Tal como estaba programado, Aderid pintó ayer en la institución un mural de color azul, en el marco del Día Mundial de Concientización sobre el Autismo.
La jornada -que estuvo acompañada por un día de verano más que otoñal- comenzó a las 14 horas en el predio del Hospital municipal, donde funciona Aderid; y contó con la participación de profesionales, equipo de trabajo y las familias de los chicos que allí concurren.
«Tenemos más de 10 pacientes con autismo», comentó la directora de Aderid, Analía Campana; al tiempo que resaltó que «1 de cada 55 niños tiene TEA en el mundo. Es una cifra muy elevada. Hace 5 años la estadística era 1 en 88 personas; y hoy bajó a 55».
El Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo fue declarado por la Asamblea General de la ONU el 2 de abril, con la intención de alertar sobre este padecimiento, combatir la discriminación y resaltar la importancia de un diagnóstico temprano y de los métodos de intervención apropiados para mejorar la calidad de vida de los niños y adultos autistas.
¿Qué es el autismo? Es una trastorno que afecta a menores de diez años y altera las capacidades de comunicación, relación e imaginación. Es un padecimiento permanente del desarrollo que se manifiesta en los tres primeros años de edad. El Trastorno del Espectro Autista no es una enfermedad, ni es una alteración más o menos grave de la salud, sino que tiene un origen neurobiológico que afecta desde las etapas perinatales y que acompaña a quienes lo tienen a lo largo de toda su vida.
Hasta ahora se desconocen las causas del autismo, ya que mientras algunos investigadores atribuyen este padecimiento a factores genéticos, ambientales como son los virus o químicos, anormalidades en algunas regiones cerebrales en las que las neuronas parecen ser más pequeñas de lo normal y tienen fibras nerviosas subdesarrolladas.
¿Cuáles son los síntomas del autismo? Las características principales son un crecimiento irregular, dificultad para establecer relaciones sociales, escasas habilidades para comunicarse, marcado rechazo al contacto físico con otras personas y gran apego a realizar actividades rutinarias. Las personas con autismo tienden a realizar movimientos corporales repetitivos; suelen alterarse ante cualquier cambio en el ambiente físico que los rodea o en sus rutinas (lo que puede provocarles cólera o ansiedad extremas), y entre un veinte y treinta por ciento tienden a desarrollar epilepsia en la etapa adulta.