El defensor villeguense marcó uno de los goles en la victoria de Estudiantes de Río Cuarto sobre el Deportivo Madryn, por la final de ida del Reducido de la Primera Nacional.
El fútbol argentino volvió a poner el foco en General Villegas. El sábado por la noche, en un estadio Ciudad de Río Cuarto repleto, Estudiantes venció 2 a 0 a Deportivo Madryn en la final de ida por el ascenso a Primera División. Y el segundo gol —el que desató el delirio en el Imperio del Sur y en cientos de hogares villeguenses— llevó la firma de Juan Antonini, el defensor surgido de Eclipse que atraviesa el punto más alto de su carrera.
En diálogo con OVACIÓN, Juan no dudó en reconocerlo: «Sí, este es mi mejor momento deportivo. Me sentí muy cómodo en el club, en la ciudad, y se me fueron dando las cosas con el correr del campeonato». El central, que pasó por Sarmiento de Junín, el ascenso español y Colón de Santa Fe, hoy se consolidó como pieza clave de un Estudiantes que sueña con volver a la élite.
Un camino de aprendizaje que hoy da frutos
Antonini repasó sus distintas etapas y explicó cómo cada una marcó su crecimiento. Recordó sus comienzos en Sarmiento —»agradecido porque me dio la posibilidad de ser profesional»— y valoró la experiencia en el ascenso español, donde encontró continuidad y confianza. Incluso su paso por Colón, donde disputó menos minutos, fue determinante para su presente: «Colón fue el club donde más aprendí lo que es competir: ahí no se puede regalar nada, ni una pasada en el gimnasio. Ese roce me sirvió muchísimo para hoy», contó.
Un luchador que se ganó su lugar en el once titular
Cuando llegó a Río Cuarto, admitió, no imaginaba estar tan cerca del ascenso. «Uno llega con la ilusión de jugar lo máximo posible, pero sabés lo duro que es ganarse un lugar. Me lo fui ganando fin de semana tras fin de semana y hoy lo disfruto».
El plantel de Estudiantes —jóvenes, luchadores y con historias similares de pelea por su espacio— forjó una identidad que lo llevó a esta instancia decisiva. «Estamos a 90 minutos. Va a ser durísimo, ellos son fuertes, pero queremos coronarlo de la mejor manera y devolverle al club la confianza que nos dio», señaló el defensor.
El gol de su vida
Antonini ya había marcado en escenarios bravos: Chicago en Mataderos y Chacarita en San Martín. Pero este fue distinto. «Sí, este es el más importante. Los otros fueron muy especiales, pero este tiene otro sabor: primera final, de local, la gente explotó. Lo pongo en primer lugar», resaltó el ex Sarmiento.
El rol clave de Iván Delfino y la fuerza de la familia
Si hay un técnico que marcó la carrera de Antonini, ese es Iván Delfino. «Lo tengo en un lugar especial. Compartí casi toda mi carrera con él. Para mí y para mi familia fue muy importante. Mis mejores momentos fueron con él».
La familia, por supuesto, vive el presente con emoción. Su hermano Fermín, recientemente ascendido con Gimnasia de Mendoza, es consejero y sostén permanente. «El sábado a la mañana me dijo que vaya al área porque iba a hacer un gol. Después me escribió: ‘viste que se cumplió», contó entre sonrisas.
También atraviesa un año inolvidable en lo personal: junto a María celebraron la llegada de Isabella, su primera hija. «Este 2025 ha sido un año muy importante para la familia», destacó.
Villegas sueña con un doble festejo
Aunque mantiene la cautela, sabe que en Villegas todos imaginan la posibilidad de ver a los dos hermanos festejando ascensos casi en simultáneo. «Todavía falta el paso más importante, no quiero pensar en los festejos. Pero si se da, siempre vamos a volver al club donde nos criamos: Eclipse», afirmó.
Firme, centrado y humilde, Antonini vive un presente que él mismo define como el mejor de su carrera. Y mientras el país mira de reojo la revancha, en General Villegas ya se siente el orgullo por uno de los suyos, que sigue dejando la bandera local bien arriba.

