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jueves, diciembre 26, 2024
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Esteban Parola y una muestra fotográfica sobre la belleza en la diversidad corporal que le gustaría acercar a General Villegas

Esteban Parola es actor, payaso y docente. Nació el 11 de noviembre de 1980, por lo que está a poco de cumplir 44 años. Nació en Santa Eleodora, localidad de nuestro distrito. Y tomó otros rumbos luego de terminar sus estudios secundarios, en el Colegio Nacional.

Estudió en la Escuela Nacional de Arte Dramático (ENAD) y también se formó en «Arte y Discapacidad», junto a Ana Maria Giunta.

Días atrás, el 5 de noviembre, se celebró el Día del Payaso. Y Esteban tiene uno propio, Doménico, con el que proyecta nuevos espectáculos. Un motivo que terminó convirtiéndose en una excusa para hablar con el santaeleodorense, saber de su momento actual y enterarnos de lo que tiene en mente para más adelante.

"El payaso es la exacerbación del ridículo"

La elección del Día del Payaso en el calendario es un homenaje a Emilio Alberto Aragón, que encarnó al famoso payaso Miliki. El español nació un 5 de noviembre, en el año 1929, en Carmona.

Aragón fue uno de los integrantes del trío Gaby, Fofó y Miliki, creadores de canciones muy recordadas como Hola don Pepito, hola don José; y paradigma entre los payasos a nivel mundial.

«Es un día muy especial», dijo Parola. Y agregó: «Yo trabajo mucho con mi personaje, que se llama Doménico, y siempre estoy pensando algún espectáculo nuevo. Ahora estoy empezando a pensar uno donde no hable. Para eso estoy programando un viaje para dentro de unos años, donde no se hable en español», comentó en diálogo con Edgardo Bonetto, en ACTUALIDAD.

Anticipó entonces que tiene un mente un viaje de tres años «para recorrer lo que me falta de Latinoamérica. La idea es salir desde México y llegar a Argentina haciendo el espectáculo. Después, hacer el segundo año Europa; y el tercero en países con culturas muy diferentes a las nuestras, como Egipto, India, China, entre otros. Es un viaje que haría desde mis 50 años hasta los 53. Incluso ya hay posibilidades de lugares adonde se puede trabajar», contó entusiasmado.

Parola confió que el viaje «es algo que vengo planificando desde hace rato. Hay que hacer estas cosas, porque vivimos una sola vez y sino después nos lamentamos toda la vida. Si sale bien o mal es otra cosa. Mi hija ya se prendió. Francisca va a tener entonces 20 años, así que tal vez hace la asistencia».

«Doménico», su personaje, «me ha traído muchas gratificaciones, porque ha sido una herramienta de trabajo siempre, y ha sido un personaje que me dio la posibilidad de llegar a lugares donde nunca pensé que podría haber llegado como payaso. Nunca pensé que como actor podía hacer una obra en un lugar donde, tal vez, con otro espectáculo, no habría llegado», manifestó.

Parola personificando a «Doménico»

«Patagonia fue el que a mí me abrió la cabeza a este arte tan maravilloso», contó Parola, haciendo referencia al payaso que personificaba el dueño de un circo criollo que permanentemente visitaba General Villegas, permaneciendo en varios ocasiones por mucho tiempo en la ciudad, convirtiéndose en un vecino más al que algunas generaciones recuerdan con cariño.

Para el actor, «el payaso es la exacerbación del ridículo. Eso es lo que nos identifica y nos genera el humor. Hay una frase del final de un poema de Chaplin que dice: ‘Si algún día te cruzás con alguien que no sonríe más, sé generoso y regálale una sonrisa, porque no hay nadie que necesite tanto una sonrisa, como aquel que no puede regalarle una a los demás’. El payaso es eso. Es un navegante de emociones. Es el personaje que puede sacarle una sonrisa a alguien en un estado terminal, en un estado de guerra. Por eso las pedagogías de emergencia trabajan tanto con la técnica del payaso, que te hacen alejarte por un instante del dolor que estás viviendo».

