Pablo Gustavo Falero es un jockey uruguayo radicado en nuestro país -más específicamente en San Isidro-, con 38 años de trayectoria y más de 9000 carreras sobre sus espaldas. Actualmente se encuentra retirado de la competencia, pero sigue vinculado a la actividad como cuidador del Stud «La Vacación».
«Comencé en el año 81 en el hipódromo de Colonia, Uruguay. Corrí 10 años en Uruguay y en el 91 me radiqué en la Argentina aunque ya había venido a correr algunas carreras, de hecho en el 89 gané un clásico», comenta Falero, quien es un fiel representante de la escuela uruguaya de jockeys que cuenta con exponentes de la talla de Irineo Leguizamo, Vilmar Sanguinetti, Oscar Domínguez, entre otros.
«El 16 de enero me hice cargo de los caballos del Stud La Vacación. Terminar algo y tener un proyecto nuevo es muy importante. Mi carrera de despedida la hice en Uruguay, el 6 de enero. Desde ese día no monté más un purasangre. Es una actividad riesgosa. Durante mucho tiempo la hice con pasión y me arriesgué mucho. Muchas veces sufrí golpes y por la tranquilidad de mi familia me retiré. Todavía el físico y la mente daban para seguir un tiempo más, pero un golpe más no lo iba a aguantar. De San Isidro me despedí el 14 de diciembre», relata Falero.
Durante años corrió por los mejores hipódromos de nuestro país y de la región, aunque reconoce que San Isidro es el «más lindo de Sudamérica». Allí ganó cuatro Carlos Pellegrini. «Cada hipódromo tiene su recuerdo y su buen momento. También gané un Nacional y tres Dardo Rocha. Cada carrera de cada hipódromo tiene su prestigio», añade.
En cuanto al futuro del turf, Falero sostiene que «la economía mundial ha tirado muy abajo a todas las actividades». No obstante, señala que «si logran que se apruebe el juego online creo que la hípica de Argentina va a ser una de las mejores del mundo. La gente está pendiente de las grandes carreras. Si se abre el juego online se va a apostar mucho»
Para Falero es importante que se apliquen y respeten los protocolos en la actividad turfística, pero afirma que «el problema es que arrancó solo en Palermo. Esperemos que se abran también los hipódromos de las provincias».