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martes, julio 8, 2025
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La Mano Tendida: avanza la obra de la casa propia

Recientemente se colocaron las aberturas metálicas adquiridas con fondos del Remate del Novillo Blanco 2018 y la fundación Bayer.

 

La Mano Tendida de Emilio V. Bunge avanza en su sueño de tener una casa propia. Gracias a lo recaudado en el Novillo Blanco del año pasado, un subsidio por parte de la Fundación Bayer y el aporte de socios y padrinos, ya se está culminando con la primera etapa de la obra. Ya pueden verse todas las paredes levantadas, el techo, los contrapisos y, recientemente, se colocaron las aberturas.

Alrededor de 20 personas con diferentes discapacidades -entre adultos y jóvenes- asisten a este Centro de Día que está a punto de cumplir 4 años de vida. Hace poco se incorporó una terapista ocupacional y una psicóloga para brindar un mejor servicio.

El presidente de esta ONG, Tomás Penacino, remarcó la importancia que implica contar con este edificio: «No podemos atender por obras sociales porque la casa que tenemos no encaja dentro de lo que pide el Ministerio de Salud. Desde que empezamos lo estamos sosteniendo con que pagan los socios, que son 50 pesos por mes. En noviembre hemos largado el plan de padrinos, que pagan 500 pesos por mes. Tenemos alrededor de 40 padrinos. También hacemos eventos, con pollos a la parrilla, guiso de mondongo del 25 de mayo, encuentro de peñas. Pero tenemos cerca de 50000 pesos de gastos fijos por mes para mantener el Centro de Día».

«El año pasado hemos recibido un envión enorme de la Sociedad Rural y de toda la gente que concurrió al Novillo Blanco para poder levantar nuestro propio centro con las medidas que pide el Ministerio de Salud y poder atender por obras sociales. Apuntamos al autosostenimeinto, lo que ha logrado ADERID después de 20 años», añadió

No obstante, la crisis, la inflación y la disparada del dolar hicieron que los valores de los materiales y la construcción se elevaran y la plata no alcanzara.

Con el subsidio de la Fundación Bayer compraron las aberturas y con la ayuda de Emilio Bunge (bisnieto del fundador) y de la cooperativa compraron el porcelanato. Ahora falta afrontar los gastos de la plomería, la electricidad y la colocación del piso.

«Quienes quieran sumarse como socios o padrinos serán bien recibidos. También aceptamos cualquier donación de materiales o mano de obra», concluyó Penacino.