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miércoles, diciembre 11, 2024
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Historias inolvidables: El increíble día que Angel Clemente Rojas jugó para Villa Sauze

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Por semanas fue la foto más buscada. Sabíamos por nuestros colegas de Fútbol del Oeste que Rojitas, como los hinchas de Boca siguen coreando, había jugado para Villa Sauze frente a un combinado de Rivadavia.

Los buenos oficios de Miguel San Miguel lo hicieron posible y la imagen llegó este martes a la redacción de Actualidad.

Crack de todas las épocas, Angel Clemente Rojas (76) nada tiene que envidiarle ni a Maradona, Tévez o Riquelme, entre otros, en el recuerdo, la admiración y la idolatría de los boquenses.

Aquel domingo 6 de febrero de 1972 Rojitas tenía 27 años y su mejor momento parecía haber pasado. Extraño, es la edad de la plenitud en el fútbol de hoy. Había debutado en primera el 2 de marzo de 1963 y después de haber ganado 5 títulos ya era una leyenda.

Su pareja, de apellido Banegas y nativa de Sansinena, fue el nexo con la zona. Así, en casa de su familia política, surgió la posibilidad de salir a la cancha con el equipo del pueblo vecino.

Esa tarde, para Sauze jugaron -en el orden de la fotografía-, arriba: Oscar Zabaleta, Kelo Gimenez, Jorge Rosas, José Luis Pereyra, Manuel Mormont y Antonio Oroná. Abajo: José Davo, Héctor Ghiorzi, Angel Clemente Rojas, Marcos Díaz, Alfredo Ghiorzi y Juan José Martín.

Para Rivadavia, dirigidos por José Luis ‘Pepe’ Álvarez, lo hicieron «Chochi» Martín, Pedro González, Giménez, Campo, Rubén «Tulo» Alonso, «Lalo» Gatti, «Pelusa» Sánchez, Jorge «Carretilla» Rodríguez, Blanco y Alberto Gatti.

Pleno verano, sol a pleno y un claro 4 a 1 a favor de los de Villa Sauze, con «Rojitas» convirtiendo goles.

Después de ese partido Rojas se fue a jugar a Municipal de Perú. Regresó a Boca y jugó fugazmente en Racing, Nueva Chicago, Lanús y Argentino de Quilmes. Se retiró en 1978.

Curiosidades de un fútbol que ya no existe. Un crack, a sus 27 años, jugando con amateur. Un escenario impensado para el profesionalismo de hoy, donde jóvenes de 20 años, sin demasiados pergaminos ni experiencia, son transferidos a Europa y otros mercados en cifras millonarias.

Pero era otro fútbol. Se vivía de otra manera. Verlo esa tarde con la camiseta de Sauze sería como ver hoy al mismo Tévez, o a Riquelme en su momento. En plenitud, y con 27 años. Olvídese. No volverá a pasar.

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