En todas las épocas, la raza humana se ha caracterizado por emitir frases, lanzar premoniciones o realizar promesas futuras que han quedado en la historia como grandes aciertos, grandes fracasos o han sido directamente mentiras. Estas frases, premoniciones o promesas han sido pronunciadas por políticos o por futurólogos, teniendo estos últimos más éxito (también debemos recordar que se dedican a eso) que los primeros, en cuanto a la verificación de sus afirmaciones respecto del futuro.
De todos los adivinos uno de los más famosos fue Nostradamus (Michel de Notre Dame 1503-1566) quien elaboró diversas premoniciones ordenadas en volúmenes, denominadas centurias, formadas por cuartetas, es decir estructuradas como poesías para gambetear a la Santa Inquisición y no terminar sus días en la hoguera junto a brujos, hechiceros, curanderos o magos. Por esta razón los escritos de Nostradamus y por ende sus profecías son muy encriptadas y existen numerosos «traductores», acerca de que quiso decir o cual fue su pronóstico respecto a determinados hechos. Las predicciones de Nostradamus superan nuestra realidad contemporánea y llegan hasta el año 3797, mencionado en una supuesta carta a su hijo Cesar, fechada en 1555.
Entre los aciertos más conocidos y populares podemos citar el asesinato de John Fitzgerald Kennedy el 22.11.1963 (Centurias: I.26, IV.13, IV.14, y VI.37); la guerra de los seis días en 1967 (Centuria III.22); la invasión de Napoleón a Rusia en 1812 (Centuria IV.75); el ascenso del Imperio Británico entre 1651 y 1950 (Centuria X.100); el derrocamiento del Sha de Persia en 1979 (Centuria I.70); las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945 (Centuria II.6); la caída del avión con rugbiers uruguayos en los Andes en 1972 (Centuria II.75) y la guerra civil española entre 1936 y 1939 (Centuria VI.80).
El lenguaje en que están escritas estas centurias es bastante hermético, colmado de palabras inventadas, anagramas y referencias geográficas concordantes con el mapa del siglo XVI, entre otras habla de la región púnica (Etiopía), Galia (Francia), Dalmacia (Croacia), por cuanto, si andan flojos en geografía actual, no recomiendo su lectura a solas. De todos modos, lo complicado del lenguaje hace que determinados hechos puedan ser interpretados en forma posterior a su ocurrencia (con el diario del lunes como diría un amigo).
La profecía que anda circulando por estos días en las redes sociales, no está incluida en los escritos de Nostradamus, según sus exegetas. Las predicciones para 2020 consisten en crisis económicas significativas y el adiós de una reina, todos apuntan a la inoxidable «her majesty the Queen» Elizabeth II. De todas maneras bastante bien para haberlo predicho 465 años antes.
En nuestro país uno de los futurólogos mas famosos fue Benjamin Solari Parravicini (1898-1974), un artista plástico que, sin embargo, se hizo famoso por sus pictografías premonitorias que desgranó en un lenguaje no tan encriptado como Nostradamus (la Santa Inquisición ya no existía como institución, solo permanecía en las cabezas de algunos). En las mencionadas pictografías hacía muchas referencias a la Argentina y el mundo, anticipando la guerra de los seis días de 1967 (1951); el primer ser vivo enviado al espacio en 1957 (1938); la revolución cubana de 1959 (1938); el ascenso de Francisco Franco en España y su sucesión por «un Borbón» en 1975 (1938) y otras situaciones que materializó en sus dibujos como la pelea por la conquista del espacio en la década de 1960 entre Rusia y Estados Unidos (1941), la inseminación artificial (1937), el dominio de la energía atómica (1934) y el atentado a las Torres Gemelas el 11.09.2001 (1939).
En la web pueden encontrarse infinidad de sitios con las premoniciones de Nostradamus y Benito Solari Parravicini.
En otro orden, los políticos o quienes sin serlo han estado en alguno de los estratos del poder, también han quedado en la historia, pero no precisamente por sus aciertos o anticipaciones, sino por sus estrepitosos fracasos o el sesgo negativo que han tenido sus promesas o frases, donde ocurrió exactamente lo contrario que habían expresado.
El año 1972 había comenzado con un evento deportivo de carácter internacional como el Gran Premio de la República Argentina de F-1, ganado por Jackie Stewart, clasificando séptimo Carlos Reutemann en su debut en la categoría. Armando Bo estrenaba la película Fiebre y también se expusieron al público El Profesor Tirabombas, Rosa … Rosa y La Sonrisa de Mamá (si no sabés quien actuaba en cada una Googlea o mejor preguntale a tus abuelos). San Lorenzo de Almagro sería el campeón de los torneos Metropolitano y Nacional. El dólar cotizaba entre los $ ley 10,00 y los $ ley 11,00, los Ministros de Economía fueron Cayetano Licciardo y después Jorge Whebe, la inflación era del 64% y el Presidente Alejandro Agustín Lanusse el 27 de julio, dijo «Perón no viene porque no le da el cuero». En realidad la frase es mucho más elaborada y dicha en un contexto de carácter eleccionario. La cuestión es que el General Perón regresó al país el 17 de noviembre, después de 18 años de exilio y descendió del avión bajo el paraguas protector de José Ignacio Rucci.
