«Es el homenaje que más le hubiese gustado a él, algo que tiene que ver con esta cancha a la que le dedicó tanta vida y tanto corazón», le dijo su hijo, Santiago, a ACTUALIDAD.
La cancha de squash del Club Atlético Villegas lleva el nombre de Federico Mocorrea, aquel precursor que hizo posible que el deporte tenga su espacio en la institución local.
Su hijo, Santiago, habló con ACTUALIDAD. Dijo estar «muy emocionado con este lindo gesto que ha tenido el club y por este reconocimiento a mi padre, con todo lo que ha hecho para que esta cancha esté hoy parada acá. Fue un día muy emotivo».
Santiago manifestó «haber crecido en esta cancha con él. De hecho, aprendí a jugar acá con él. Creo que este reconocimiento es super merecido, porque le ha puesto mucho corazón y esfuerzo a este lugar, todo lo que ha sido mantenerlo, que haya actividad y movimiento».
«Me da mucha alegría no sólo ver su nombre en una placa, en la entrada de la cancha, sino que los que siguieron detrás de él pudieron no sólo continuar su legado, ya que además se ha convertido en una actividad con escuela propia y muchos jugadores que todas las semanas están jugando», agregó.
Santiago recordó que la inauguración fue en el año ’89. «Yo era muy chico, pero tengo algunos recuerdos vagos. Prácticamente crecí acompañándolo acá. Empecé a jugar con él, fue quien me enseñó. Incluso venía con amigos míos y nos enseñaba, así que para mí es una manera impresionante de homenajearlo. Pero no sólo eso, porque va a ser una emoción cada vez que venga a jugar y me tope con la placa en la entrada», expresó.
Si bien practica otros deportes, el joven sigue con el squash, después de un tiempo de pausa debido a la situación de pandemia. De hecho el día anterior a la colocación de la placa había jugado con Juan José Celichini. «No podemos no mencionarlo, porque después de mi padre, él es la continuación perfecta en esto, metiéndole una garra y un corazón impresionantes. Creo que gracias a la Comisión de Atlético y a él, el squash está donde está», destacó.
Santiago reconoció haberse sorprendido el día que se comunicaron con él para contarle sobre la idea de homenajear a su padre. «Si bien a priori es algo muy lindo, uno trata de ponerse en los pies de esa persona que ya no está, si le hubiese gustado o no; y la verdad que no pude llegar a mejor conclusión de pensar que es el homenaje que más le hubiese gustado a él, algo que tiene que ver con esta cancha a la que le dedicó tanta vida y tanto corazón».