En el Mes de la mujer, ACTUALIDAD dialogó con Clara Quiroga, una joven de 32 años de edad, madre de cinco niños, que forma parte del grupo «Mujeres Líderes», coordinado por Laura Sotelo, a través de la Secretaría de Producción y Medio Ambiente de la Municipalidad.
Inquieta, buscavidas, emprendedora… Así la definen quienes la conocen. Por sobre todas las cosas tenaz, perseverante, gran colaboradora de distintas actividades que impliquen ayudar a otro.
Activa, y con muchos proyectos por cumplir, Clara terminó sus estudios primarios a través del Programa Fines; y le falta muy poco para culminar también de ese modo el nivel secundario.
Carla colaboraba con la tarea de cocina en un comedor del barrio ex Quinta de Migliore, donde vive desde hace seis años, cuando conoció a Laura Sotelo. «Fue apenas arrancó la pandemia, mientras entregábamos viandas. Un día me llamó, fui a hablar con ella y me propuso ser parte de ‘Mujeres Líderes’. Cada vez que tengo tiempo y puedo me uno a los talleres haciendo cosas diferentes, siempre para ayudar a los demás. En algún momento fueron barbijos, por ejemplo», comentó la joven.
Además «hice decoraciones en la parte de pediatría del Hospital municipal, con banderines y colgantes tejidos al crochet, con la ayuda de una vecina, Andrea, que también es parte del grupo. Siempre que puedo y tengo tiempo lo hago, porque me gusta, es algo que me encanta. La pasamos muy bien. Lo mío es ayudar, tratar de dar una mano».
«Siempre me gustó trabajar -continuó Clara-. He hecho cosas para vender, como moños, hebillas, vinchas. La primera vez que me presenté en los puestos de artesanos fue para una Fiesta de la Tradición, en el Parque municipal, y me fue muy bien gracias a Dios. Así arranqué, primero con una pistolita de silicona porque no tenía los materiales necesarios pero después, con el paso del tiempo, me prestaron algunas máquinas, hasta que un día unos amigos que ya son familia me sorprendieron con una máquina de coser».
Si bien hace un tiempo no se dedica exclusivamente a la costura «porque pusimos un negocio en casa con mi familia, en el momento que puedo hago cosas. Me gusta y es mi cable a tierra, además de generar dinero», expresó.
Con sus jóvenes 32 años y cinco hijos, Carla tiene la premisa de que para tener trabajo hay que moverse, no quedarse de brazos cruzados, no importan las realidades de cada uno. «El trabajo no sale a buscarlo a uno, estemos en la situación que estemos siempre hay algo para inventar y tratar de salir adelante».
Se reconoció inquieta entre risas. «Si me falta algo busco la forma de conseguirlo, para mí, para mis hijos o quien sea. Trato de solucionar las cosas», dijo.
¿Proyectos por cumplir?. «Uno siempre proyecta y piensa a futuro. Pero mi mayor sueño, el de que mis hijos tuvieran su casa, ya lo tengo. Ese fue mi gran anhelo desde que fui mamá, cuando tenía 16 años. Gracias a Dios la tengo y estoy tranquila, porque mis hijos tienen su techo», concluyó.
