El nuevo jefe de la sucursal local del Correo Argentino habló con ACTUALIDAD e hizo un sintético repaso de sus 37 años de trabajo para la empresa, de la que hoy está a cargo. Empezó como mensajero, luego fue cartero, auxiliar y telegrafista. También estuvo en atención al público y la tesorería, hasta llegar al momento en el que está hoy. «No me arrepiento para nada de todo lo que he tenido que hacer y por todo lo que he tenido que pasar», expresó.
Actualidad: David tenés 37 años de trabajo en el Correo. Ingresaste un 14 de mayo de 1984. ¿Cómo fue ese día?
San Felipe: Tenía 14 años y fui el más jovencito. En esa época se podía ingresar con el Primario completo nada más, no era necesario el Secundario. Fue Cadorín quien hizo todos los trámites para que yo ingresara. Te podés imaginar, un chico que no salía de su barrio a andar por toda la ciudad, era todo nuevo para mí. Siempre cuento como anécdota el día que tenía que llevar un telegrama al Cine Rex y no sabía dónde estaba; y estaba al lado del Correo. Era prácticamente un niño, después me fui haciendo y pasaron así 37 años, casi toda una vida.
A: Treinta y siete años…. ¿Se pasaron rápido?
S: Si uno se pone a mirar hacia atrás es mucho tiempo, es prácticamente una vida; y si sacás la cuenta de que nos jubilamos a los 65, todavía quedan unos años más. Soy un agradecido a Dios y a la vida, porque en esa época, cuando entré yo, me dijeron que si hacía las cosas bien iba a estar toda la vida en el Correo. Y hasta ahora estamos.
A: Un chico de barrio, con 14 años, que no conocía demasiado la ciudad, con una actividad que habrá hecho que vayas estableciendo otra relación con la comunidad.
S: Y sí. En el primer tiempo era toda una novedad para mí, porque era conocer otro mundo. Entrar a los negocios, cosa que yo nunca había hecho, excepto por algún mandado cerca de mi casa, en el barrio. Con el tiempo, en algunos lugares uno ha hecho amistad, en otros ha tenido que trabajar más, pero creo que hemos tenido buena relación con las personas de nuestra ciudad. Incluso hoy hay personas que me cruzan y se acuerdan de mí. Cuando yo entré lo hice como mensajero. En esa época era el que repartía los telegramas, porque el teléfono y otras tecnologías no existían. Entonces el telegrama estaba para informar cambio de precios, salutaciones por casamientos o condolencias, era un trámite bastante bravo en aquella época. Andábamos mucho. Después se fue cambiando y pasé a ser cartero, luego auxiliar, telegrafista, atención al público, tesorería y ahora jefatura. Así que ha sido un lindo recorrido, no me arrepiento para nada de todo lo que he tenido que hacer y por todo lo que he tenido que pasar. He llegado adonde siempre deseé.
A: Estás en el lugar que siempre deseaste y en este contexto, ¿cómo se reorganizaron?
S: No llegué de la mejor manera, porque no deseaba llegar al lugar por el fallecimiento de Marcelo Betanzo y Daniel Loddi, que eran jefe y tesorero. Ellos en el comienzo de la pandemia, el año pasado, fueron apartados junto con Julio Devoto, por ser personas de riesgo. En ese momento hubo un cimbronazo bastante importante, porque no teníamos personal. Me tuve que hacer cargo de la jefatura y de la tesorería, entonces fue un tiempo bastante difícil. Después tuve la suerte de que me acompañara Daniel Tuero, una excelente persona. Empezó a colaborar conmigo, aprendiendo las tareas; y hoy está nombrado como tesorero. En este tiempo ya tenemos dos chicos nuevos, Tomás Betanzo (que es hijo de Marcelo), otro chico de apellido Larrondo que vino de Cuenca y Federico «Pato» Delgado, así que la planta medianamente se ha regularizado. Estamos tratando de acomodar las cosas. Pero creo que vamos a andar bastante bien. La oficina está trabajando de lunes a viernes por la mañana únicamente, de 8 a 12 horas, pero luego seguimos trabajando a puertas cerradas.
A: Un Correo que, como en otros lugares del país, se ha tenido que ir ocupando de otras cuestiones…
S: Sí. El Correo es una de las empresas del Estado que siempre estuvo en contacto con la gente. Estuvimos al comienzo de la distribución de las vacunas y ahora estamos trabajando con las próximas elecciones. Siempre estamos, también con los clientes asiduos a la empresa, sean grandes o pequeños. Siempre tratando de mantener esa relación.
A: El 14 de mayo llegó el nombramiento. Casualmente, o no, el mismo día de aquel 1984 en que entraste a trabajar en el Correo.
S: Eso fue así, no se si es casualidad. Cuando me llamaron y me confirmaron el puesto me dio una alegría enorme, porque era lo que esperaba. Si bien ya estaba cumpliendo la tarea, no estaba confirmado en el puesto. El 14 me llaman y me confirman. Justo el mismo día en que entré al Correo. Se cumplían ese mismo día 37 años de trabajo.