En el Día del Periodista, ACTUALIDAD habló con Liliana Parodi. La mujer, que cuando era niña soñaba con ser maestra, tiene un presente completamente distinto a lo que imaginaba por aquel entonces. «Pero lo que sucedió es fantástico», dijo. Hoy es Gerente de programación de América TV; y desde ese rol aseguró que lo que a un periodista no le puede faltar es disponibilidad y pasión.
Liliana Parodi es villeguense. Nació en General Villegas, fue a la Escuela N° 1 y también por un par de años concurrió al establecimiento educativo de Villa Saboya. Fue en septiembre de 2019 que volvió a su ciudad natal. Presentó su libro y brindó una charla en el Palacio municipal: «Diseñá tu propia aventura».
La visita le permitió reencontrarse consigo misma, con algunos de sus ex compañeros y amigos. Y la promesa de volver, una intención por el momento «frenada» por la situación de pandemia en la que aún estamos.
«La idea es volver, comer un asado, charlar más tranquila con los compañeros y amigos que encontré. La pandemia paralizó todos los proyectos. Esperemos poder volver a una vida como la que teníamos y que tal vez no le dábamos mucha importancia. La vida que teníamos y que, al lado de la que tenemos, añoramos», expresó.
Liliana es una de las figuras fuertes de América TV, donde actualmente es gerente de programación. También está a cargo de A24. Hoy dice que se arrepiente de haber sido dura con ella misma, demasiado exigente, creer que no era capaz de algunas cosas y de construir un futuro. Pero su dedicación, esfuerzo y pasión le dieron una sorpresa que hoy la tiene en este presente.
«Nací en General Villegas, soy de General Villegas», aseguró en el inicio de la charla con ACTUALIDAD. «Si bien después toda mi vida transcurrió entre el Gran Buenos Aires y la Capital Federal, uno es de donde nació», ratificó.
Y recordó su regreso a nuestra ciudad en 2019. «Cuando volví para la charla ‘Diseñá tu propia aventura’ me encontré conmigo misma. Había escrito el libro en el que contaba como había sido el derrotero de la historia de mi vida, siempre pensando no en la vanidad del libro ni de dar una charla, sino en que otras personas en algún momento de la vida, sin importar si es joven o no, están sin esperanza o sin rumbo. Yo apoyo que las personas tenemos que querer, tenemos que poder, tenemos que confiar», sostuvo.
Liliana comentó que no deseaba ser periodista cuando era chiquita. «Se fue dando. En un momento me interesó estudiar periodismo, pero en realidad yo quería ser maestra, siempre pensando en mí maestra de 1° Superior, que fue Marta Margalejo. Tuve el placer de encontrarme con ella en el momento que fui a Villegas; y con algunos compañeros de mi Escuela N° 1. Son personas que marcan tu vida».
Como también lo marcó su paso por la Escuela de Villa Saboya. «Fui un par de años de mi vida. Recuerdo con mucho afecto y cariño ese lugar», expresó.
Hoy, en otro lugar en todos los sentidos, sostuvo: «Siempre digo que tuve infinitas oportunidades en la vida y fui tomándolas. No es que todo haya sido color de rosa siempre. Por ahí uno ve el final de la historia que en este momento de mi vida es pleno, con más de 30 años en una misma empresa, donde fui tomando lugares. Si bien estudié periodismo, finalmente me dediqué a la producción periodística, a la gerencia de noticias. A lo mejor no es el periodista que uno imagina que sale a buscar la noticia a la calle, pero sí mis equipos lo hacen».
América -su lugar- «ha sido siempre un canal ‘en vivo’, periodístico en distintos rubros (investigación, política, espectáculos, deportes); y además tenemos la señal de noticias, de la que también estoy a cargo en este momento, que es A24. O sea que todos los equipos que manejo, que están a mi cargo, tienen periodistas. Por lo tanto, tenés que tener el conocimiento para poder dirigir y llevar adelante la tarea, con un equipo en el que hay muchos periodistas reconocidos y otros que son de producción. La verdad que es un orgullo estar con ellos».
