Sebastián Lago, contador público y especialista en finanzas, hizo una lectura de la reciente medida adoptada por el gobierno nacional que limita la compra de divisa extranjera. Analizó la situación económica del país y manifestó que, si bien el tipo de cambio tenderá a equilibrarse, el dólar paralelo podría aumentar y eso terminaría repercutiendo en los precios.
El decreto 609/2019, anunciado por el gobierno el pasado domingo, impone límites a la compra de dólares y tiene como finalidad contener las presiones sobre la moneda norteamericana con el objetivo de proteger la estabilidad cambiaria y a los ahorristas.
Las restricciones, que varían según se trate de personas, instituciones o empresas, se combinan además con la obligación de obtener permiso del Banco Central para transferir dólares al exterior, y los exportadores deberán vender en un plazo de no más de cinco días en el mercado local los dólares que obtengan por sus operaciones.
Las personas tendrán un máximo de 10.000 dólares que podrán comprar por mes sin necesidad de pedir autorización. Más allá de ese monto necesitarán la conformidad del Central. Las transferencias a cuentas en el exterior tendrán esa misma restricción.
Sebastián Lago, contador público y experto en finanzas villeguense, afirmó que «no había forma de saber cuándo, pero creíamos que alguna medida de este estilo iban a tener que tomar porque la demanda de dólares superaba a la oferta y el gobierno no estaba encontrando la forma de poder equilibrar eso. Se estaban poniendo reservas arriba de la mesa, reservas que en algún momento se iban a terminar y la decisión es, en cierta forma, limitar la compra de dólares en el país».
«El gobierno está tratando que no se agrave esta crisis, pero claramente todo lo que está pasando es muy malo porque repercute sobre la económica real del país. Hay muchísimos proveedores que ante la incertidumbre han tomado la decisión de no vender, o vender sin precio. En esto no hay nada bueno, claramente», agregó.
Ante las palabras cepo o corralito los argentinos reaccionan de una manera específica: pánico. Por eso y para tratar de llevar un poco de calma, Lago diferenció esta crisis de la del 2001. «Dentro de las reservas del Banco Central están todos los depósitos en dólares que tienen los particulares en la Argentina. No es que te van a cambiar esos dólares por pesos a un tipo de cambio X, lo que se limita de acá en más es la posibilidad de comprar dólares físicos libremente. Si la preocupación viene por el lado de no poder sacar lo que es mío o de si me van a dar pesos en vez de los dólares, es una preocupación que no tiene fundamentos. Pero el que tenga pesos y quiera pasarlos en forma intempestiva a dólares tiene una limitación: quedó habilitada nada más la ventanilla para lo que es persona física con un tope de 10 mil dólares por mes. El resto de las personas jurídicas o fondos comunes de inversión no tienen esa posibilidad», explicó.
El gran problema de la crisis ocasionada por la salida de la convertibilidad es que la gente tenía dólares en el sistema financiero, pero esos billetes físicos no existían (eran pesos). Ahora las reservas nacionales cuentan con los dólares de los ahorristas (los que están en el sistema financiero y no en cajas de seguridad), pero hay un límite para los que quieren comprar más.
«Con esta medida limitan la demanda indiscriminada de dólares, que es lo que estaba generando una suba en el tipo de cambio. Con esta limitación va a haber menos presión sobre la demanda de dólares y eso tendería a equilibrar un poco el tipo de cambio. Va a volver a aparecer el mercado del dólar informal o paralelo (blue). Habrá que monitorear si la brecha entre el oficial y el paralelo se empieza a agrandar, porque todos sabemos que los precios de la economía van en función del dólar paralelo y no del oficial», sostuvo el especialista.
Afuera del mundo
«Financieramente hablando estamos afuera del mundo. El mundo ya dio su veredicto. Es por eso que el equipo económico está tratando de reestructurar la deuda (lo denominaron «reperfilamiento»). Básicamente están tratando de extender los plazos de pago para que el país no tenga que entrar en default por no poder pagar el vencimiento de los bonos. Financieramente todo lo grave que le podía pasar a la Argentina le pasó en estos últimos meses», sentenció.
«Las crisis recurrentes de la Argentina se dan cuando el financiamiento de las necesidades del país se hace emitiendo deuda en una moneda de la cual no tenés la posibilidad de emitir, como el dólar. Cuando nos quedamos sin dólares para afrontar la demanda y encima el pago de deuda, ahí empezamos a tener crisis que terminan siempre en el mismo lugar. Ojalá este gobierno o el que venga pueda evitar que la Argentina entre en default. Logrando eso ya estaríamos atravesando la peor parte de la crisis económica. Obviamente no va a ser fácil la salida, pero me da la sensación que una vez que se logre reestructurar de ahí en adelante volverá la liquidez al sistema financiero y volveremos a tener un economía real con precios coherentes con los cuales uno pueda trabajar todos los días», agregó.
Para Lago el camino que se debe recorrer es uno solo: «El oficialismo y la oposición tienen en claro cuáles son las cosas que hay que hacer para que la Argentina vuelva a la senda del crecimiento. Son diferentes los modelos y los objetivos también, pero ninguno de lo dos está pensando en que la cuestión se agrave porque el margen de maniobra es muy bajo y no queda otra que tratar de reestructurar el gobierno de alguna forma y tratar de devolverle el crecimiento a la Argentina. En términos económicos no hay demasiadas diferencias en el corto plazo de lo que hay que hacer para que esto sea viable en el mediano plazo. Si uno escucha al oficialismo o escucha a quienes asesoran a Alberto Fernández puede haber algunas diferencias en cuestiones de mediano plazo, pero en el corto plazo todos saben que la situación de urgencia es la misma», subrayó.
«Los salarios se licuaron, el poder de compra se ha caído muchísimo. Lo que no compras esta semana, la semana que viene lo comprás más caro. El que vende no sabe el precio. Lo que más rápido tenemos que recuperar es la tranquilidad para que podamos volver a transaccionar en condiciones normales. Hoy por hoy estamos en una situación de superviviencia hasta que esto se tranquilice un poco», concluyó.