El nuevo ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, anunció que volverán las paritarias nacionales docentes. Esa declaración fue recibida con alegría por los gremios docentes, que vienen de atravesar largos conflictos con los gobiernos provinciales a causa de la falta de una paritaria nacional que establezca un piso salarial.
Graciano Córica, de UDEB General Villegas, realizó un análisis del último año, de lo que fue la gestión de Vidal y también de lo que se viene:
«Este ha sido un año donde el conflicto fue menor, a diferencia de los anteriores. Si bien iniciamos el año con conflicto se respondieron a las demandas desde el Ejecutivo provincial de la gestión anterior y respetaron nuestros pedidos después de un 2018 muy complicado. El 2018 fue quizás el año más complicado desde el 2001 en adelante, con paritarias que no cerraron hasta octubre y que las cerraron por decreto. El 2019 tuvo otro tono porque pusieron la cláusula gatillo con un reconocimiento de lo que habíamos perdido en el 2018, que no fue la totalidad pero permitió un acercamiento y una negociación. Cuando uno va a negociar las dos partes ceden un poco: eso fue lo que pasó este año y por eso la conflictividad de el punto de vista de los paros y de las movilizacioones bajó muchísimo con respecto al 2018», afirmó Córica.
Y añadió: «Saludamos con buen augurio que se reinicien las paritarias nacionales. Fue el esquema exitoso de 2016: las paritarias nacionales resueltas primero y después las negociaciones provinciales en base a ese piso que marcan las paritarias nacionales. Eso se dejó de hacer en 2017 y 2018 y dio muy malos resultados. El ministro Trotta ha dicho que quiere recuperar esa instancia de diálogo. Desde la DAC (Confederación a la que pertenece FEB y UDEB) venimos reclamando que la paritaria nacional sea una ley, no que sea resultado de la buena predisposición del goberno de turno».
Córica no ahorró críticas hacia la gestíon provincial anterior: «El gobierno anterior cometió el gravísimo error de tomar a los docentes como enemigos, con agresiones, con descalificaciones, llamando a la comunidad a ofrecerse de voluntarios como si cualquiera pudiera asumir la responsabilidad de ejercer la docencia, con un total desconocimiento del sector. Lo que vino después del 2016 fue un enfrentamiento abierto, con un desprecio profundo contra los gremios y los docentes. Se cargaron contra nosotros porque quisieron aprovechar políticamente la tensión interna entre los gremios docentes y la comunidad educativa. Hicieron un desastre, fue muy desgastante. Esperamos otros gestos y otras formas».
De cara a lo que se viene, la expectativa de los gremios docentes es no seguir perdiendo poder adquisitivo. «Esperamos que el salario docente supere a la inflación para evitar el conflicto. Nosotros no tenemos vocación de conflicto, pero sabemos muy bien cómo defender nuestros derechos e intereses. En eso tenemos mucho ejercicio democrático desde el punto de vista gremial: se hace lo que las bases deciden que se haga. Sería un avance poder negociar en enero y en febrero, con tranquilidad, sin esos apuros de la última semana de febrero que ponen a todo el mundo con los pelos para arriba, esperando a ver qué ofrecen, cómo lo ofrecen, teniendo que salir a anunciar paros. Sé que muchos piensan que amamos hacer paros, pero no es así. A nosotros no nos pone en una situación de comodidad tomar medidas de fuerza, genera muchos roces tanto a nivel interno en las escuelas como en relación con la comunidad educativa. Lo que todos queremos es un poco de paz», argumentó Córica.
Para finalizar dijo: «La expectativa que tenemos, como cada vez que se renuevan las autoridades, es poder abrir canales de diálogo. Generar mesas de trabajo donde se propongan soluciones a los problemas de fondo con políticas de Estado que excedan a la buena voluntad de un gobierno de turno. La expectativa es generar diálogo para obtener resultados».