¿El rol de periodista ha ido cambiando en el tiempo? ¿O lo que ha ido cambiando son las herramientas de trabajo?
En mis primeros años América era una radio y un pequeño canal de cable que tenía un noticiero, hasta que después el mismo grupo obtiene Canal 2 de La Plata y se empieza a llamar América. Trabajábamos con teletipos y máquinas de escribir; y de repente un día un señor ingresó con unos aparatos gorditos blancos, con teclado y cables colgando, que eran las primeras computadoras. Entonces hubo que adaptar todo el trabajo a eso. De ahí en adelante hubo muchos avances. Antes había que salir a la calle con equipos de frecuencia, había que llevar un equipo enorme con camarógrafo y ayudantes. Hoy, desde cualquier parte del mundo, se sale con un teléfono y con una calidad increíble. O sea que la tecnología, igual que nos pasa en la propia vida, ha ido creciendo de una manera increíble. Y el periodista se va adaptando, pero para bien. Ahora bien, como en todos los rubros, los hay más informados, más formados, más creíbles. Actualmente en esta etapa del periodismo podemos ver canales de noticias donde también están las opiniones. La opinión del periodista también pesa. Pero siempre en post de llegar a más personas. Ocurre también que en estos últimos años, todas las personas entendemos que quien nos está hablando, el medio que está transmitiendo, o el que leemos, o escuchamos a través de la radio… todos más o menos tenemos idea que hay una empresa atrás; y que el que nos habla es un periodista que tiene ciertas características. A mí me parece que eso está bien y que hasta incluso se puede elegir, con el que se está de acuerdo o con el que no. Antes eso era más frío. Era la radio, la tele y leer el diario. Ahora tiene nombre y apellido.
Si tuviera que volver el tiempo atrás y elegir, ¿cambiaría algo? Imaginamos que además, al ser mujer, hubo cuestiones personales que debió ir dejando de lado en este camino.
Siempre fui de ir construyendo sobre la marcha, si bien uno imaginaba de niña/adolescente que iba a tener una vida distinta a la que finalmente tuve. Quería ser maestra, casarme y tener dos nenas. Nada de eso sucedió y, sin embargo, lo que sucedió es fantástico. Por eso digo que siempre pensemos y no nos encerremos en «quiero ser tal cosa». No es así, si uno está abierto, tal vez lo que uno desea no es, pero es otra cosa; y no se trata de que supere el primer deseo; simplemente está fantástico igual. Eso fue lo que me pasó a mí. Y no creo que haya dejado cosas en el camino. De lo que siempre me arrepiento es de haber sido un poco dura conmigo y en la primera juventud ser demasiado exigente, creerme que no era capaz de cosas, de construir un futuro. Tenía muy complicado el tema económico. Pensaba que mi deber era tenerlo resuelto para mi familia y a su vez pienso -y todavía lo mantengo- en ser una adulta sin problemas económicos para la supervivencia. Eso sí me marcó mucho. Pero es ir andando e ir resolviendo la vida.
¿Qué es lo que no encontramos en los libros y no debería faltarle a un buen periodista?
La pasión y la disponibilidad. Uno para ser periodista debe tener una disponibilidad mayor a otras tareas, porque la noticia no tiene horarios ni días, ni fines de semana. Entonces, si no sos una persona disponible y estás preocupado por los horarios, otras responsabilidades u otros gustos en tu vida, no elijas el periodismo. El periodismo es disponibilidad y pasión. De esta última lleva mucho, porque no es sencillo. Ni en el interior ni en las grandes ciudades. Trabajar en un medio importante no quiere decir que resulta fácil. Hay que arrancar desde el principio y después, si se puede, la cosa se mejora y continúa. Pero el arranque es difícil en todas partes.