El delantero de Juventud Unida habló de su gran presente, de su inesperado regreso al fútbol y del valor de la confianza en los momentos difíciles.
Juventud Unida atraviesa un gran momento en el Torneo Clausura y uno de los nombres propios que acompaña ese presente es el de Martín Rubiños. El atacante acumula seis goles en los últimos partidos, y se convirtió en una pieza clave en la levantada del equipo. Sin embargo, su historia reciente va más allá de las estadísticas: hace apenas unos meses, ni él mismo se imaginaba volver a ponerse los botines.
«No me imaginaba ni volver a jugar, menos estar haciendo goles», confesó Martín en su paso por OVACIÓN. Rubiños estuvo alejado de las canchas durante el primer tramo del año, por decisión propia: «Había cosas que no me gustaron y por eso decidí quedarme en casa. Fue una decisión difícil, porque todos saben que amo el fútbol, pero sentía que era lo mejor», aclaró.
La pausa, sin embargo, duró hasta el presente Torneo Clausura, donde volvió de la mano de Gustavo Satragno. «Tuve la confianza de algunas personas y eso me hizo cambiar mucho. La cabeza y la confianza que me están dando son fundamentales. Eso me ayudó a volver a entrenar, a ponerme bien, y ahora a hacer goles», explicó el Salpi. Su regreso no pudo ser más efectivo: con pocos minutos como titular, ya es el máximo artillero de la Juve.
Un referente dentro del club, Rubiños también ostenta un dato curioso y valioso: «Soy el máximo goleador de Juventud en los clásicos contra Ingeniero. Es algo que me llena de orgullo y ojalá pueda seguir extendiendo esa cuenta», manifestó el delantero.
Consultado sobre el presente del equipo, Martín fue claro: «Vamos partido a partido. Ahora pensamos en Bunge, que es un rival duro y que además tiene muy buenos jugadores. Nosotros de local tenemos un plus, y vamos a pelearle a cualquiera». Para Rubiños, el Clausura es uno de los torneos más parejos de los últimos años: «Está muchísimo más competitivo que antes. No te podés descuidar con ninguno equipo», subrayó.
Sobre su racha personal, el delantero bajó su perfil y priorizó lo colectivo: «Lo más importante es que se ganen los tres puntos. Si hago el gol o no, no pasa nada. Nuestra prioridad es poner a Juventud lo más arriba posible», enfatizó.
Por último, Rubiños, más conocido como el «Salpicón» o «Salpi» mencionó el origen de su apodo: «Me lo pusieron de chico y ni el que me lo puso se acuerda por qué», bromeó.
