Convivimos en una gran casa, a modo de representación, este cuerpo celeste en cual nos alberga a todos, sin hacer distinción alguna. Los habitantes de esta gran casa, somos todos nosotros, con nuestras razas, étnica, idiosincrasia, ideologías políticas, etc.
¿Qué tanto podemos convivir con nuestros pares o semejantes?
El ser humano es un ser gregario, significa que no puede vivir solo fácilmente, es por eso que la convivencia entre diferentes individuos, es un pilar básico y elemental para la vida humana.
Aristóteles decía el hombre es un animal político, desmenuzándolo, significa necesita de sociedad para poder coexistir.
Es importante desarrollar una series de valores y actitudes, los cuales van a perpetuar en nosotros, ellos nos acompañaran a lo largo del camino. Estos valores, son transmitidos básicamente, en el seno familiar, por el cual se vuelven aprehensibles, para luego volcarnos en este vínculo de forma reciproca, y desde esa base súper elemental, hacia la sociedad, por eso es de suma importancia, afianzar los primeros años de vidas estos valores.
Ahora bien, ¿Por qué la familia es lo más importante para nosotros?
Nos asegura la pertenencia, identidad social, afiliación, además, tiene que ver con psico-emocional, ya que brinda contención, valores, aspectos morales, afecto y por sobre toda las cosas amor (elemento fundante para que ocurra todo lo demás).
El Ser humano, es un ser social, ninguna persona vive absolutamente aislada del resto, ya que la interacción con otros individuos es imprescindible, indefectiblemente, es una de las característica del ser humano. La interacción, a través del lenguaje, nos hace únicos, el poder desenvolverme y ser yo mismo, dentro de un espacio, al mismo tiempo darle el espacio al otro individuo, para así poder aceptarnos, y desde esa legitimación, surge el mutuo respeto que a su vez se genera confianza, el no respetar, crea un entorno hostil, tedioso, tenso, el cual dificulta la creación de nuevas posibilidades.
La coexistencia no siempre resulta fácil, dado que pueden interferir negativamente ciertas diferencias sociales, culturales o económicas, raciocinios, sensaciones entre muchas.
Dos de los Valores, que quisiera remarcar en este texto, pero sin desmerecer, o descalificar a todos los demás valores, ya que son creencias fundamentales en la vida humana, el respeto y la confianza, son dos principios imprescindibles e indelebles, para que la convivencia tenga cierta permeabilidad, fluidez.
“Reconocerme y conocer a mí semejante, como individuo social, legitimar el otro ser”
Desde el postulado de Sócrates, (Conócete a ti mismo), conocerme, saber cuáles son mis principios inamovibles, mis valores más arraigados, los límites, las debilidades y fortalezas.
Quien soy frente a este Status Quo (La realidad en la que estoy inmerso), esto resultara de un factor primordial, ya que frente a adversidades o circunstancias de la vida, sepamos discernir, entre nuestra congruencia y la incongruencia, de nuestras creencias.
Las sociedades siempre han de establecer, normas, leyes, buscando un bienestar social, que permita evitar o prevenir, conflictos así como también sancionarlos en el caso de que existan.
Es muy común hoy en día, entre seres humanos se establezcan un clima de violencia, de desprecio, resentimiento, una actitud peyorativa hacia el otro sujeto, es un error el tomar como algo cotidiano todo este contexto, el caer en la resignación, y creer que no se puede crear nuevas posibilidades.
Esta es en parte, debido a los valores y modos que priman en nuestra sociedad actual, pero también, es debido al sistema familiar, ya que ha perdido preponderancia, consistencia, en la transmisión de valores tales como el respeto, la confianza, la tolerancia, el diálogo, la fraternidad y la solidaridad, frente a la necesidad que los demás puedan presentar, en el hogar deben complementar, aunar lo transmitido en la institución educativa, para así afianzarlos y devolver a lo social.
Es importante la convivencia pacífica, si bien somos diferentes, pero iguales, (diferentes maneras de pensar, sentir, accionar), para que haya más armonía social, solidaridad, la igualdad sea un hecho, que se respete la justicia social, que tratemos de actuar con sabiduría frente a las elecciones, ser consciente de la libertad en su máxima expresión, honrar la amistad sincera, defendamos imperiosamente la verdad (valor inquebrantable), cultivemos el diálogo, pongamos responsabilidad en las acciones que realicemos y que valoremos por sobre todo, un sentimiento que es fundamental e intrínseco, para que exista todo lo demás… El amor.
Quiero agradecer al lector por detenerse a leer estas líneas.
Eric Sueldo
Coach Ontológico