“El amor es crear un mundo entre los dos…” (José Luis Perales)
La metáfora “Sentir mariposas en el estómago” significa estar enamorado. Otros dicen que no es sólo una metáfora, pues estudios indican una estrecha relación del cerebro y el estómago.
Es una metáfora del tipo amor, donde sentir mariposas en el estómago es tener muchos sentimientos bonitos hacia otra persona y que son tantos que revolotean dentro de tu ser. Este recurso literario ha sido muy utilizado en poemas, novelas y en canciones.
Pero más allá de la poesía y de los grandes amores de película, de ficción o de hadas… ¿Por qué el 14 de febrero se celebra el día de los enamorados y de San Valentín? Y bien, todo se remonta en la línea del tiempo.
San Valentín fue un mártir de la iglesia católica que vivió durante el Imperio Romano y tuvo un trágico final. Es considerado el “patrono de los enamorados”. Según Vatican News, la tradición de San Valentín como santo patrono de los enamorados tiene su origen en un antiguo texto inglés que sostiene que a mitad de febrero los pájaros comienzan a reproducirse, y en el hemisferio norte la fecha coincide con el comienzo de la primavera. Otras versiones recogen otras historias conservadas por la tradición oral. Una de ellas es que el emperador Claudio II había prohibido la celebración de matrimonios para que los hombres estuvieran disponibles para la guerra. Desafiando este decreto, se dice que San Valentín era un sacerdote que casaba a las parejas en secreto. En el año 496, el Papa Gelasio determinó que cada 14 de febrero se celebrara a San Valentín en el aniversario de su martirio.
Pero más allá de los mitos, creencias o leyendas… lo que cuenta aquí es que el 14 de febrero se impuso, en los últimos años, como una celebración de “El Día de los Enamorados”. Algunos, claro, dirán es una fecha comercial más, otras aprovecharán para agasajar a su enamorado/da… Pero, como siempre, el amor estuvo presente a lo largo de la historia… Y así hubo amores trágicos, amores de película y de novelas, amores con finales felices, amores de cuentos de hadas, amores frustrados, amores que dieron su vida “por el amor”.
Y así, “desandando la historia”, ¿Qué mejor que recordar algunos amores de mujeres argentinas?… Porque si hubo amores “visibles” hubo otros que ocurrieron “a oscuras” y más aún cuando la enamorada era una mujer, a la cual se le negaba el derecho de elegir a su esposo y eran sus padres o tutores quienes creían cuál era el casamiento más conveniente para la joven.
Traigo a la memoria la gran historia de amor de Mariquita Sánchez de Thompson, sí a la que recordamos porque, en su elegante salón, se cantó por primera vez el Himno Nacional Argentino. Pero esta señora, a pesar de pertenecer a una época donde ser mujer era sinónimo de sumisión, se declaró rebelde.
La cuestión es que Mariquita Sánchez, a los 14 años, se opuso al casamiento impuesto, por parte de sus padres, con Diego del Arco (un comerciante muy acaudalado, pero de ¡50 años!). No sólo le repudiaba a Mariquita la idea de casarse con ese señor, sino que, además, estaba profundamente enamorada de un primo segundo: Martin Thompson (oficial de la Marina).
A pesar de la negativa de los padres, Mariquita y Martin, continuaron viéndose a escondidas, a punto tal que el joven llegó a disfrazarse de mendigo para no ser reconocido, y así acercarse a la casa de los Sánchez.
La familia de Mariquita no sólo se negó a esa relación, sino que intervino con todas sus
influencias para que el joven Thompson fuera trasladado de Buenos Aires a Montevideo y
de allí a España… Pero la niña, audaz y rebelde, siguió con la negativa de casarse con el comerciante, por lo que sus padres decidieron recluirla en un convento.
La “insolencia y rebeldía” de la joven escandalizó a la sociedad colonial cuando ella escribe una carta al mismo virrey Sobremonte (1.804) reclamando su derecho a elegir con quién casarse y amar. Tal fue el impacto de esta actitud de valentía que, el virrey autorizó el casamiento entre Mariquita Sánchez y su amado Martin Thompson. Ya nada los detuvo, formaron una familia con cinco hijos y permanecieron juntos durante catorce años, hasta que fallece Martin.
Esa audacia, valentía y convicción de luchar por lo que se ama llevó a Mariquita a ser una ferviente “transgresora” del poder virreinal y apoyó, sin más ni más, la causa de los revolucionarios patriotas.
