En una entrevista con Tiempo Nuevo, en el por entonces principal programa político de la televisión nacional, que conducían Bernardo Neustadt y Mariano Grondona, el genial médico y quizás el argentino menos discutido del último siglo, decía lo que muchos piensan.
En poco más de seis minutos desmenuza los grandes problemas de la Argentina sin dejar afuera a nadie.
Su visión sobre «la coima, la mordida, la crisis moral, la historia, el derramamiento de sangre. El despilfarro del gobierno peronista del 45 al 49, el Napoleón de la Industria, la inflación y la emisión. La amoralización de la administración pública. La hiper, el Rodrigazo, Mondelli y otra vez sangre. El gobierno de Isabel. Alfonsín, Menem. El esfuerzo, el trabajo, el sudar, el romperse el alma. El sufrimiento de los de abajo y los que no pagan sus impuestos pese a tener yates y grandes propiedades. Su saco de oferta y su zapato de media suela».
«Tengo derecho de hablar», dijo por entonces.