Quizá como producto de nuestra tan vituperada educación enciclopédica, sabemos muchas cosas que otros no saben, aunque siempre nos enfocaron hacia la perfección (todo debe ser perfecto y se desarrolla en un ambiente libre de contingencias), cuando la realidad indica que las imperfecciones, en cualquier área, son cosa de todos los días y hay que lidiar con ellas y no solo una vez, sino varias hasta encontrar una solución razonable a un problema determinado.
Cuantas veces, cuando ocurre algún fenómeno negativo de esta índole (rotura de electrodomésticos cuanto más los necesitamos, cortes de luz totalmente inoportunos, pilas agotadas en el control remoto a minutos del comienzo de nuestro evento deportivo favorito y otros), nos preguntamos «justo ahora ?», «porque a nosotros ?», «será posible ?», «a mí, que siempre pago los impuestos !», «esto le ocurre a todo el mundo ?», «creí que estas cosas solo pasaban en los dibujos animados !»; esto si pretendemos expresarlo en un lenguaje exento de puteadas e improperios varios que no vale la pena expresar en este espacio, ya que cada uno tiene sus maldiciones preferidas.
Lo cierto es que las cosas no son en absoluto perfectas, ni se desarrollan tanto el problema como la solución, en un entorno de perfección tal cual nos enseñaron. No conozco a nadie que diga «Oh querida !!, se ha caído la puerta de la heladera justo que tenemos invitados y toda la cena y las bebidas están adentro !»; lo altamente probable es que se inicie una escalada de maldiciones y puteadas varias contra el service, contra la empresa que fabrica las heladeras, (tantas se funden en este país y esta no !), contra el comercio que la vendió argumentando que la heladera era espectacular. Lo cierto es que después de reflexionar un poco y como somos argentinos, siempre tenemos un alambre a mano para cualquier arreglo que aguante hasta una nueva rotura, porque como ya dije somos argentinos, para que vamos a llamar al service, una vez que lo «arreglamos» tenemos que jactarnos del arreglo.
La observación atenta de las experiencias cotidianas ha generado una filosofía, según la cual cuando a alguien le ocurren esos momentos en los que todo sale mal, debe tratar de reír o no tomarlo demasiado en serio, esto ocurre en la mayoría de los casos en forma secundaria después de una variada, catártica y en algunos casos imaginativa catarata de maldiciones.
Como resultado de la observación de estas traumáticas experiencias se han generado múltiples postulados, leyes, máximas, axiomas, principios, corolarios y reglas descriptas por la gente a través del tiempo y actualmente difundidas con amplitud en las redes sociales.
El máximo referente de estas leyes relacionadas con «traumáticas experiencias cotidianas» fue Ed Murphy, capitán de la fuerza aérea de los Estados Unidos e ingeniero de desarrollo del Laboratorio Aeromédico de Wright Field, quien en 1.949 y con motivo de diversas fallas estableció la primera ley fundamental «… si hay alguna manera de hacer las cosas mal, lo hará», refiriéndose al técnico que había originado diferentes errores en las pruebas. Unas semanas mas tarde, durante una conferencia de prensa, se indicó que el excelente récord de seguridad en aterrizajes de emergencia, era el resultado de la firme convicción en la Ley de Murphy y el consistente esfuerzo por evitar lo inevitable. Luego de esto, la ley tuvo amplia referencia en anuncios de fabricantes y quedó establecida dentro del vocabulario tecnológico. (Fragmentos de la carta enviada por George E. Nichols, gerente de control de calidad del proyecto por la parte civil, enviada a Arthur Bloch autor de libros sobre la Ley de Murphy).
Luego del puntapié inicial recientemente expuesto, se produjo un aluvión de los ya mencionados postulados, leyes y demás que a través del tiempo y hasta nuestros días, fueron amplificadas significativamente por las redes sociales.
En esta amplitud conceptual hay quienes identifican la Ley de Murphy con el pesimismo y la negatividad. A pesar de estas impresiones, las leyes no representan ninguna de las dos predisposiciones, sino sólo la noción de algo que sale mal, puesto que si aplicamos las leyes con el propósito de generar alguna reacción determinada, es decir, tratar de usarlas basándose en observaciones previas de cómo operan, no funcionan; como si intentaramos lavar el auto para provocar la lluvia o cambiar de fila o de carril para ser atendidos antes o viajar más rápido, respectivamente.
Acerco a continuación una lista de las – a mi juicio -, más pintorescas frases que describen experiencias, en distintos aspectos de la vida cotidiana:
Ley de la Mentira: No importa cuantas veces se haya demostrado que una cosa es falsa; siempre quedarán quienes crean que es cierta.
Constante de Murphy: Los asuntos se echan a perder en proporción directa a su valor.
Máxima Revolucionaria: Cuanto más sucio sea el uniforme del rebelde, con más facilidad derrocará al gobierno existente.
Ley de Gravedad Selectiva: Un objeto caerá donde cause mayor daño.
Postulado de Esperanzas No Recíprocas: Las esperanzas negativas producen resultados negativos; las esperanzas positivas también.
Regla de Truman: Si no puedes convencerlos, confúndelos.
Postulado de Intransigencia: Los más intransigentes son los que están más lejos del problema.
Ley de Dingle: Cuando alguien deja caer algo, todo el mundo lo pateará en lugar de recogerlo.
Principio del No fumador: El humo del cigarrillo siempre se dirige al no fumador, no importa de qué lado está el viento.
Máxima de Conducción en Rutas: El primer insecto que se estrella contra el parabrisas limpio, lo hace directamente frente a sus ojos.
Corolario de las compras de ropa: Lo que Ud. quiere comprar, nunca está en liquidación.
Primera Ley del Ciclismo: No importa la dirección que tome, siempre será cuesta arriba y contra el viento.
Ley Fundamental de Debates: Nunca discutas con un tonto, puede ser que la gente no note la diferencia.
Primera Ley de Debates: No preguntes si no sabes la respuesta.
Ley de Crane: Nadie te invita a comer gratis.
Dilemas del Trabajador: 1. No importa cuánto haga, nunca será suficiente; 2. Lo que no hace siempre es más importante que lo que hace.
Ley de Hlade: Si tiene una tarea difícil, désela a una persona perezosa, ella seguramente encontrará una manera fácil de hacerla.
Fuentes inspiracionales: Ley de Murphy y otras razones porque las cosas salen mal. Arthur Bloch.
(*) Omar Emín es Licenciado en Administración y Contador Público. Colabora en medios de comunicación en temas fiscales, laborales y económicos en general. Socio fundador de Echenique, Emín, Albín & Asociados, firma dedicada a trabajos profesionales de carácter administrativo, laboral, contable e impositivo. Se desempeñó en el ámbito educativo universitario, terciario y secundario, con algunas experiencias en educación a distancia en el nivel universitario.