Como los pescadores deportivos, que de mínima siempre se aseguran el combo de practicar su pasión, un día en la naturaleza, el encuentro con amigos y hasta mates, picada y asadito para acompañar la jornada. «Después, si pescamos algo mejor», confiesan.
El ritual de sacar las entradas, ponerse las mejores pilchas, encargar mesa en un local gastronómico del centro, caminar hasta calle Moreno y volver a pisar la mágica sala del Cine Teatro Español. «Después, si nos gusta la obra, mejor», se puede trazar un paralelo.
La mitad de las 500 y tantas localidades ocupadas. Muchas y pocas, según como se mire. Muchas, en medio de una de las tantas crisis de bolsillo de los argentinos, obligados a priorizar otras cosas. Pocas, si se tiene en cuenta que la entrada, muy económica, a solo 5.000 pesos, con un fuerte subsidio del municipio, cerraba para que todos pudieran asistir.
Además, valía la pena. En primer lugar porque Cae la noche tropical remite a una de las novelas del escritor villeguense Manuel Puig, uno de los nuestros. Además, con la siempre vigente Leonor Manso en escena, y la compañía de Ingrid Pellicori y Carolina Tejeda. No era para dejarla pasar.
La obra, un interminable diálogo en clave de chisme de dos hermanas octogenarias -al que se sumó otra mujer, en otra etapa de la vida- entretuvo y dejó mucha tela para pensar.
El amor y sus avatares, el exilio forzado o deseado, el olvido de la familia, las inseguridades de la existencia. La vida misma, como la cuentan las vecinas de cualquier barrio y de cualquier pueblo. Que bien podría ser Villegas, pero ya no está Puig para negarlo.
Siempre es lindo volver al teatro Español.

Sobre Manuel Puig
Nació en 1932 en General Villegas, provincia de Buenos Aires, y falleció en Cuernavaca, México, en 1990. En 1951 inició estudios en la universidad de la capital argentina. Pasó luego a Roma, donde una beca le permitió seguir cursos de dirección en el Centro Sperimentale di Cinematografia. Trabajó posteriormente como ayudante de dirección de diversos filmes. Publicó las novelas La traición de Rita Hayworth (1968), Boquitas pintadas (1969), The Buenos Aires Affair (1973), Pubis angelical (1979), Maldición eterna a quien lea estas páginas (1980), Sangre de amor correspondido (1982) y Cae la noche tropical (1988), que se han traducido a varios idiomas. Reunió en un volumen dos piezas teatrales: Bajo un manto de estrellas y la adaptación escénica de El beso de la mujer araña (1976) y, en otro, dos de sus guiones cinematográficos: La cara del villano y Recuerdo de Tijuana (1985).


