Fue un 1° de marzo de sensaciones encontradas para todos. Comunidad educativa, padres y alumnos. Un regreso a las aulas después de un 2020 sin ir a jardines de infantes o escuelas, más allá del contacto virtual que permitió que la educación llegara -aunque no a todos por igual- a los niños de nuestro distrito, tal como ocurrió en todo el país.
Un regreso atípico, distinto, en el contexto menos deseado, en medio de protocolos, planillas, distancia, barbijos, termómetros y alcohol, con niños que retornaron y otros que comienzan una nueva etapa. Con docentes y familias que deberán poner todo de sí para que la enzeñanza-aprendizaje se de en un marco ordenado, organizado, donde prime la tolerancia, la paciencia y la empatía.
«Esta vez nos enfrentamos a desafíos donde lo COMUNITARIO se pone en juego. Vamos a enseñar y aprender muchas cosas, pero sobre todo descubriremos cómo la responsabilidad individual, los lazos solidarios, la vital importancia de los acuerdos, la mirada amorosa, la alegría del reencuentro, será capaz de crear espacios y experiencias que alojen infancias plenas y felices», publicó en las redes sociales la Jefatura Distrital General Villegas.
La Inspectora de Nivel Inicial, Karina Ruiz, también utilizó ese medio para referirse al inicio del ciclo lectivo 2021. Dirigiéndose a las familias y colegas, agradeció todo lo aportado en este bienio 20-21. «Les demando calma y a seguir trabajando entregando nuestra mejor versión, con el convencimiento que el trabajo en EQUIPO, desde la corresponsabilidad familia-institución y la mirada amorosa en nuestras infancias es el camino. Enseñanza-cuidado integral es el estandarte que nos guiará».
«Que la escucha empática, la búsqueda de alternativas, la comunicación y los acuerdos habiten diariamente en cada contexto», agregó; y concluyó deseando un «¡Feliz inicio del ciclo lectivo!».
Entradas por tandas y en distintos horarios -al igual que las salidas-, burbujas, protocolos que cambian, niños y niñas que ya comenzaron, otros que lo harán en el transcurso de la semana y algunos que lo harán desde el 8 de marzo, porque las clases no son diarias ni de cuatro horas, por lo tanto también continuarán las clases «a distancia», pero retornar a la presencialidad es importante, por la enseñanza-aprendizaje y por los vínculos entre compañeros de aula y con los docentes, aunque desde otro lugar.
«Los alumnos van a estar separados por un metro de distancia y a dos del docente. No los voy a poder tocar, abrazar, darles un beso…», dice una cariñosa docente de 1° grado. Todos deberán adaptarse a esta «nueva normalidad», mientras continúa en nuestra ciudad la campaña de vacunación que incluye a los trabajadores de la educación, quienes en su caso además de barbijo deben usar máscaras, en medio de un verano que volvió a todo su esplendor, con altas temperaturas que también retornaron en estos primeros días de marzo.