Hablar de Alejandro Calzada es hablar de hockey. Hace más de 20 años que junto a su socio y amigo, Gerardo Barrionuevo, llegaron desde Mendoza y desde ese momento el hockey villeguense no ha parado de crecer. Los dos profesores le dieron un notable impulso a este deporte, trabajando con las divisiones inferiores y ayudando a formar a jugadores que dejaron de ser una promesa y hoy son una realidad, como es el caso de Guillermo Campana quien juega en la primera división del Club San Martín.
Sin embargo, la cuarentena y el coronavirus complicaron todo.
«Ha sido un año muy difícil. Estuve muy desmotivado. A mi no me gusta entrenar por entrenar. Al no haber competencia se pierde el objetivo. Pero tuvimos que hacer un cambio de mentalidad porque la gente está buscando salud, todo el mundo tuvo que hacer un cambio de cabeza. Ahora van a hacer un deporte para divertirse y porque necesitan estar saludables. No hay competición ni objetivo el fin de semana, pero seguimos enseñando y trabajando porque a la larga, cuando haya competencia, vamos a llegar mucho más finos que lo que no están haciendo nada», afirmó Calzada en diálogo con OVACIÓN.
«Los jugadores también hicieron el cambio, dejaron de pensar en la competencia y pasaron a pensar que tienen que mantenerse bien físicamente, que tienen que estar bien psicológicamente y que se tienen que divertir en vez de competir. Porque cuando esto termine se va a notar mucho la diferencia entre los que están entrenando y los que no», subrayó.
Con respecto a un 2021 donde se pueda volver a la normalidad y a las competencias, Calzada fue cauto y prefirió evitar hablar del futuro: «Estamos en una etapa de incertidumbre, tratando de que la gente vaya a entrenar, que disfrute, que jueguen un rato hasta que podamos volver en competencia. Es un día a día», concluyó.