Los católicos honraron este 7 de agosto a San Cayetano en su día. Sin dudas no fue la celebración de otros años, ya que debido al contexto sanitario no se pudo llevar a cabo la procesión, aunque la imagen del Patrono del pan y del trabajo recorrió las calles de la ciudad en caravana.
La celebración tuvo una importante convocatoria. Se oficiaron dos misas al aire libre, en el patio de la Capilla que lleva su nombre en el barrio San Antonio, una a las 15 y otra a las 17 horas.
El día ventoso, aunque soleado, no aminoró el ánimo de los fieles que se acercaron para venerar a San Cayetano. Unos para pedir y muchos para agradecer, en un marco en el que la salud también fue parte de esos agradecimientos.
Pan, Trabajo, Salud y Paz, teniendo en cuenta «dos cualidades que caracterizaron a San Cayetano: la oración y la caridad», destacó en sus palabras el Cura Párroco Daniel Cassani.
El sacerdote también remarcó la enseñanza que la pandemia debe dejarnos respecto a que lo importante «es la presencia de Dios y de nuestros hermanos, no lo material ni lo superficial de las cosas».
San Cayetano fue honrado por los fieles. No con la celebración que General Villegas tradicionalmente tiene, pero con mayor cercanía comparado con lo que pudo hacerse en el 2020.
Los tradicionales panes fueron entregados a cada uno de los concurrentes (uno por persona) en la entrada al patio de la capilla; y aquellos que lo desearon se llevaron las espigas del Santo. Todo fue bendecido de manera conjunta por el Cura Párroco desde el altar que los miembros de la comisión de la Capilla habían armado para la ocasión.