Lucía Gómez decidió viajar para poder aprender más de producción animal (especialmente ovinos). Durante nueve meses vivió y trabajó en Australia, en plena explotación intensiva a 200 km de Sydney. Trabajó en campos, viajó a Nueva Zelanda y luego se instaló (durante tres meses) en la zona ovina de Alabama, EEUU. Hoy está de regreso en General Villegas: «El viaje me ayudó a descubrir mi pasión por las ovejas y es algo a lo que me voy a dedicar», le dijo a Actualidad.
La villeguense Lucía Gómez se convirtió, en los últimos días, en noticia para varios sitios rurales. «La millennial del campo que triunfó en el exterior y vuelve con todo» tituló Agrositio. Luego de su experiencia de un año en establecimientos rurales de Australia y Estados Unidos, Lucía regresó hace dos semanas a la Argentina y desde el miércoles pasado está en General Villegas.
Lucía tiene 29 años. Es hija de Rafael Gómez e Inés Butvilofsky. Es ingeniera en Producción Agropecuaria, graduada en la UCA. En el último año de su carrera entró a trabajar en una firma de agricultura donde estuvo cuatro años. Pero la firma se vendió, así como también el sector donde ella trabajaba. Fue entonces como surgió la posibilidad de hacer este viaje, siguiendo una de sus pasiones: las ovejas.
«Me gusta la agricultura, pero siempre me gustó hacer mezcla entre producción de ovinos y agricultura. Fui a aprender de los mejores que están en Australia y Nueva Zelanda. Conseguí un contacto en Australia, una familia que me recibió muy bien. Fui en octubre del año pasado. No los conocía. Hablo inglés porque mi mamá es profesora de inglés, pero ellos tienen un acento muy particular así que los dos primeros meses fueron de adaptación: el lugar, la gente, las costumbres. Allá a las 19.30 horas están cenando», comentó Lucía.
La villeguense estuvo nueve meses en Australia y tres en Estados Unidos.
«Trabajábamos de 7.30 a 18 horas. Trabajan mucho. Cortan de 9.30 a 10 para un café, y después siguen hasta el mediodía o un poco más. De ahí de corrido hasta las 18 horas. Es distinto. Son muchas horas de trabajo», expresó Lucía.
Entre las múltiples diferencias con nuestras costumbres y hábitos, la ingeniera en Producción Agropecuaria remarcó que «los dueños viven en el campo. Les encanta vivir en el campo y trabajan a la par de los empleados».
En cuanto al nivel de la producción ovina, Lucía destacó: «Ellos tienen 60 o 70 años de historia en producción de ovinos. Tienen mucha tecnología. El dueño y los hijos hacen todo. Desde barrer galpones, soldar, cortar fierros, trabajar con los animales, sembrar, subirse al tractor. Nosotros tenemos otro sistema: contratamos el servicio de siembra y de cosecha. Allá mientras uno sembraba, el otro aplicaba insecticida, yo estaba con el tractor o cortando el pasto. De repente me encontraba alambrando, haciendo huecos y poniendo los postes. Manejando un camión o un tractor. Cosas increíbles. Siempre con el dueño al lado. También me permitían trabajar con las ovejas: en la selección del animal, por qué el animal es bueno, me decían a qué le tenía que prestar atención, me hacían comparar un animal con otro, trabajé con programas de inseminación artificial, transplantes embrionarias, cosas que en Argentina están pero no con esa tecnología. Fue increíble: pasar desde manejar un camión hasta ayudar a un veterinario en el transplante de un embrión. Las familias me abrieron su conocimiento y me dejaron hacer muchas cosas».
Lo que más extrañó de la Argentina fue a su familia y la vida social. En la zona rural de Australia y Estados Unidos las jornadas laborales son muy extensas y la gente no acostumbra a hacer salidas sociales, actividades deportivas o reuniones de amigos como hacemos en nuestro país.
Por último, Lucía señaló que su intención es quedarse en nuestro país y emprender algo similar a lo que experimentó durante su viaje: «Hay que mostrar lo que se puede hacer acá. Hay que ponerle ganas e ideas. Es una gran posibilidad la que tuve, me ayudó a descubrir mi pasión por las ovejas y es algo a lo que me voy a dedicar. Quizás lleve un tiempito arrancar el camino, pero para allá voy», concluyó.