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sábado, octubre 4, 2025
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Herencia Viajera propuso un recorrido por Uruguay con historia, playas y vinos

Una nueva entrega de Herencia Viajera invitó a los oyentes de Actualidad a cruzar el Río de la Plata y descubrir Uruguay desde una mirada distinta: no solo como destino de playas y descanso, sino también como un lugar donde la historia y la cultura se combinan con la tradición vitivinícola. Romina Domínguez compartió detalles de un itinerario pensado para quienes disfrutan de viajar sin apuro, entre bodegas, pueblos coloniales y paisajes ribereños.

Romina destacó que el país vecino, a pesar de su tamaño reducido, ofrece una gran diversidad de propuestas: “Uruguay es pequeñito, pero tiene un montón de cultura e historia. Nosotros podemos definir cómo queremos llegar: por tierra, en auto, cruzando desde Entre Ríos por Gualeguaychú y Fray Bentos; en ferry, con o sin vehículo, desde Buenos Aires a Colonia o Montevideo; o bien volando, con conexiones rápidas hacia Montevideo o Punta del Este”, explicó.

La primera parada sugerida fue Colonia del Sacramento, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Con su barrio histórico de casas bajas, faroles coloniales y calles empedradas, Colonia ofrece un paseo tranquilo que conecta con el pasado. “Es muy lindo caminar por esas callecitas y descubrir los detalles arquitectónicos que permanecen intactos”, apuntó.

Carmelo y la ruta del vino

Después de recorrer Colonia, Romina propuso seguir hacia Carmelo, un destino menos visitado pero con un encanto especial. Allí se concentran varias bodegas boutique que combinan la producción vitivinícola con paisajes al borde del río y playas tranquilas.

Carmelo invita a descubrir la uva Tannat, cepa de origen francés que encontró en Uruguay las condiciones ideales para desarrollarse. “Es un vino muy interesante, intenso, que acá en Argentina no se produce de manera tan extendida. Para quienes disfrutamos del vino, es una experiencia distinta y vale la pena conocerlo en su lugar de origen”, señaló Domínguez.

Además de las bodegas, Carmelo ofrece propuestas para el turismo activo: paseos en bicicleta, kayak, caminatas por el puente giratorio o navegación por el Arroyo de las Vacas. “Es un pueblito muy pequeñito, pero lleno de actividades”, resumió.

Canelones, el corazón vitivinícola

El itinerario continuó hacia Canelones, región que concentra más del 60% de la producción de vino de Uruguay. Allí predominan las bodegas familiares, en las que la tradición pasa de generación en generación. En este punto, la viajera resaltó la posibilidad de participar en la fiesta de la vendimia, que cada año entre febrero y marzo reúne a productores y visitantes en una celebración donde se cosechan las uvas y hasta se pueden pisar de manera artesanal, al estilo antiguo.

“Es una fiesta muy interesante para los que disfrutan del mundo del vino, porque combina lo cultural, lo familiar y lo turístico. Además, en Canelones hay posadas rurales muy lindas para alojarse y una gastronomía que se parece mucho a la nuestra”, detalló Romina.

De la calma rural a la modernidad de Punta del Este

El recorrido planteado por Herencia Viajera también incluyó un contraste con una zona más cosmopolita: Maldonado y Punta del Este. Allí, además de las playas icónicas como La Brava y La Mansa, y la reconocida escultura de “Los Dedos”, aparecen bodegas modernas con terrazas, cavas subterráneas y propuestas más vanguardistas.

“En esta parte del viaje se suman paisajes distintos, con sierras bajas, el mar cercano y un ambiente más sofisticado. Se pueden hacer cabalgatas, caminatas al atardecer o visitar José Ignacio, que tiene un faro muy pintoresco”, agregó.

Un viaje para disfrutar sin prisa

El itinerario propuesto por Romina Domínguez combina historia, gastronomía, vinos y naturaleza. La clave, según explicó, es recorrerlo con calma, sin las exigencias de un viaje a gran escala. “Es un viaje de descanso que puede durar entre cinco y siete días. Se puede hacer en cualquier momento del año, aunque febrero y marzo tienen un encanto especial porque coinciden con la vendimia”, recomendó.

La experiencia permite degustar quesos de oveja y cabra producidos localmente, acompañar la intensidad del Tannat con un buen asado y disfrutar de menús gourmet en las bodegas más modernas. Al mismo tiempo, las playas de Colonia y Carmelo ofrecen un refugio alejado de las multitudes.

Un vecino cercano

Romina subrayó la cercanía cultural entre ambos países: “Ir a Uruguay es como viajar cerca de casa. No nos complica el idioma, no nos complica la distancia, y son escapadas que se pueden planificar también desde lo económico. Es un país pequeño, pero muy intenso, donde conviven lo histórico y artesanal con lo moderno y lo cosmopolita”.

Finalmente, anticipó que estas propuestas abren la puerta a futuras ediciones dedicadas a otras rutas del vino, tanto en Argentina como en la región. “Cada vez descubrimos más vinos en distintos puntos de nuestro país, incluso en provincias que no imaginábamos. Hay mucho por recorrer y conocer”, cerró.

De esta manera, Herencia Viajera volvió a ofrecer una alternativa distinta para quienes buscan escapadas cercanas y accesibles, con la posibilidad de vivir experiencias auténticas entre viñedos, playas y pueblos coloniales.