Unas mil personas almorzaron juntas para celebrar los primeros 150 años de la localidad.
Con la presencia del intendente Eduardo Campana y la emoción en el volverse a ver entre los que se fueron y los que se quedaron.
Un pueblo que, como tantos del interior profundo y productivo, sufre y se desangra aportando al bien común sin que un siglo y medio basten para merecer, al menos, una salida pavimentada a una ruta.
Un pueblo pujante que ve partir a sus hijos sabiendo que no regresarán, por falta de desarrollo y oportunidades.
Pero que sin embargo resiste. Piensa, analiza, proyecta. Y sueña con relanzarse.
En eso están muchos de los que hicieron posible esta gran fiesta de los 150 años.
Pero eso será mañana. O pasado. Cuando todo vuelva a la normalidad. Ahora es tiempo de celebrar y dejar escapar las emociones.
¡Feliz cumpleaños Santa Regina!