Luis Surbano es un auténtico todoterreno. Es de esos atletas que no largan para llegar, sino que lo hacen para ganar. Siempre sobreponiéndose a cualquier inconveniente y dejando todo en cada circuito.
Si bien es un gran atleta y se destaca corriendo y arriba de la bicicleta, sus inicios no comenzaron allí. Comenzó, como muchos otros, corriendo detrás de una pelota.
En sus inicios jugó en Atlético Villegas, donde formó parte de una segunda división que supo consagrarse campeona. Sin embargo, un hecho puntual lo alejó de las canchas y cambió su destino para siempre:
«Cuando llegó ‘Pancho’ Ferraro, el que no entrenaba no jugaba. Nosotros estábamos trabajando en una cancha de Jovita. Lobos y yo no podíamos entrenar y entonces salíamos a correr. Mirando los tiempos de los que corrían nos dimos cuenta que no estábamos tan lejos», relata Surbano.
Así fue como, poco a poco, comenzó a alejarse del fútbol para abrazar el atletismo. Empezó a destacarse en carreras de biatlón (hoy duatlón) y triatlón. Lo suyo era la bici y correr.
Mucha gente de General Villegas y los miembros de la Peña «Deporte por Vida» lo apoyaron en su aventura, le brindaron una ayuda incondicional para que él pudiera viajar a todos lados (antes las competencias no empezaban y terminaban el mismo día, sino que se llevaban a cabo en varias fechas y en distintos puntos del país). «Si hubiese estado solo no hubiese llegado a dónde llegué porque por los costos yo no tenía posibilidades», reconoce Surbano.
De hecho Luis no conocía ni el río, y gracias al apoyo de todo este grupo de gente que siempre lo acompañó se encontró en frente del océano, en Mar del Plata, compitiendo y rodando con los mejores, como los hermanos Curuchet.
Carrera que corría, carrera que ganaba. Por eso llegaron a apodarlo «la aplanadora pampeana». Se consagró campeón argentino en 42 y 21 kilómetros, y también fue campeón provincial.
Una anécdota en una de las tantas competencias en las que participó lo pinta de cuerpo entero: «En una oportunidad se me sale el tubo o algo de la bici, me pegué un golpe y se me torció la rueda. No podía seguir. En eso aparece en la ruta un muchacho que iba al campo a encerrar unos animales. Iba en una musetta, sin guardabarros, con portaequipajes y sin los pedales. Me faltaban 5 k, y aparecí con esa bicicleta. Llegué tercero y luego alcancé a los otros muchachos corriendo».
Obviamente, ganó la carrera.
Lo que viene
Surbano tiene entre ceja y ceja el «Desafío Ruta 23», competencia en la que ya participó el año pasado.
«Tuve una caída y problemas mecánicos. A pesar de eso terminé 4° en mi categoría. Esa carrera la ganó Juan Pablo Lago y Coco Mattesich anduvo muy bien. Creo que este año van a ir algunos chicos más. Es una carrera para disfrutarla», dice Luis, quien seguramente seguirá escribiendo páginas de gloria para el atletismo y el deporte villeguense.