En una nueva edición de la columna «La Voz del Campo» hablamos con el ingeniero Agrónomo Silvio Borone sobre la resolución 875 del SENASA que prohíbe la comercialización y uso del 2,4-D en formulaciones de ésteres butílicos e isobutílicos. No obstante, fue la excusa ideal para abordar temáticas más profundas y ricas, como las Buenas Prácticas Agrícolas y la agroecología.
A partir de este 24 de julio comenzó a regir la prohibición para la comercialización y uso del 2,4-D en formulaciones de ésteres butílicos e isobutílicos en Argentina por resolución del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). La resolución es la 875 del año 2019.
«Esta resolución fijó plazos para en 120 días, a partir del 24 de julio de 2019, prohibir la importación, al año prohibir la elaboración y fraccionamiento, y finalmente a los dos años prohibir la comercialización y el uso de del 2,4-D en sus formulaciones de ésteres butílicos e isobutílicos. Hay otras formulaciones que se pueden seguir comercializando. Estas se prohíben por su alta volatibilidad, lo que podría ocasionar daños en cultivos agrícolas, forestales u hortícolas, es decir a otros cultivos que no sean el blanco de la aplicación», explicó Silvio Borone.
¿Esta resolución podría enmarcarse dentro de las Buenas Prácticas Agrícolas?
Silvio Borone: Por supuesto. El 2,4-D es un producto que está formulado hace muchísimos años y en esa época no estaba la tecnología actual. Es una molécula de mucha volatibilidad. Si bien con las Buenas Prácticas Agrícolas podemos tecnificar nuestras aplicaciones, utilizar pastillas anti derivas y un buen volumen de agua, así y todo podría sufrir una deriva y causar inconvenientes en otros cultivos y también generar dificultades en personas y en el ambiente.
Lo importante es destacar que cuando hablamos del concepto de BPA no solamente hablamos de una pulverización, sino también de una buena práctica de siembra, de una buena práctica de cosecha, de una buena aplicación de fertilizantes. Todo eso nos permite hacer un buen uso de todo el sistema, hacer una buena conservación del suelo y del agua. Hay diferentes prácticas agrícolas que se enfocan hacia eso.
¿Para vos, la agroecología es un modelo posible? ¿Es rentable para el productor?
SB: Tengo una mirada amplia sobre todos los sistemas de producción. Creo que en todos los sistemas de producción se pueden aplicar sistemas de conservación y cuidados del medio ambiente. La agroecología es un sistema más. Para hablar de agroecología hay que despojarse de cualquier ideología. No es solamente no aplicar fitosanitarios, es un concepto mucho más amplio en donde participan muchísimos actores. Es un sistema holístico que forma parte de un todo. Es un conjunto de prácticas agronómicas donde hay transmisión de conocimiento de generación en generación, hay conocimiento técnico de los profesionales y también es un movimiento social. Está bueno mirarlo como algo a dónde llegar. Pero hay que saber que hacer una transición hacia la agroecología es un camino muy difícil que requiere de la participación de mucha gente.
Lo primero es no mirarlo desde el punto de vista ideológico. Quisiera saber si aquellas personas que forman parte de movimientos que promueven la agroecología están preparadas, como sociedad, para iniciar una transición hacia la agroecología: ¿En su vida diaria tienen un compromiso diario con el medio ambiente? ¿Separan los residuos en sus casas? ¿Hacen uso racional del agua? ¿Tienen algún artefacto en sus casas que funcionen con energías alternativas?
¿Cómo ves el panorama en la producción agropecuaria?… ¿Se puede dar un cambio de paradigma?
SB: La idea es integrar todo para hacer una agricultura sustentable. Hoy por hoy tenemos un modelo agroindustrial que se basa en la siembra directa donde hay una gran demanda de insumos externos. Es un modelo exitoso y genera unas rentas extraordinarias para todo el país. Pero a mi modo de ver puede haber una transición hacia lo agroecológico si se dan ciertas condiciones. En principio creo que se puede producir teniendo los cuidados necesarios para generar el menor impacto posible al ambiente. Hay otras técnicas que los denominados grandes productores están implementando para hacer uso del suelo y el agua. Por ejemplo los cultivos de cobertura y cultivos de servicio, que es la técnica por la cual se hace un cultivo para generar cobertura en el suelo y que no tenga erosión hídrica ni eólica. De esta forma se lo prepara para el cultivo siguiente. Esos cultivos no solo generan una cobertura y una conservación del suelo, sino que le aportan nutrientes y mantienen el agua para los siguientes cultivos. Es una técnica que se está aplicando y eso disminuye el uso de fitosanitarios. De a poco se pueden ir implementando técnicas para que puedan convivir tanto el modelo de agricultura que tenemos ahora con el modelo de agroecología.
Mi generación de profesionales está formada para el modelo actual. Pero desde hace unos años hasta ahora también hay facultades como la de La Plata donde hay materias de currícula como Agroecología. Por lo tanto ya se está formando el profesional para que pueda tener todas las herramientas necesarias para ese sistema.
Silvio Borone es ingeniero agrónomo, integrante del Centro de Ingenieros Agrónomos de General Villegas y ex subsecretario de Medio Ambiente.