La presencia de los mosquitos en la ciudad y en los pueblos del partido se vuelve intolerable. El coronavirus nos expulsa de las calles y los mosquitos de nuestros patios. El municipio ya comenzó a fumigar en las distintas localidades. Silvio Borone, subsecretario de Medio Ambiente, aclaró que se trata del mosquito común y no del Aedes Aegypti.
El subsecretario de Medio Ambiente, Silvio Borone, destacó que no es un problema exclusivo del distrito sino de toda la provincia y que la Municipalidad de General Villegas ya comenzó a fumigar tanto en las localidades del interior como en la ciudad cabecera.
Pero además, Borone señaló que la invasión que estamos sufriendo es del mosquito común, no del Aedes Aegypti (que es el transmisor del dengue y otras enfermedades).
«Hay una invasión infernal en toda la provincia y en provincias aledañas. Es una invasión del mosquito común que no transmite el dengue, pero que causa muchas molestias. Hay que saber separar el Aedes Aegypti, que es el mosquito transmisor de la enfermedad, y el mosquito común que es el problema que tenemos ahora por las características ambientales que se dan este año. En años anteriores hubo sequía y no tuvimos esta problemática», remarcó el funcionario.
¿Qué hace el municipio para combatir la invasión?
«Hicimos aplicaciones en todos los pueblos del partido. Los últimos fueron Banderaló y Sauze. Mientras esté la presencia del mosquito vamos a seguir armando cronogramas para poder aplacar la carga que hay. Se aplaca la carga, no se elimina la presencia del mosquito. El producto que aplicamos es el único que podemos usar porque hay otros productos que son más eficientes pero que son tóxicos y que no están permitidos para usar en la zona urbana. Hay productos que se usan en la agricultura que tienen una residualidad muy buena, pero no están autorizados por el Ministerio de Salud para aplicarlos en los pueblos. Tenemos que arreglarnos con lo que nos permiten», informó Borone.
El producto tiene que aplicarse bajo ciertas condiciones para que sea lo más eficiente posible: que no haya mucho viento, que se logre dispersar y que se mantenga bastante tiempo en el aire. Mata al contacto y tiene baja residualidad, es decir que tiene que aplicarse en la ventana horaria de mayor presencia del insecto (por ejemplo, si se aplica a las 15 horas sería ineficiente).
«Este producto mata cuando se está aplicando, en el momento en que está en el aire. Se puede aplicar antes que llueva, pero no durante la lluvia», subrayó el subsecretario de Medio Ambiente.
Ante las reiteradas consultas de por qué no se aplicaba el producto de forma aérea, Borone puso en duda que esa modalidad sea efectiva: «Tengo mis reparos en cuanto a eso porque el avión para fumigar arriba de una ciudad tiene que volar bastante alto. No es lo mismo que fumigar un lote. Acá tenés que ir muy alto, a 20 metros, por el tema de las antenas y barreras dentro de una ciudad. Ahí ya no sería tan efectivo, no se podría garantizar la llegada del producto al objetivo. Otro factor es el costo: con el costo de una aplicación de avión, que dura un solo día, podemos hacer 6 o 7 aplicaciones terrestres. El producto es muy caro, sería gastar mucho más y, según la experiencia de otros distritos que lo han hecho, al otro día tendríamos la misma carga de mosquitos», dijo.
No olvidarse del dengue
Si bien la actual invasión es de mosquito común (que crece en zanjones y espejos de agua), el funcionario recomendó no olvidar las medidas de seguridad contra el mosquito del dengue.
«La mejor manera de controlar el Aedes son con las medidas que siempre proponemos: el desmalezado y el descacharrado. El 80% del Aedes se cría adentro de las casas, en algún florero o recipiente que tenga agua. El Aedes no se va a criar en zanjones o en la laguna del parque, ni en espejos de agua: se va a criar en un recipiente que tenga pared. Eso es lo que necesita para depositar los huevos. La mejor forma de combatirlo es tomarnos el trabajo de mantener los espacios limpios, sin objetos que junten agua», explicó.
El funcionario recomendó colocar mosquiteros en todas las ventanas, así como también descacharrar y cortar el césped.
Ante el problema de propietarios de baldíos que cortan el césped, Borone afirmó: «Todos tenemos que tener consciencia. Solo así podremos reducir el criadero de mosquitos. Desde Medio Ambiente lo que nos ocupa es la inspección, generar actas donde se hacen intimaciones. En el caso de que el propietario no lo corte, se le cobra una multa importante. El municipio, por obligación, tiene que mantener los espacios públicos y verdes, no los privados. Cuando esos espacios privados se multiplican es imposible tener recursos para mantenerlos».
«Recurrimos a la buena voluntad del propietario y hablamos con ellos. Si acceden, constatamos que se haga; y si se rehúsan, se labra un acta. La idea es agilizar ese proceso, pero son muchos los terrenos que están en esa situación y en años como éste se dificulta hacer la tarea», concluyó.