El 2024 será recordado como un punto de inflexión para La Lucila Polo Club. Así lo dejaron en claro su presidente, Gabriel Grosso, y el tesorero Federico Gonella, al realizar un balance de una temporada que combinó logros deportivos inéditos, crecimiento institucional y un marcado recambio generacional.
“Fue algo impensado para nosotros”, reconoció Grosso al recordar el campeonato interclubes ganado por el club por primera vez en su historia. “Siempre llegábamos convencidos de que era otro nivel, de que no era para nosotros. Esta vez no sé si se alinearon los planetas, pero tuvieron todos un excelente día y se dio”.
La consagración no fue un detalle menor. El equipo, capitaneado por Gonella y Alfredo Castanheira, logró imponerse frente a instituciones con mayor recorrido. “Uno compite, pero es mucho más lindo competir y ganar. Uno pega el primer tiro queriendo ganar”, afirmó Gonella, y agregó con sinceridad: “Cuando no se puede, bueno, hay que disfrutar el día”.
En el plano individual, el campeonato anual Scratch volvió a mostrar por qué es considerado “el verdadero campeonato del club”. “Ahí no hay hándicap, es el campeón de verdad”, explicó Gonella. La final entre Enzo Sánchez y Andrés Williams coronó a este último, en un certamen donde quedó expuesta una tendencia clara: el avance de los más jóvenes.
“Por suerte tenemos un semillero”, destacó Grosso. Y puso un ejemplo concreto: “Ale Massa está grande, ya se va acercando a los cincuenta, y jugó contra un chico de catorce o quince años”. Lejos de la crítica, el presidente lo resumió con una frase que mezcló humor y realidad: “Hay un dicho en el golf: el de menos de 18 de hándicap juega más al golf de lo que trabaja, y el que tiene más de 18 trabaja más de lo que juega”.
Ese recambio generacional tiene un nombre propio. “Francisco del Pino es el gran culpable de que estos pibes jueguen así”, afirmó Grosso sobre el profesor de golf llegado desde Sierra de la Ventana. “Formó a todos los chicos nuevos. Incluso uno de ellos consiguió una beca en Estados Unidos gracias a los torneos que jugó”.
El crecimiento no se limita al golf masculino. “Las damas están muy bien, muy activas”, señalaron, destacando la participación constante en competencias zonales. A la par, el club sostiene una intensa actividad social y deportiva. “Tenemos una colonia de vacaciones con cerca de 250 chicos”, contó Grosso, y remarcó: “La Lucila es un lugar fantástico para la familia”.
Desde lo institucional, el balance también fue positivo. “No es solo cortar el pasto”, aclaró el presidente al hablar del mantenimiento del predio. Renovaciones en la pileta, instalación eléctrica, baños, cocina, iluminación de las canchas de tenis y trabajos permanentes en la cancha de golf forman parte de una gestión sostenida. “Siempre hay asignaturas pendientes, pero el club no para de crecer”, resumió.
El tenis atraviesa uno de sus mejores momentos. “Hoy no da abasto”, dijeron casi al unísono. El hockey, en cambio, quedó relegado: “Hoy, sin cancha sintética, es muy difícil sostenerlo”. El polo, en tanto, asoma nuevamente como una actividad a reactivar.
Antes de cerrar, Gonella dejó una invitación abierta: “Que la gente se acerque, que vaya al club, que pruebe. El golf es un deporte impresionante, pero La Lucila es mucho más que golf”.
Grosso coincidió y cerró con una definición que resume el espíritu del año: “La Lucila es un orgullo para Villegas”.
