“Sólo la educación de las masas puede liberar al pueblo. Un hombre educado no puede ser oprimido, si es capaz de pensar por sí mismo”. (Nelson Mandela)
Parece que en la Argentina del Siglo XXI, aun es necesario recordarles a quienes nos gobiernan, sobre todo en la Provincia de Buenos Aires, algunos conceptos clarificadores, como lo que nos decía Mandela, sobre la educación de masas.
Es menester de quienes ocupamos bancas públicas, y de aquellos que tienen en sus manos la responsabilidad de decidir los lineamientos educativos, tener claro que la historia fue lo que fue, no lo que cada uno de nosotros como seres pensantes, con ideología propia, pretendiera que hubiese sido. Pero, hace apenas unos días salió a la luz un documento de la Dirección General de Cultura y Educación, denominado “Soberanía, Memoria y Democracia”, que fue distribuido en todas las escuelas del sistema educativo bonaerense, y propone una visión totalmente sesgada del pasado.
Este documento, que les invito a leer en detalle, ataca a gobiernos democráticos y los acusa, ni mas ni menos, de colaborar y sostener ideológicamente a la ultima dictadura militar, por tener rasgos similares, tales como: el endeudamiento y fuga de capitales, la evasión y concentración de la riqueza, la monopolización económica y empresarial, la destrucción del aparato productivo, la dolarización de la economía, la precarización laboral, entre otras cosas.
Pensemos en la escuela, esa escuela de educación publica y de calidad que todos decimos defender, enarbolamos la bandera de la misma a veces sin siquiera pensar concienzudamente que implica, y llegamos a esta encrucijada donde la historia escolar debiera mostrarles a nuestros chicos que fue lo que paso, absolutamente todo lo que paso, pues omitir o ponderar determinados hechos, como lo es la rememoración del Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, desde una determinada perspectiva ideológica, es politiquería barata, es adoctrinamiento.
Como sostiene Alejandro Finocchiaro: “La escuela no debe dar sentido a la lectura, debe enseñar a leer.” Y para ir mas allá, debe brindar las herramientas analíticas para que sean nuestros chicos los que por sus propios medios puedan comprehender activamente los hechos históricos.
De todas formas, lamentablemente no llama la atención, que un gobierno populista, como el del Sr. Axel Kicillof, lleve a cabo tamaña tarea, que demuestra una vez más no estar a la altura de las circunstancias y que formar un pueblo cuestionador, con derecho a pensar y expresarse libremente es para ellos una amenaza que deben repeler constantemente. Un pueblo que no piensa, es un pueblo al que pueden manipular de manera abierta y arbitraria.
En nuestro Partido de General Villegas, los insto a todos, docentes y padres, a usar los intersticios, ese espacio que nos permite llevar a cabo actividades que no están en el programa, en el diseño curricular, para evitar este burdo adoctrinamiento de nuestros niños y jóvenes, que solo pretende crear seres pasivos, capaces de aceptar como verdades absolutas aquellas que les vengan impuestas, sin siquiera cuestionar.
Para finalizar, les dejo la definición de adoctrinamiento:
Adoctrinamiento es el proceso y el resultado de adoctrinar: transmitir una doctrina a una persona para que la haga propia. Una doctrina, por otra parte, está compuesta por las ideas y las creencias que son defendidas por un individuo o por un conjunto de personas. De, de este modo, es una práctica que busca inculcar ciertos pensamientos en las personas. Para cumplir con sus objetivos apela a distintas acciones hasta conseguir que los adoctrinados asimilen e incorporen las ideas en cuestión.
Es posible distinguir entre la educación y el adoctrinamiento de acuerdo a sus efectos en el individuo. Mientras que la educación apuesta a aportar los conocimientos necesarios para que la persona gane autonomía a partir del desarrollo de su propio juicio, el adoctrinamiento busca anular la crítica del sujeto y que éste repita la información que se le suministra.”
*Romina Domínguez Carvalho es concejal de Juntos
