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sábado, junio 28, 2025
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Cuidar los árboles es cuidar la vida: llamado a la conciencia en General Villegas

El arbolado urbano no es solo un adorno verde en las ciudades: es parte fundamental de un sistema vivo del que todos dependemos. Así lo explican con convicción Mónica Spertino, secretaria de Producción, Promoción y Medio Ambiente de la Municipalidad de General Villegas, y el ingeniero agrónomo Martín Videla Dorna, del Colegio de Ingenieros Agrónomos local, quienes en ACTUALIDAD abordaron con detalle la importancia de cuidar y mantener el arbolado urbano, y los problemas que generan las podas inadecuadas y la falta de compromiso ciudadano.

Videla Dorna introdujo el concepto clave de bosque urbano, explicando que “hace un tiempo, a nivel profesional, se dejó de hablar de arbolado urbano y se empezó a llamar bosque urbano. Es el conjunto de todos los árboles de una ciudad, desde los aislados hasta los que forman masas en plazas o bulevares. Todos forman parte de un ecosistema urbano, en el que convivimos personas, animales, plantas e infraestructura”.

Este ecosistema, advirtió, tiene una serie de funciones ecosistémicas que son esenciales: “Los árboles generan oxígeno, absorben dióxido de carbono, ayudan a bajar la temperatura, retienen polvo, microplásticos y contaminantes. Generan un efecto visual positivo que mejora la calidad de vida de todos los vecinos.”

Sin embargo, en General Villegas la realidad dista de ser ideal. “En Villegas tenemos un problema de agua de mala calidad, lo que hace que los primeros años de una planta recién colocada sean críticos para su supervivencia”, alertó Videla Dorna. Pero también identificó otro factor fundamental: “No se ve en Villegas un ambiente humano que tenga un amor generalizado por las plantas. Se realizan podas inadecuadas, se sacan plantas sin motivo y no se reponen las que se secan. Hay barrios enteros, e incluso plazas, sin arbolado.”

Mónica Spertino coincidió plenamente y aportó la visión del municipio: “Tenemos una regulación muy clara: no se pueden sacar ni podar plantas sin permiso. Entendemos que muchas veces las raíces levantan las veredas o caen hojas que tapan canaletas, pero la solución no es sacar el árbol. El árbol es un valor inmenso que debemos defender.”

Mónica Spertino

En este sentido, resaltó la importancia de la colaboración vecinal: “Les agradezco mucho a todos los que piden permiso y a quienes se comprometen a cuidar los árboles. Hay vecinos que porque les molestan las hojas o la suciedad quieren sacar las plantas, pero el otoño es un paisaje, y en quince días el viento lleva las hojas o las podemos limpiar.”

Ambos coincidieron en que, además de las regulaciones, es necesario un cambio cultural. “En otras ciudades, como Trenque Lauquen, se hacen convenios vecinales donde cada frentista se compromete a regar el árbol de la vereda, al menos con un balde de agua por semana”, comentó Videla Dorna, destacando que ese compromiso social es clave. “Poner una planta es pensar en 30 o 40 años adelante. Si se coloca una especie inadecuada, como un eucalipto en la vereda, se generan problemas enormes, porque puede levantar toda la vereda y hasta representar riesgos con vientos fuertes.”

Por su parte, Spertino subrayó que, ante la falta de recursos municipales, el compromiso ciudadano es aún más necesario: “No queremos gastar dinero en colocar árboles que después no podemos cuidar o que el frentista no se compromete a regar. Necesitamos que la comunidad entienda el valor de cada árbol.”

En cuanto a la poda, Videla Dorna advirtió que muchas intervenciones mal hechas producen daños irreversibles: “Hay que entender que un árbol no puede ser mutilado. Cortar raíces superficiales, por ejemplo, puede afectar su estabilidad y salud. Incluso cuando se plantan, es clave hacerlo correctamente: si el cuello de la planta queda muy alto, se generan raíces superficiales que terminan levantando las veredas.”

Martín Videla Dorna

Al hablar de las especies más adecuadas para cada espacio urbano, sostuvo que “el tamaño del árbol tiene que estar en relación al ancho de la vereda y la calle, y tener en cuenta si hay cables eléctricos”. Mencionó casos como el aguaribay, una especie nativa muy noble y resistente, ideal para veredas amplias, o los lapachos rosados, que embellecen accesos pero requieren cuidados específicos y riego constante, sobre todo en años secos.

Ambos coincidieron en la urgencia de la tarea. “Estamos frente al cambio climático, y la forma más sencilla de mitigarlo es generando espacios verdes”, aseguró Videla Dorna. Spertino lo resumió con claridad: “Cuidar los árboles es cuidar nuestra calidad de vida. No es solo estética: es salud, ambiente y futuro.”

El llamado final es contundente: “Necesitamos trabajar todos juntos. Entre el municipio, los profesionales y, sobre todo, los vecinos. Sin compromiso ciudadano, nada es posible”, concluyó Spertino.