***
“La Perichona”, nombre despectivo que le dieron a la abuela de Camila O’Gorman, siendo su nombre real: Marie Anne Perichon de Vandeuil, descendiente burguesa de la ciudad de París, su padre era comerciante y un realista feroz. Huyendo de las consecuencias de la revolución francesa, los Perichon se refugiaron en el Río de la Plata. El marido de Ana fue un irlandés llamado Thomas O’Gorman quien, luego de realizado el matrimonio, se trasladó a Lima donde se instaló como comerciante.
La separación muy larga de la pareja O’Gorman hizo que Ana y Thomas no compartieran una gran felicidad matrimonial. Al año siguiente de la unión de la pareja, la vida de Ana se transformó cuando empezó una relación amorosa con Santiago de Liniers. Sola, deseando la compañía de un compatriota, aburrida con su marido irlandés, atraída por el hombre militar exitoso. Ella tenía 30 años; él tenía 52. Aunque eran discretos al principio, con el tiempo y con la prominencia creciente de Liniers, su relación llegó a ser cada vez más pública.
Thomas O’Gorman regresó a Buenos Aires, habiendo aceptado su nueva posición de marido traicionado, continuó su amistad con Liniers. En 1808, el Cabildo acusó, en Sevilla, a Liniers de corrupción. Pero más que a Liniers, el Cabildo se opuso a Ana Perichon de O’Gorman, pintándola como una mujer inmoral que ejercía una influencia indebida en el virrey. La llamaron irrespetuosamente “La Perichona” y se quejaron que la “prostitución se había convertido en tan escándalo público que es insoportable”. En 1809, los enemigos de Liniers logran terminar con su carrera y es reemplazado por Cisneros. Después del nombramiento, Ana es persuadida por Liniers de buscar refugio en Río de Janeiro. Desdichadamente, una vez en Brasil, el comportamiento de Ana encolerizó a la Infanta Carlota Joaquina. Se rumoreaba que había comenzado un lazo romántico con el señor Strangford, así como que la Perichona también había permitido que su hogar se convirtiera en un lugar de reunión para los exiliados opositores al gobierno español en Buenos Aires.
Cuando Liniers es fusilado (en 1.810) Ana abandona Río de Janeiro. Llega a Buenos Aires en setiembre de 1810. El nuevo gobierno patrio le impone como condición que debía alojarse lejos de la ciudad. Así, “La Perichona” se instala en la estancia familiar de La Matanza, donde permanecerá encerrada durante los últimos treinta años de su existencia. Mientras tanto sus hijos se casaban y nacían sus nietos. Paradójicamente, en el mismo mes que Madama O’Gorman murió, su nieta, Camila O’Gorman, se vio envuelta en un enorme escándalo cuando se fuga con su amante, el sacerdote Ladislao Gutiérrez. Los dos fueron capturados y ejecutados en agosto de 1848.
De historias y de amores se han escrito miles de páginas, pero invito a los lectores (seguro que de mi misma franja etaria) a buscar en YouTube la canción “Mariposas en la panza” de Santiago Cruz, cantautor colombiano, que seguramente van a deleitar…y ¿Por qué no a identificarse?…
Fuentes:
- “El arcón de la historia Argentina”. Amores y amantes
- Felipe Pigna, “Mujeres insolentes de la Historia”, Edit. Emecé.
- Juan Thames, Mariquita Sánchez de Thompson: La historia de amor más romántica del
Buenos Aires colonial. - Melina Barrera: Secreto histórico.
(*) Laura Mónica Saisan es villeguense, profesora de Enseñanza Primaria y Especialista en Investigaciones Educativas. De sus 33 años de servicio a la educación, como docente o directiva, saben escuelas de General Pico y ya de regreso a General Villegas el Colegio Nacional, el Instituto María Inmaculada, y las escuelas primarias 17, 45, 3, además de las rurales de Moores y Los Laureles.
Apasionada lectora de historia, tanto de nuestra región como de la construcción de la Argentina como nación libre e independiente, ha realizado capacitaciones y cursos para acrecentar sus conocimientos en el área.
«Me jubilé no porque mi profesión me hubiese cansado, sino porque existe un tiempo para disfrutar, un tiempo para partir y un tiempo para recordar y volver a disfrutar el camino recorrido para comenzar a transitar otros caminos», nos dijo.
Uno de esos caminos es formar parte de la apasionante tarea de Diario Actualidad de seguir escribiendo la historia de los villeguenses.
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