Seguramente seremos muchos y muchas quienes este año pondremos en debate qué significa Malvinas a 40 años de la guerra. Parte de ese debate en nuestra sociedad villeguense llega a raíz de la propuesta del Frente de Todos de emplazar en un espacio público un símbolo de nuestras batallas por la recuperación de nuestras islas. También la propuesta de bautizar y crear un espacio público que lleve el nombre “Héroes de Malvinas” en nuestra comunidad.
Lo primero que deseo destacar es la importancia del hacer, ya que como ciudadanos y sobre todo como militantes políticos, los cambios se demuestran con hechos, no palabras. Bienvenidas las críticas y el debate de toda la sociedad, pero en particular a todos y todas las integrantes de las fuerzas políticas con representatividad en nuestro distrito quiero manifestarles que las críticas vacías y a veces mezquinas desde un no hacer, son completamente inconducentes.
No existe en todo el arco político local, a excepción de la del Frente de Todos, una propuesta concreta, real para homenajear a nuestros héroes de Malvinas y mantener vivo nuestro reclamo por la soberanía de nuestras Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. Aclaro este primer punto, ya que, como decía un viejo general de Ejército Argentino: “mejor que decir es hacer”.
Ahora bien, no coincido con las críticas que manifiestan que un elemento o material bélico utilizado en la guerra de Malvinas pueda simbolizar violencia o propender a ella. Nuestras Fuerzas Armadas son parte de nuestra sociedad, como lo son nuestros científicos o maestros. La Argentina tiene derecho a reivindicar los elementos que construyen el conjunto social, y eso incluye las tecnologías de la defensa. Este cañón, que el Ejército Argentino con gran generosidad entrega al pueblo de Villegas, nunca estuvo en territorio extranjero. Sólo disparó a los invasores, sólo se usó en defensa de la soberanía argentina y nunca para agredir a otro pueblo. Tanto sectores progresistas como “libertarios” incurren frecuentemente en una pedagogía de la indefensión y es nuestro deber recordarles que la Argentina fue objeto de invasiones extranjeras y además fue capaz de defenderse. Muestra de ello son los cañones del Museo de la Reconquista, en Tigre, que no incitan a ningún acto violento a sus visitantes, sino que recuerdan cómo el invasor Inglés, allá por 1806 y 1807, intentó tomar nuestras tierras y riquezas por la fuerza, y cómo fuimos capaces de defendernos.
Parte de la función pedagógica para con nuestros compatriotas es mostrar que somos capaces de defendernos y que debemos hacerlo. Amén de posturas que no atienden al interés nacional tanto por izquierda como por derecha, más allá de que hasta 2019 en Argentina tuvimos un Presidente de la Nación que decía que “las Malvinas serían un déficit adicional para el país”, lo importante en este nuevo aniversario del conflicto del Atlántico Sur es estar hermanados en una sola causa común que mantenga viva la memoria de nuestros héroes y vigente nuestro reclamo soberano.
Las Malvinas son argentina. ¡Viva la Patria!
*Joaquín Labarta Liprandi. Abogado, Escribano, Director General de Administración para la Logística del Ministerio de Defensa de la Nación.