Un importante robo tuvo lugar en la madrugada del lunes en un comercio de venta y reparación de maquinaria agrícola ubicado sobre la Ruta Nacional 33, a pocos kilómetros de Piedritas. El local, propiedad de Joaquín Balaudo, fue blanco de delincuentes que actuaron con notable precisión y conocimiento del lugar, llevándose herramientas, repuestos y equipos valuados en miles de dólares.
Según relató el propio Balaudo, los autores del hecho ingresaron por el techo del galpón tras cortar estratégicamente zonas clave del techo y desactivar tanto la alarma como el sistema de videovigilancia. «Nosotros tenemos una alarma cifrada, con cámaras y todo. Pero cuando hay alguien que sabe, como dice el dicho, hecha la ley, hecha la trampa», expresó el comerciante con resignación.
Un golpe dirigido y bien planificado
Lo que más llamó la atención de Balaudo y de quienes conocen el caso es el grado de precisión con el que se llevó adelante el robo. “Sabían exactamente lo que venían a buscar. Se llevaron todas las herramientas de hidráulica, la máquina abrochadora de mangueras, todas las mangueras, comandos, bombas, motores, empaquetaduras, baterías nuevas y más. Incluso tres computadoras y un celular del negocio”, detalló.
Sin embargo, lo más curioso del caso es que dejaron en el lugar una máquina de cortar mangueras hidráulicas, que no es especialmente pesada ni difícil de transportar. “Eso me hace pensar que el objetivo estaba muy claro. Tenían todo estudiado. Si dejaba la puerta abierta, tal vez no me rompían nada”, agregó.
Impacto en la comunidad
El robo generó conmoción en Piedritas, tanto por el valor económico de lo sustraído como por el grado de profesionalismo con que fue ejecutado. Durante la mañana del lunes se notó un inusual movimiento de móviles policiales en la zona, lo que despertó la atención de los vecinos.
Agentes de la Policía Comunal y peritos especializados trabajan en la investigación del hecho. Según trascendió, se estaría analizando el material que pudo haber quedado grabado en sistemas cercanos y no se descarta que haya habido tareas de inteligencia previas.
Una señal de alerta
El episodio reaviva el debate sobre la seguridad en zonas rurales y en establecimientos productivos ubicados en rutas nacionales. “No solo es la pérdida económica, es la sensación de vulnerabilidad que te queda. Acá no fue un robo al voleo, fue una operación pensada”, lamentó Balaudo.
Mientras la investigación sigue su curso, el comerciante intenta reorganizar su negocio y cuantificar el daño total. Aunque aún no hay detenidos, todo indica que el hecho fue perpetrado por una banda con conocimientos técnicos y experiencia en este tipo de delitos.
