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jueves, junio 26, 2025
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«Nos vemos en la próxima función»: Esteban Parola despidió con emoción a Mario Holmer, referente del Circo Patagonia

El actor oriundo de Santa Eleodora despidió a una leyenda del circo criollo que dejó huella en General Villegas y en el corazón de varias generaciones.

Mario Holmer, conocido por todos como “Patagonia”, falleció este martes 24 de junio a los 75 años de edad, tras una semana de internación en el hospital de Rojas, ciudad en la que vivía desde hacía tiempo.

Su salud estaba muy deteriorada debido a una grave deficiencia pulmonar. Y, tras una despedida íntima, fue cremado y sus cenizas esparcidas en el río Paraná, en Rosario, cumpliendo con su última voluntad.

Mario Holmer heredó el personaje “Patagonia” de su padre, y continuó con orgullo la tradición de llevar arte, risas y teatro a cada rincón del país. Bajo su dirección, el Circo Patagonia se transformó en un símbolo del espectáculo popular, combinando números de habilidades con obras teatrales que cerraban cada función. Conocía de memoria textos como Juan Moreira o El Martín Fierro, que interpretaba con pasión.

Uno de los lugares donde dejó una huella imborrable fue en General Villegas, y también en pueblos como Santa Eleodora y Piedritas, en nuestro distrito, donde lo vieron llegar con su carpa cargada de magia. El actor Esteban Parola, nacido en Santa Eleodora, recuerda que fue precisamente ese circo el que encendió su vocación artística.

“A fines de los ’80 y principios de los ’90 no había muchas propuestas culturales en mi pueblo, y el Circo Patagonia era de lo poco que llegaba. Ir a verlo era un acontecimiento. Yo tenía seis años cuando vi por primera vez esa mezcla de teatro, humor y emoción… y ahí se me disparó todo”, declaró tiempo atrás en ACTUALIDAD.

Parola, formado en la Escuela de Arte Dramático y discípulo de Ana María Giunta, fue uno de los artistas que más ha reivindicado el legado del circo criollo. En 2022, durante la 1° Feria del Libro de General Villegas realizada en el Centro Cultural Molino Fénix, Esteban se vistió de payaso para ofrecer su show, «Homenaje al circo criollo», en el marco de un homenaje a Mario Holmer, que también fue parte del público ese día.

“Fue uno de los momentos más emotivos de mi vida como artista”, expresó luego Parola. Ese día, sobre el escenario, sintió que cerraba un ciclo: “Yo empecé este camino por verlo a él. Me emocioné mucho, y sé que él también se emocionó cuando le conté que era actor gracias a su circo.”

Los recuerdos se multiplican. En Piedritas, los niños del circo iban a la Escuela Nº 13 con enteritos verdes y remeras amarillas. “Compartíamos el almuerzo del comedor escolar y muchas veces nos regalaban entradas a los que no podíamos pagarla. Era una forma de agradecimiento de Mario y su gente, y una forma de incluir”, recordó entonces el actor. También que Holmer le contó que su repertorio llegó a tener más de 60 obras diferentes. “Cuantas más obras tenían, más tiempo podían quedarse en el pueblo”, explicó.

En palabras de Parola, el circo criollo -nacido a fines del siglo XIX con las pantomimas y luego con Juan Moreyra en 1884- “es uno de los pilares de nuestra cultura nacional”. Para él, Holmer fue un eslabón esencial en la historia de ese género. “El circo criollo no es como los europeos, que terminan en la exhibición de habilidades. El nuestro combina humor, narrativa, música, teatro. Nació en el Río de la Plata. Mario representaba eso. Un artista completo, sin saber quizás todo lo que generaba en otros.”

“Esta mañana (por este miércoles) nos llegó la triste noticia de su partida. Como dicen en el ambiente artístico, se fue de gira”, le dijo Parola a ACTUALIDAD. Para él, como para muchos otros, Holmer no fue solo un artista: fue una chispa encendida en la infancia, una inspiración perdurable.

“Seguramente muchísima gente que lo vio arriba del escenario y tuvo la posibilidad de disfrutar de lo que era el Circo Patagonia, lo va a recordar siempre, y lo va a recordar como esa persona que nos supo sacar una sonrisa en la niñez y cuando éramos más grandes también. Hoy se nos va un referente de la niñez, un referente de una gran parte de la historia del teatro nacional y del circo, y un referente de nuestras infancias”, manifestó.

El testimonio también dejó lugar para una despedida íntima y humana: “Comparto el dolor, la tristeza. Sé que el último tiempo no la pasó bien, y seguramente tenía ganas ya de partir hacia otras pistas. Como decimos entre nosotros, a veces, cuando algún compañero fallece: nos vemos en la próxima función”.

Mario Holmer deja un legado imborrable, tejido de sonrisas, aplausos y carpas de circo iluminadas en la memoria colectiva. Su viaje continúa en los corazones de quienes alguna vez fueron su público.