Inicialmente el viaje estaba previsto para 7 o 10 días. La zona de Alvear -a la que fueron destinados- está relativamente controlada, pero existe la posibilidad que se les asigne una nueva tarea.
Mauro Galaverna es uno de los cuatro bomberos (los otros son Marianela Videla, Darío Olivera y Juan Pablo Bustamante) de la delegación villeguense que está combatiendo las llamas en el voraz incendio de la provincia de Corrientes.
Este martes por la mañana la delegación estaba haciendo base en el cuartel de Bomberos de la localidad de Alvear. Pero hasta el lunes por la noche estuvieron sofocando el foco de un pequeño pueblo (cercano a Alvear) que se llama Torrent.
En diálogo con Actualidad, Galaverna expresó: «Creo que quedó extinguido el foco. Digo creo porque lo tiene que ir a verificar una patrulla de día. Hoy (por este martes) tenemos una mañana relativamente tranquila. La usamos para reacondicionar vehículos, equipos y materiales porque llegamos a la noche con las herramientas de trabajo un poco desordenadas. Luego tendremos noticias de lo que sucedió con los trabajos que hemos hecho y si tenemos otro destino para saber dónde nos toca».
Y agregó: «Nos llevaron por las vías del ferrocarril porque era la única manera de llegar. Se puso un kit forestal arriba de un camión y se llegó a un frente que no era muy grande a comparación de los otros, pero hay una plantación de 2.000 hectáreas de pinos de un campo que extrae resina y después la venden. Había muchos tambores de resina acumulados. Si bien tienen el parafuegos alrededor, si se llega a incendiar ese pinar el pueblo de Torrent estaría más que complicado porque está a 300 o 400 metros».
En caso de que no les designen una nueva tarea y un nuevo destino, la delegación villeguense estaría regresando esta semana a nuestra ciudad.
Sobre esta experiencia, compartida con bomberos de todo el país, Galaverna resumió: «Es muy enriquecedor. Tenés charlas, intercambiás opiniones. Estos incendios no son como los que tenemos en Villegas. Allá toca la sirena, salimos, lo extinguimos y nos pegamos la vuelta. Acá hay otros tiempos. A lo mejor pasan 3 o 4 horas y estás esperando el destino. Nosotros no estamos acostumbrados a eso, pero acá se trabaja de otra manera, primero por la zona que desconocemos y tenemos que esperar a los baqueanos».