A poco del final de 2024

En otro aspecto, Parola comentó que está cerrando el año con algunas actividades, sobre todo lo que tiene que ver con la escuela de teatro que «tengo el placer de dirigir, que fundó Ana María Giunta, que este año cumplimos 30 años. Estuvimos haciendo un espectáculo durante cuatro meses con el elenco y ahora salió la posibilidad de hacer un par de funciones en el interior, y hacer la muestra fotográfica, así que estamos trabajando en eso».

«Desde todo lo que es autogestión y teatro independiente, está habiendo mucha actividad. En épocas de crisis, o que desde lo Estatal y lo privado no hay tanta producción artística, el teatro independiente es más visible que en otras épocas, porque en realidad no para de producir y generar espectáculos. La ciudad de Buenos Aires, a nivel mundial, es donde más estrenos se hacen anuales, más que en Broadway. A veces no hay tanto público como ofertas, pero una de las opciones es la gira. De todos modos, la actividad es permanente y muy grande en toda Argentina», agregó respecto a la la situación actual de la actuación.

Proyectos en marcha

Al comentar sobre lo que viene, Parola dijo que «vamos a continuar con una obra que se llama Operarius, que dirigió Carlos Belloso. Y después con Silvia Peirú, con quien trabajamos juntos hace 12 años, pensamos espectáculos nuevos. Ahora estamos proyectando uno que se llama ‘Boca, dos historias y una misma pasión’, que cuenta la historia del club y que hacemos todos los jueves en la Bombonera, para socios y vitalicios».

Por otro lado, la idea es «seguir con la escuela fundada por Ana María Giunta. Y estamos con una muestra fotográfica sobre la belleza en la diversidad corporal, que es algo que ya veníamos haciendo y se empezó a mover otra vez. Vamos a hacer una presentación el 2 de diciembre en la Universidad del Hospital Italiano; y el 3 de diciembre en la Defensoría del Pueblo, en Buenos Aires. Son 16 artistas con distintas discapacidades y utilizamos para hacer la fotografía la estética del circo criollo y de los burdeles de principios del siglo XX en Buenos Aires. Una muestra que quedaría muy hermosa en el Museo de General Villegas», deslizó Parola.

Una de las imágenes de la muestra fotográfica en movimiento
Eliminación de subsidios en el Incaa

«Era una fiesta de anticipos de películas que no veía nadie», dijo el vocero presidencial, Manuel Adorni esta semana. La medida suprime los adelantos de dinero para financiar films que se emiten por streaming.

Parola también se refirió a este tema. «A veces la desinformación nos hace pelear y estar en el bando contrario, pero el Incaa no recibe plata del Estado. Se autoabastece con un impuesto que hay a la riqueza y a la ganancia; y con uno que se aplica en las entradas», explicó.

«Si hay chanchullos, que encuentre a las personas que lo hicieron y que paguen el precio que tengan que pagar», sostuvo; al tiempo que comentó su experiencia personal al no poder filmar una película con actores con discapacidad, «porque no daba con las características que el Incaa pide. No es tan fácil tener un subsidio».

«Creo que para opinar hay que saber y no tirar mierda a la actividad del otro, porque eso siempre vuelve. Y es muy hermoso cuando una película nos representa a nivel mundial. Para que un director llegue a ser esa película tiene un recorrido de 30 años y en ese tiempo está lleno de fracasos», agregó Parola.

Aclaró que «también ponemos plata los artistas. Yo en algún momento resigné mi sueldo para pagar una producción. Es mentira que nos llenamos de plata haciendo cine o trabajando a través del Incaa. Son muy pocos los artistas y directores que están salvados económicamente, que han tenido la suerte de trabajar muchísimo en el país o en el extranjero».

«Es muy triste el vaciamiento que están haciendo desde la económico con la cultura en general, porque la cultura es de todos, como lo es la educación y la salud pública», concluyó Parola.