Marisol y Diego son hermanos de Adalberto Chacón, el joven que fue asesinado días atrás en el barrio La Trocha. Con voces entrecortadas y la impotencia a flor de piel, contaron su versión de los hechos y reclamaron que se investigue hasta las últimas consecuencias.
Diego habló con claridad sobre el dolor y la bronca que atraviesa la familia: “No hallo palabra ni motivo por qué el asesino anda suelto, paseándose como si fuese el rey de la calle”. Y añadió que la sensación de vulnerabilidad alcanza a cualquiera: “Te puede pasar si usted tiene un chico, le puede pasar a usted, le puede pasar a cualquier familia”.
Según relataron, la desesperación se profundizó al enterarse de que el presunto agresor continuaba en libertad. “Por lo que charlamos con unas personas hubo plata en el medio, pagaron un abogado”, dijo. “Yo de mi parte quiero tomar justicia, pero no puedo; por eso estamos haciendo todo esto: que esto salga a la luz”, agregó.
La versión de la familia sobre la noche del crimen
Los hermanos explicaron que no estaban presentes cuando ocurrieron los hechos. Diego contó que esa noche había salido a hacer unas cosas y que, al recibir la llamada, regresó inmediatamente. “Me llamaron enseguida, así que llegué. Sé que la ambulancia tardó 45 en llegar”, relató, y añadió: “No tengo más nada para decir, pero quiero que se haga justicia y que pague lo que hizo, porque hoy le quitó la vida a un jovencito, a una criatura”.
En la familia circulan hipótesis en torno a cómo se desencadenó la pelea que terminó con la vida de Adalberto. “Nos decían también que en el momento de la pelea, al agresor alguien le alcanza un cuchillo”, afirmó. “Sé que le pegaron por atrás, porque no es de hombre; eso ya es de cobarde. Si usted va a pelear, peleá de frente, no de atrás.” Señaló además que, para él, tanto quien asestó la puñalada como quien entregó el arma comparten responsabilidad: “Que pague tanto el asesino como el que dio el cuchillo”.

Un pedido público y la búsqueda de respuestas
Los hermanos dejaron claro que su reclamo no busca venganza privada ni desorden social, sino transparencia y celeridad en la investigación: “No venimos a hacer quilombo. Solamente venimos para que se tome justicia”, dijo Diego. Ambos esperan que la visibilización del caso alcance a toda la comunidad: “Que esto salga a toda la luz… y que todos sepan cómo puede ser que hoy en día tengamos que andar cuidándonos la espalda por un asesino”.
En sus declaraciones se repetía el mismo pedido: que las autoridades actúen y que el proceso judicial avance hasta esclarecer quiénes participaron y por qué. “Que se haga justicia”, insistieron. E hicieron un llamado para que las investigaciones no queden en rumores ni en versiones parciales: “Que tomen todas las represalias que tengan que tomar. Que se investigue todo”.
El impacto en la comunidad y la respuesta institucional
El homicidio de Adalberto conmocionó al barrio La Trocha. Familiares señalaron demoras en la asistencia y cuestionaron la respuesta de quienes debían garantizar la seguridad. La demora en la llegada de la ambulancia -según la familia, 45 minutos- fue uno de los reproches que alimentaron el reclamo.
La familia pidió además que la Justicia actúe sin dilaciones y que no se permita que supuestas influencias económicas impidan que el caso llegue a instancia judicial. “Que esto llegue no solamente a Villegas sino a todos lados”, dijo, con la esperanza de que la presión pública contribuya a acelerar las diligencias.
El dolor por la pérdida de un joven de 22 años se mezcló con la rabia por la sensación de impunidad. Los hermanos de Adalberto reclamaron que la investigación identifique a todos los responsables y que las pruebas se preserven. “No se lo desea a nadie, es algo muy feo”, concluyeron, pidiendo que la comunidad y las instituciones que no dejen morir el caso.