casos más severos, los vómitos pueden contener sangre, lo que señala un deterioro significativo del estado de salud.
También conocido como el «Mal de los Rastrojos», este síndrome requiere atención médica urgente para manejar tanto los síntomas febril como las complicaciones hemorrágicas. La identificación temprana y el tratamiento adecuado son cruciales para mejorar el pronóstico y evitar complicaciones graves.
La Fiebre Hemorrágica presenta una tasa de mortalidad alarmante, cercana al 50%, lo que subraya la urgencia de una intervención rápida y efectiva. La administración oportuna del suero convaleciente puede ser crucial para reducir la mortalidad y mejorar los resultados clínicos, proporcionando a los pacientes una mejor oportunidad de recuperación.
Tratamiento de la enfermedad
El tratamiento de la Fiebre Hemorrágica se centra en el uso de suero de pacientes que han superado la enfermedad, un método que ha demostrado ser eficaz en la transmisión de anticuerpos. Este tratamiento permite que los anticuerpos de personas que han desarrollado inmunidad se transfieran a los pacientes afectados, mejorando así el diagnóstico precoz y favoreciendo una evolución más favorable de la enfermedad.
Debe administrarse dentro de una ventana crítica para ser efectiva. Idealmente, el suero debe ser administrado dentro de los primeros siete días desde el inicio de los síntomas. Pasado este período, el tratamiento pierde gran parte de su eficacia, y el riesgo de complicaciones graves aumenta considerablemente.
«Por suerte, en General Villegas hay mucha gente que conoce la existencia de la enfermedad. Se han acercado al vacunatorio para informarse. En general, vacunamos todo el año, pero ahora de forma más intensa. No se obliga a nadie, porque es un derecho que tiene cada persona. Solo es una recomendación. Pero hay un alerta y debemos estar más atentos que nunca», concluyó Riat.