En el año 1981 gobernaban los militares, quienes ya habían cambiado al presidente (Roberto Eduardo Viola había reemplazado a Jorge Rafael Videla) que había nombrado también un nuevo gabinete, el Ministro de Economía era Lorenzo Sigaut. Nos preparábamos para el Mundial de Fútbol 1982 para el cual teníamos sobradas expectativas (piensen en los campeones de 1978 mas Maradona y Ramon Diaz). La inflación era de 131,30%, el valor del dólar comenzó en $ ley 2038,50 y finalizó en $ ley 10400; Queen realiza cinco shows en el país, tres en el Estadio de Velez Sarsfield, uno en Rosario y uno en Mar del Plata, Frank Sinatra se presenta en el Luna Park, Boca Juniors (con Maradona y Brindisi) obtiene el campeonato Metropolitano con ventaja de un punto sobre el Ferro Carril Oeste de Carlos Timoteo Griguol, San Lorenzo desciende a Primera B y el torneo Nacional es ganado por River Plate. En ese contexto, el flamante Ministro de Economía destacó que «los que apuesten al dólar van a perder», pocos días después, dispuso una devaluación del 30%. Lo más curioso de estas nefastas palabras, es que volvieron a ser utilizadas por Eduardo Duhalde, unos años después (La Nación 10.02.2002).
Corría 1982 el gobierno militar agonizaba, buscaba a toda costa apoyo popular y creyó poder lograrlo desafiando a dos de las mayores potencias militares del mundo, por una disputa territorial en las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, el Presidente era Leopoldo Fortunato Galtieri y el Ministro de Economía Roberto Alemann; luego fueron designados Jose Maria Dagnino Pastore y Jorge Whebe, la inflación fue del 209,70%, el dólar comenzó cotizando $ ley 10300 y finalizó en $ ley 68000. La performance en el Mundial de Futbol fue mediocre y terminamos vapuleados por Italia y Brasil. Las películas Ultimos Días de la Victima y Plata Dulce reflejaban las realidades de la época; la música argentina contemporánea tiene su auge porque a causa de la guerra las radios no pasan música extranjera y allí es cuando mucha gente descubre por primera vez que había algo mas allá del folclore, el tango, Palito Ortega y Sandro. El campeón del torneo Metropolitano es Estudiantes de la Plata y en el torneo Nacional el campeón invicto es Ferro Carril Oeste. Después de la invasión a las Islas a principios de abril, el flamante gobernador de las islas, general Mario Benjamín Menéndez pronunció su desafiante arenga «que traigan al principito», aludiendo al príncipe Andrew, miembro de la familia real; «el principito» vino, trajo todo el armamento acorde a una potencia militar y el gobernador terminó firmando la capitulación 74 días después.
En 2002 ya le habíamos sacado trece ceros a la moneda, básicamente para que los dígitos «entraran» en las computadoras y calculadoras, el país se encontraba en crisis (como casi siempre), el Ministro de Economía era Jorge Remes Lenicov, había finalizado la etapa de la convertibilidad ($ 1 a u$s 1) , el dólar cotizaba a $ 1,95, finalizando el año a $ 3,405 y la inflación era del 41% después de 10 años de muy bajas tasas. La eliminación de la Selección Nacional en el Mundial de Fútbol se equiparaba al desastre de Suecia 1958. El torneo Apertura fue ganado por Independiente que en silencio ya lleva 18 años sin ganar un campeonato y el Clausura fue obtenido por River Plate. Las películas estrenadas eran Kamchatka, Un Oso Rojo y El Bonaerense entre las más relevantes. En ese contexto Eduardo Duhalde, presidente después de apagarle la luz repetidas veces a Adolfo Rodríguez Saá uno de los tantos «presidentes por día» que tuvo el país en diciembre de 2001; pronunció en su discurso inaugural la inmortal frase «el que depositó dólares recibirá dólares», cosa que demás está decir, nunca fue cumplida, aunque algunos todavía están esperando.
(*) Omar Emín es Licenciado en Administración y Contador Público. Colabora en medios de comunicación en temas fiscales, laborales y económicos en general. Socio fundador de Echenique, Emín, Albín & Asociados, firma dedicada a trabajos profesionales de carácter administrativo, laboral, contable e impositivo. Se desempeñó en el ámbito educativo universitario, terciario y secundario, con algunas experiencias en educación a distancia en el nivel universitario.