El local, ubicado en calle Mitre de nuestra ciudad, es un silencioso testigo de todo el esfuerzo que Horacio Jaimez y su familia llevaron adelante desde los comienzos de GV Embragues hasta la actualidad. En este 2020 se cumple el 20° aniversario de esta empresa familiar que logró superar todas las crisis a base de trabajo y voluntad.
La historia se remonta al año 1992, cuando Horacio Jaimez -que en ese momento trabajaba en una distribuidora- recibe la propuesta de emprender. «Son 20 años de GV Embragues, pero son 28 años que estamos en el rubro. En el año 1992 empezó todo. Yo estuve tres años en los dos trabajos: trabajaba en la distribuidora y le dedicaba a esto todos mis ratos libres, los sábados, los domingos, los feriados. Estuve así hasta que un día decidí dejar de depender de patrones. Fue muy duro. Estuvimos 8 años peleándola», explica Horacio.
«En aquel momento yo tenía ganas de emprender, de hacer algo. No lo dudé, sabía cuál era mi horizonte, sabía que tenía que luchar muchísimo. Me levantaba 5.30 o 6 de la mañana e iba al local que teníamos en ese momento. Todas las mañanas llegaba muy temprano porque dormía poco por los problemas», reconoce.
En el año 2000, Horacio y sus hijos lograron concretar un sueño: la casa propia. Allí nace GV Embragues tal como lo conocemos hoy.
«Después de tantos años que venimos luchándola, nos han saludado clientes de La Pampa, de Córdoba, de San Luis, de Rosario. Para nosotros es un halago y un reconocimiento a todo lo que nos costó llegar a tener esto», sostuvo.
Horacio está secundado por sus hijos Juan Cruz, Gregorio, Lucio y Lucas (este último colabora en todo lo que es diseño). Sus hijos y sus nietos son el futuro de GV Embragues. «Yo siempre les digo que esto no es mío, que es de ellos. Y ellos saben lo que nos costó. Por eso tienen que seguir y hacerlo crecer, porque detrás de ellos vienen sus hijos. Esto tiene que continuar», concluyó Horacio, un ejemplo para sus hijos y también para sus nietos.
