Lorena Cartasso y Federico Ruiz son pareja desde hace siete meses y trabajan en el tambo del establecimiento «Los Médanos», en cuya vivienda la policía del Comando de Prevención Rural (CPR) realizó días atrás un allanamiento.
El procedimiento se llevó a cabo en el marco de una causa caratulada Robo, que tiene como damnificada a María del Carmen Rizzolo, de cuyo campo se llevaron algunos elementos aparentemente en desuso pero de valor sentimental para la familia.
«Nunca nos dijeron de qué se trataba hasta que estaba terminando el allanamiento. Ahí me di por enterada de lo que estaban buscando y que nos estaban acusando de robo», dijo Lorena en Radio Actualidad.
La mujer vive en la casa del campo donde trabajan junto a su pareja, tres hijos -una joven de 18 años y dos niños de 7 y 4 años-, y una nieta de un año y medio. «Ese día también estaban mi suegra y mi yerno», comentó, refiriéndose al momento en que la policía realizó el procedimiento.
Lorena habló de prepotencia en el trato, «a pesar de que yo los invité a pasar desde un primer momento, aún sin saber de qué se trataba. Yo llegaba de dejar a mis hijos en la escuela cuando me encontré con un policía, hablé con él, le dije que pasara y en ese momento le indicó a otros efectivos que entraran. Eran unos diez. Yo no entendía nada», expresó.
También habló de «una mujer policía que se reía todo el tiempo, como burlándose de nosotros»; y se quejó de que hicieron sacar de la cama a su nieta de un año y medio que estaba durmiendo, «para dar vuelta el colchón». En cambio, «les ofrecí que miraran un sótano que hay en la casa, pero que está tapado por un tema de cuidado con los chicos, y me dijeron que no, que no hacía falta».
Pasado el tiempo, Lorena supo que buscaban dos bombas centrífugas aparentemente quemadas, tablas de madera, un alicate y un horno eléctrico que no servía. «Se llevaron el mío, que es de la misma marca que el denunciado por la damnificada, pero era mío. Es más, la mujer dijo que no era el de ella en el reconocimiento», sostuvo.
Y agregó: «ese horno me lo regalaron hace dos años. Me pedían la boleta para acreditar que era mío, pero me lo regalaron. Tengo testigos que pueden decir el tiempo que hace que lo tengo».
Lorena no encuentra explicación a la presencia policial en la casa que ocupa en el establecimiento rural donde trabaja. «Dicen que en la zona del hecho (no se ni dónde queda el campo del que hablan) encontraron un delantal de jardín y que una maestra dijo que ese delantal era de mi hijo. Son dos alumnos los que van al jardín de la escuela de chapas. ¿Cómo pueden saber que era de mi hijo, si no tiene ningún nombre bordado? ¿Por qué me allanan a mí y ni siquiera le hacen peguntas a los papás del otro nene, que trabajan en el mismo lugar que yo?», se preguntó la mujer.
Interrogantes que por el momento quedan en el tintero pero que, según manifestó, podrán tener alguna respuesta, ya que consultaron con un abogado para ver qué se puede hacer al respecto.
«Llamé al CPR y quien me atendió dijo no saber de qué se trataba el allanamiento», dijo Lorena, reconociendo no saber el nombre del subcomisario que está a cargo del Comando y, por lo tanto, no había tomado contacto con él.
Hoy por hoy, agradece no haberse quedado sin trabajo debido a lo que pasó hace unos días. «Hace tres años que estoy en ‘Los Médanos’, nunca tuve un problema, no tengo antecedentes. Quiero que alguien me explique lo que pasó», expresó en Radio Actualidad.
Lo concreto es que tanto ella -que llegó hace un tiempo de Carlos Casares- como su pareja -oriunda de la localidad de Piedritas- están imputados por Robo. Y no lo pueden creer. «Al final uno vive trabajando para lograr tener algo y pasan estas cosas. No me quitaron la dignidad, pero es doloroso», concluyó.