La Unión Cívica Radical es un partido político de 128 años, el de más historia en el país y de mayor influencia en los partidos latinoamericanos de corte popular y socialdemócrata. Hasta sus ideas han tenido rebote en la década del ’60 en Europa en los movimientos estudiantiles, y en los ’80 en otras latitudes del mundo con la adscripción que hace Raúl Alfonsín a la Internacional Socialista. Hasta el movimiento Peronista reconoce cierta deuda ideológica y política con el Radicalismo, algunos de los jóvenes yrigoyenistas aglutinados en FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina) sirvieron a la formación del Justicialismo y es sabido que Juan Domingo Perón era un seguidor minucioso de los cuadernos que publicaba dicho grupo sobre política nacional. Como así también «al General» lo cautivaba la gobernación de Amadeo Sabattini (1936-1940) en Córdoba, a quien le ofreció ser su compañero de fórmula en la elección de 1946.
¿Pero por qué un partido que tuvo tanta influencia en la sociedad, en los últimos años viene diluyendo su presencia política?, lo cual no es lo mismo que los resultados electorales. La primera podría ser porque es un fenómeno global, el siglo XX, fue el período de apogeo de la Modernidad: de la historia con sentido de progreso, del Estado de bienestar y de los partidos políticos. Entrados en el siglo XXI, en la Posmodernidad, el paradigma clásico de partido político ha dejado de dar respuesta a su tiempo. La segunda, que es sobre la que podemos tener incidencia en el corto plazo, los que todavía creemos en el ideario político, es por la responsabilidad de las dirigencias partidarias, que rechaza sistemáticamente el debate de ideas y se abroquelan en lo más conservador de una fuerza política, que es ocupar cargos de gobierno.
Llevemos la situación del Radicalismo al plano local, mas allá de las cuestiones objetivas de no llevar un candidato/a propio a la Intendencia, y de quedar sujeto a las convenciones partidarias Provinciales y Nacionales que ocultaron, el futuro acuerdo de Juntos por el Cambio. ¿Que vocación de poder político real construyó el radicalismo de Villegas en éstos cuatro años? Ninguna, tanto concejales como funcionarios partidarios, no se preocuparon por ser figuras visibles para el electorado, como tampoco trabajar desde el Comité en el crecimiento de afiliados. Hicieron «una política» de amigos y familiares, sin aportar nada de Radicalismo a la actual gestión.
Las ideas de igualdad social, de compromiso con los sectores más vulnerables, de una ética en la función pública y de democracia interna: son algunos de los pilares fundamentales de Unión Cívica Radical, sin esto el partido es «una cascara vacía», que sólo es útil para que los mismos dirigentes de siempre vivan a costa del Estado.
*Diego Samiguel
Secretario Adjunto de la UCR
